Familias y sindicatos apoyan el acuerdo escolar
Las centrales llaman a planificar el curso teniendo en cuenta que la epidemia de coronavirus puede prolongarse
La comunidad educativa recibió ayer de forma positiva el acuerdo alcanzado por el Ministerio de Educación y las comunidades autónomas para zanjar el curso escolar más difícil del que se tiene memoria. “Estamos de acuerdo en líneas generales, y agradecemos el reconocimiento que se ha hecho a las familias y a los alumnos, pero nos preocupa que no abran los centros y no nos den una solución a las familias. Las medidas de conciliación son más necesarias que nunca”, afirmó Leticia Cardenal, presidenta de Ceapa, la entidad más representativa de las asociaciones de madres y padres de la escuela pública. Ceapa fue muy crítica la semana pasada con la postura del Consejo Escolar del Estado, que emitió una propuesta menos contundente de la finalmente adoptada por las Administraciones en materia de repetición de curso.
Comisiones Obreras celebró que se haya decidido no prolongar el curso más allá de junio, como estaba previsto en el calendario, “y que la repetición de curso sea contemplada como una medida extraordinaria, en una situación excepcional, respetándose en cualquier caso la autonomía y la libertad en el ejercicio de la profesión docente, tal y como venimos exigiendo”. El sindicato reclamó que los cursos de refuerzo previstos para el verano deben diseñarse como “una medida pensada para el encuentro social y afectivo del alumnado, y debe tener como objetivo las actividades culturales, de ocio y de tiempo libre, complementarias de las educativas, sin carácter lectivo y desarrolladas por el personal adecuado, ajeno al centro”.
UGT pidió también que los cursos estivales recaigan sobre personal “contratado expresamente para estos programas”, al tiempo que puso en duda que, “por cuestiones climáticas, muchos centros del país estén preparados para desarrollar actividad en verano”. UGT instó a las autoridades educativas a planificar el próximo curso contemplando el escenario de que la epidemia de coronavirus pueda deparar nuevas “dificultades”.
Nicolás Fernández presidente nacional del sindicato independiente ANPE se mostró de acuerdo con la solución alcanzada: “Esta evaluación debe servir para avanzar lo mínimo en los contenidos, pero no se puede equiparar a unas clases presenciales. Y es justo que se pueda calificar el trabajo de estos meses sin clases presenciales, porque se ha hecho un grandísimo esfuerzo por parte de los docentes y las familias que debe poder tener su recompensa. Otra cosa que debería plantearse es que se adelanten las clases en septiembre y que el curso que viene se refuercen los contenidos que este quedaron más flojos”, concluyó Fernández.
Mientras, en la Concapa, que representa a tres millones de familias, y es mayoritaria en la educación concertada, su presidente, Pedro José Caballero, consideró razonable que “se dé materia hasta junio, y que este periodo sirviera como parte de la evaluación continua”. Caballero también afirmó que muchos alumnos han realizado un esfuerzo para adaptarse a la enseñanza a distancia “y eso debe tener su recompensa; con este acuerdo puede tenerla, sin que penalice a los alumnos que no han podido seguir el curso por sus circunstancias”.
La Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes expresó su satisfacción por el hecho de que el tercer trimestre no vaya a tener consecuencias negativas para el alumnado “porque no todos tienen las mismas oportunidades para trabajar en casa, acceso a Internet y acceso a dispositivos”.
El grado de consenso fue alto entre los representantes de las comunidades que se reunieron con la ministra de Educación, Isabel Celaá. Los principales peros procedieron de Euskadi, cuyo Ejecutivo se mostró contrario a que el ministerio apruebe una orden, al considerar que la resolución del curso forma parte de sus competencias. Y Madrid, Murcia y Galicia, que, en sentido contrario, plantearon que el ministerio fijara un número máximo de asignaturas suspendidas a partir del cual los alumnos no pudieran titularse.
“¿Qué pasa con mis hijos si no abren el cole y tengo que ir a trabajar?”
A Nekane Orella, madre de dos niños de primaria, el acuerdo del Ministerio de Educación y las Comunidades Autónomas le pilló en plena multitarea y teletrabjo. “A mí lo que me preocupa es qué pasa si no han abierto los coles cuando levanten el estado de alarma y yo tengo que ir a trabajar. Está fallando la coordinación interministerial, deberían darnos soluciones de conciliación laboral desde el Ministerio de Trabajo. Yo gran parte del día lo paso ayudándoles con la tarea, ¿qué haremos con los hijos si los coles están cerrados y nosotros trabajamos fuera?”, se pregunta. A María Andrés, madre de cinco niños de infantil, primaria y secundaria, la solución alcanzada le cuadraba ayer: “Es una forma de que los alumnos mantengan cierto pulso en los estudios y no se desconecten del todo de sus obligaciones, aunque creo que el curso que viene habrá que reorganizar los contenidos para cubrir este trimestre".
Respecto a la apertura de centros en verano no cree que varíe mucho respecto a lo que ya se hace en los campamentos urbanos aunque matiza: “Solo ofertaría clases de refuerzo en casos excepcionales. Los alumnos llevan más de dos meses encerrados y después del confinamiento veo más necesario que salgan a la calle, jueguen, queden con sus familias, amigos, salgan al campo... Al final un trimestre en la vida educativa de un estudiante no es fundamental, se puede recuperar en otro momento sin tener que angustiar tanto a las familias que ya bastante estrés tienen”, concluye.
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