Los que sí vencieron al coronavirus
Los primeros pacientes que superaron la enfermedad en España relatan su experiencia
Cuando César Mañanes se enteró de que sus septuagenarios padres tenían la Covid-19, se encerró a llorar en el cuarto de baño. La secuencia se desarrolló hace dos semanas en el madrileño Hospital Universitario La Paz, donde este profesor de Música de primaria de 38 años permaneció 11 días ingresado por coronavirus. “Me acojoné bastante, pero sobre todo por mis padres”, relata por teléfono.
Mañanes encarna la luz en la nebulosa de la pandemia. Se contagió. Y tras un periplo hospitalario se curó, al igual que sus padres. Como ellos, otros 12.284 españoles han logrado derrotar al virus.
La travesía por el desierto de este profesor arrancó el 7 de marzo. Ese día, acudió a Urgencias. Tenía tos y 39 de fiebre. Conectó inicialmente sus síntomas con una infección de orina a consecuencia de sus piedras en el riñón derecho. Le prescribieron paracetamol y antibióticos. Tras cinco días hospitalizado, le hicieron la prueba del patógeno. El miércoles recibió el alta después de una exitosa recuperación. Hoy, el profesor descansa en su casa madrileña. Sus padres abandonaron el domingo pasado el hospital. Su hermana, de 42 años, que no tiene el virus, hace la compra y cuida a los convalecientes. Todos están aislados siguiendo la cuarentena global. Se encuentran bien. Apenas salen de sus habitaciones. Y, cuando lo hacen, desinfectan con alcohol hasta los pomos. Los Mañanes esperan a que todo pase para abrazarse.
Un pionero de Internet
Javier Pérez sintió hace un mes que atravesaba la “peor gripe” de sus 50 años. Aquejado de tos seca, fiebre y cansancio, llamó al 112. “Llegó un momento que no sabía si estaba despierto o dormido”, relata este empresario que fundó en 1992 el primer proveedor de Internet de España. “He tardado 20 días en recuperarme. Esto es muy duro”, recuerda el también promotor de la película de animación Planet 51, la cinta más cara de la historia del cine español de 2009 con 50 millones de presupuesto. “Al final se sale”, concluye.
Del auditorio al hospital
La soprano Almudena López supo que su vida se trastocaba el 26 de febrero. Fue entonces cuando esta tinerfeña de 29 años regresó a Barcelona tras una gira de seis días por Lombardía, la región de Italia más golpeada en Europa por la Covid-19. “Sentí dolor de cabeza, fiebre y diarrea. Di positivo. Fui el paciente número tres del hospital. Pasé 15 días en el Clínico de Barcelona. Me dieron paracetamol y tranquilizantes. La estancia se me hizo eterna. Pedí hablar con un psiquiatra. Me dijeron que no era posible porque no conocía el protocolo de seguridad”, relata por teléfono. Tras encadenar dos negativos consecutivos en los test, la soprano recibió el alta. Fue el 12 de marzo. Ese día, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hablaba por primera vez de “emergencia sanitaria” y España rebasaba ya los 3.000 contagiados (este sábado se confirmaron más de 72.000 casos). Ese día también comenzaba la liberación. “Nunca pensé que me fuera a morir”, explica esta joven que no sabe en qué lugar del país transalpino —visitó Bienno, Bérgamo y Milán— se infectó. Tampoco por qué el patógeno no entró en el cuerpo de su hermana Desiré, que la acompañó durante su gira italiana. Cuenta la soprano que ya no puede volver a enfermar con la Covid-19. Que los médicos le han indicado que su organismo ha desarrollado anticuerpos. Explica, además, que ahora el problema radica en el aluvión de actuaciones que ha tenido que cancelar a consecuencia de la pandemia.
Hasta que el mundo se recomponga, su papel en La flauta mágica de Mozart de Reina de la noche, un personaje enigmático que salva a un príncipe de una serpiente gigante, tendrá que esperar.
La gripe del cirujano
Álvaro Moreira, cirujano maxilofacial del Hospital Universitario La Paz, en Madrid, sostiene que ya ha derrotado a su enemigo. “Lo único que me queda es la dificultad para oler. Ha sido como una gripe light”, explica por teléfono este facultativo de 30 años desde un piso de la capital, donde apura los últimos coletazos de su convalecencia. Moreira es uno de los más de 10.000 profesionales sanitarios que han contraído el coronavirus en España. Tras sufrir fiebre y dolor de cabeza, Moreira dio positivo en Covid-19. Su trabajo como cirujano maxilofacial —guardias de 24 horas en contacto directo con las bocas de los pacientes— lo convirtió en una diana fácil. El miércoles pasado, el médico confiaba en poder reincorporarse pronto a las extenuantes jornadas de su hospital.
El virus de la guitarra
Francisco Carmona, Paquito, sospecha que pudo infectarse de la Covid-19 tras dar un concierto. “Los seguidores se acercan y te besan”, explica por teléfono este cantante y guitarrista de 35 años desde su casa del municipio malagueño de Cárcamo. Su historia con el virus comenzó el 1 de marzo, cuando se zambulló en una espiral de fiebre, escalofríos, náuseas y falta de apetito. Fue al médico. Y el facultativo le recetó paracetamol. Acudió al hospital con 39 de fiebre. Y allí le dijeron que se fuera a casa, que se le pasaría. “El doctor me indicó que había gripes que duraban hasta 10 o 15 días”, asegura este músico especializado en flamenco fusión. Como no amainaban los síntomas, y tras visitar Urgencias dos veces en una semana, Paquito Carmona se presentó en el hospital. “Como le decía a los doctores que no había viajado, no me hacían la prueba”. Al final le hicieron un test. Y dio positivo. Lo aislaron. Y el músico logró vencer a la enfermedad. Hoy, se recupera en casa, también aislado, junto a su mujer y su hija de dos años. “Cuando la niña se acercó a darme un beso el primer día, salí corriendo”, recuerda este artista que ha compuesto un tema con su experiencia. “Me encuentro fuerte como un limón”, reza la letra de la canción.
El jefe de enfermedades infecciosas del Clínico de Barcelona: “Los curados están curados”
Del coronavirus se sale. “Los curados están curados. Es como una gripe”, concluye el jefe de servicio de enfermedades infecciosas del Hospital Clínico de Barcelona, Alex Soriano.
Este doctor especialista en medicina interna relata que los pacientes que superan siete días de la fase aguda de la Covid-19 —sin ahogarse y con una oxigenación correcta— pueden marcharse a casa, donde son monitorizados para analizar su evolución.
“Estamos aprendiendo el protocolo día a día”, reconoce Soriano. “Hoy no pretendemos parar la pandemia, sino salvar las vidas de los pacientes”, añade.
De ahí que los criterios, según este doctor, para conceder el alta hayan cambiado. Hace dos semanas, algunos hospitales consideraban recuperado al paciente que encadenaba dos negativos consecutivos en las pruebas. Hoy, siete días sin síntomas graves son suficientes para acreditar que el virus ha abandonado el cuerpo.
Información sobre el coronavirus
- Aquí puede seguir la última hora sobre la evolución de la pandemia
- El mapa del coronavirus: así crecen los casos día a día y país por país
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- Guía de actuación ante la enfermedad
- En caso de tener síntomas, estos son los teléfonos que se han habilitado en cada comunidad
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