Al menos 352 muertes y 2.444 contagios de coronavirus en las residencias

Al menos 352 personas han muerto en España en residencias de mayores debido a la pandemia de coronavirus. Otras 2.444 están contagiadas. Las cifras son el resultado de un recuento realizado por EL PAÍS, a partir de datos de las comunidades. Aunque están incompletas, son el reflejo más fiel que se puede dar ahora mismo de la situación en estos centros. No se realizan pruebas a todos los que presentan síntomas, por lo que muchos casos quedan sin registrar. Además, cada autonomía decide cómo dar esta información. Sin embargo, a medida que trascienden datos se confirma lo que los trabajadores del sector llevan ya semanas anticipando: el virus se ceba con las residencias.

El goteo es constante. Cada día se publican nuevos casos de contagios, de muertes. Los mayores y sus familiares están angustiados. Saben que son población muy vulnerable ante el virus. Según un análisis del Ministerio de Sanidad a partir de más de 32.000 casos notificados en todo el país –de entre todos los grupos de edad, no solo en residencias–, seis de cada diez fallecidos tenían más de 80 años. Los sindicatos y las asociaciones profesionales llevan semanas alzando la voz, reclamando medios para los centros que están sobrepasados. Los pedían incluso antes de que se conocieran los datos. Se sabía que el virus es más agresivo con los mayores y con quienes presentan patologías previas.

Pero siguen sin llegar de forma generalizada los equipos de protección. Continúan sin realizarse los test que permiten dimensionar realmente el problema y diagnosticar a los empleados que están de baja, en cuarentena porque tienen síntomas, sin poder incorporarse nuevamente a los centros y sin saber con certeza si están contagiados.

Casi dos semanas después de haberse declarado el estado de alarma, el Gobierno no ofrece una cifra global. Remite a las comunidades. Pero es imposible homogeneizar la información. Así que los más de 2.000 contagios sí incluyen 655 positivos detectados en centros de la Comunidad de Madrid por inspectores de la Consejería de Políticas Sociales. Es la cifra más alta registrada de entre todas las autonomías. Este jueves, el Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso dio datos por primera vez. Sin embargo, los 310 muertos contabilizados por este periódico no incluyen ninguno madrileño: la propia consejería reconoce que es imposible conocer la cifra, ante la falta de test. Se limitan a informar de 1.065 fallecimientos en los 475 centros de la región desde el pasado 1 de marzo. Por cualquier causa. Imposible conocer cuáles se deben a la Covid-19. Solo en las residencias públicas y concertadas –que suponen menos de la mitad de los 475 centros de la región– fallecieron 460 ancianos en marzo de 2019, informa Fernando Peinado.

Tampoco es posible incluir cifras actualizadas de Andalucía, las últimas son del pasado martes. Y el balance de casos que hace públicos Castilla y León y Castilla-La Mancha es impreciso: no diferencian entre residencias de personas con discapacidad y de mayores. La primera informa de 442 casos y 110 muertes. La segunda, de 356 positivos y 73 fallecimientos (estos últimos, con fecha de hace dos días). Es imposible saber cuántos de ellos corresponden a residencias.

Sin embargo, los 352 fallecimientos y los 2.444 son la aproximación más fiable de una crisis que está causando mella en el sector. Hay casos en al menos 361 residencias de ancianos, aunque de nuevo, no todas las comunidades ofrecen la cifra. Pero las patronales insisten en que en la mayoría de los centros la situación está controlada. Hay más de 5.400 residencias en España, en las que hay más de 381.000 plazas, según los últimos datos del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso), de 2018. Por ello tratan de transmitir un mensaje de tranquilidad, dentro de la gravedad de la situación. También lo hace el Imserso.

Ante la situación en los centros, el Ministerio de Sanidad ha emitido varias órdenes para aumentar el control en los centros. La primera, firmada el 19 de marzo, es un protocolo ejecutivo con el que se obliga a todas las residencias a establecer medidas de aislamiento (se divide a los internos en cuatro grupos: contagiados; con síntomas; quienes hayan tenido un contacto estrecho con ellos, y los libres de sospecha) y se imponen medidas estrictas de higiene. También disponía que los casos estuvieran bajo la supervisión de sanitarios de atención primaria. Patronales, sindicatos y asociaciones profesionales reclaman más asistencia sanitaria para poder hacer frente a los contagios.

La segunda orden, publicada el pasado martes en el Boletín Oficial del Estado, facultaba a las comunidades a intervenir centros, públicos o privados, que estén desbordados por la situación. Y a pedir ayuda urgente si no pueden cumplir con el protocolo o gestionar los cadáveres (los servicios funerarios están sobrecargados estos días).

Mientras, los trabajadores soportan el peso del trabajo en un momento en que se han convertido en la única compañía de los internos en las residencias, donde las visitas están prohibidas. “Es horrible. Un día están bien, al día siguiente enferman… y al siguiente caen”, cuenta una enfermera de una residencia de Madrid que pide no identificarse. “El proceso puede durar solo tres días. El virus afecta sobre todo a los que tenían patologías previas. En el centro, de 160 usuarios, sospechamos que nueve personas han fallecido por el coronavirus. Pero no se les ha hecho la prueba. Hay otros 46 aislados”, cuenta. Y dice que el personal está sobrecargada. Pide ayuda. Recursos. Ya.

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