México, ante la pandemia
Jefes de hospital, médicos del sistema público y expertos en políticas públicas de salud analizan los retos que enfrenta el país para combatir la crisis por el coronavirus
México ha confirmado hasta este jueves 164 casos positivos de Covid-19 y un fallecido. Unas horas después de que se diera a conocer la noticia de la muerte del primer caso por coronavirus en el país este miércoles, el presidente López Obrador enseñaba unas “estampitas” y minimizaba así una crisis global que ya ha afectado a más de 230.000 personas en todo el mundo. Los expertos prevén que el punto la escalada en el país latinoamericano llegará en los próximos días, antes de que termine el mes.
El país se encuentra en una fase 1, es decir, la mayoría de casos son importados y sus contactos son de momento rastreables, según afirman las autoridades. Aunque las autoridades no han podido confirmar cómo se contagió el primer fallecido, que vivía en México y asistió a un concierto a principios de marzo, dan por hecho que la fase se mantiene: “Entraría en contacto con personas extranjeras o que vinieron del extranjero”, ha explicado el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, en una conferencia de prensa.
Con un número similar de casos, se encontraba España el 4 de marzo (198 contagiados y el primer muerto). Diez días después, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ante el creciente número de contagios, declaraba el estado de emergencia con 5.753 casos confirmados y 136 fallecidos.
Algunos jefes de áreas encargadas para combatir el Covid-19 en hospitales privados, médicos del sistema público de salud y expertos en política pública sanitaria, explican a este diario qué medidas se están tomando en los centros y qué debería aprender México de la crisis en otros países ahora desbordados.
¿Se está pecando de exceso de confianza por parte del Gobierno?
La abogada y consultora en salud y políticas públicas Laura Torres explica sobre este punto que “la cancelación de eventos masivos debió recomendarse en una primera etapa y exigirse en las últimas semanas”. La semana pasada, el Festival Vive Latino acogía a más de 40.000 personas en su recinto sin que una autoridad decidiera posponerlo. La analista añade: “Las campañas de concienciación sobre el distanciamiento social y el lavado de manos debieron ir acompañadas de una actitud congruente por parte del presidente de la República. La cancelación de sus giras con eventos masivos y la adecuada comunicación de las razones de salud pública por las que esa medida se hubiera tomado, hubieran contribuido a que la población comprendiera el riesgo al que estamos expuestos”.
Por su parte, el infectólogo, engargado del área Covid-19 del hospital privado Médica Sur, Luis Enrique Soto, es más cauto: “Es difícil opinar cuando no estás viendo el panorama completo. Pero quizá deberíamos hablar de un aislamiento del país. El tiempo y la repercusión que tenga dirán si se ha actuado bien”. Su homólogo del hospital privado ABC, Francisco Moreno es más tajante con el Gobierno en su proceder, al menos hasta la noche del jueves: “Aquí no se ha pecado de exceso de confianza... Simplemente siguen ignorando el problema”.
Un especialista del Hospital Infantil de México (público), que prefiere reservar su identidad señala: “Siento que se están quedando cortos, creo que se tendrían que poner más las pilas. La dirección del hospital está adelantándose, no está esperando al Gobierno”.
¿Qué medidas se han tomado en los hospitales?
Tanto los hospitales públicos como privados han destinado unas áreas específicas para atender a los pacientes contagiados por el Covid-19. Algunos han rescatado salas que se tenían previstas para otras crisis, como fue la del ébola o de la influenza, y otros han habilitado unas nuevas para esta contingencia.
En general, las recomendaciones de las autoridades mexicanas son hacer las pruebas de Covid-19 solo a los pacientes con síntomas (tos seca, fiebre, dolor corporal) que vengan del extranjero o hayan tenido contacto con alguien que haya viajado a los países afectados. El proceso, que sigue la recomendación oficial, es llamar por teléfono antes de acudir al hospital para explicar los síntomas y la situación de cada paciente. No acudir directamente a urgencias para evitar riesgos y saturación en los centros.
Los hospitales públicos con laboratorios homologados para realizar las pruebas de Covid-19 son el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, el Hospital General de México, Hospital 20 de Noviembre (ISSSTE) y Hospital General de La Raza (IMSS). Además, hay dos centros privados donde se pueden también realizar las muestras: el Centro Médico ABC, campus Observatorio, y el Hospital Ángeles Interlomas. Las pruebas en los hospitales cuestan alrededor de 150 y 200 dólares.
Si en esos centros el paciente da positivo, debe aislarse por un período de 14 días y todos con quien haya estado en contacto también.
¿Cómo se notifican los casos positivos al Gobierno?
El resto de centros que hayan realizado pruebas, validadas por la Organización Mundial de la Salud, pero que no se encuentren en esa lista, deben notificar los casos al INDRE (Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos), que funciona como un laboratorio general para el país y sus resultados tardan entre 48 y 72 horas en procesarse. Los datos del INDRE, además de los que recojan los centros homologados por la Secretaría de Salud, son los que el Gobierno tiene en cuenta para el conteo nacional, en la rueda de prensa que ofrece todos los días a las 7 de la tarde.
¿Qué recomiendan que haga cada ciudadano?
Los jefes de hospital consultados y médicos consultados recomiendan evitar ir a urgencias, resolver todo lo que se pueda por teléfono. El número en México para asistencia es: 800-0044-800. Además, para los centros privados, se aconseja llamar al hospital antes de presentarse.
Los pacientes aislados en su casa deben permanecer en una habitación separada y ventilada, de ser posible, lavar sus sábanas a diario, evitar el contacto con la ropa del enfermo y desinfectar con una solución de cloro y agua las superficies que estén en contacto con él. Los pacientes hospitalizados son intubados, sus cuartos son desinfectados al menos una vez al día y el personal médico debe usar bata (desechable, de ser posible), cubrebocas, guantes y calzado antiderrapante.
¿Cómo influirá la experiencia de la influenza entre el personal sanitario en México?
Los profesionales de la Salud no están exentos del temor al contagio y una de las experiencias del brote del H1N1 en 2009 fue el lavado permanente de manos y gel antibacterial, incluso los doctores del Hospital Infantil tienen un sensor que registra cuántas veces utilizan el gel que mantienen desde aquella contingencia.“Si esto crece muchísimo, no nos vamos a dar abasto. En la H1N1 no nos dábamos abasto”, cuenta el del Hospital Infantil.
“Hace 11 años coordiné la respuesta al H1N1. El plan es muy semejante. En el pico del H1N1 no tuvimos ningún personal que atendiera en el hospital que se hubiera infectado, sí con contagios comunitarios. Aprendimos a seguir las reglas y un plan”, cuenta el infectólogo encargado del área Covid-19 del hospital privado Médica Sur, Luis Enrique Soto.
El protocolo para el personal sanitario considera también tres vías de contagio del coronavirus. El primero son gotas de saliva, con un alcance de un metro al hablar y de cuatro metros al toser o estornudar. El segundo es por vía aérea. El último es por contacto directo con los pacientes o con superficies que alguien infectado haya tocado. Las recomendaciones para médicos y enfermeras son vacunarse contra la influenza, hacer inventarios de insumos y asignar equipos con experiencia epidemiológica. Para evitar la saturación del sistema, la consigna es reducir el número de visitantes por paciente.
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