El Constitucional denuncia que el derecho a la igualdad no se ha cumplido en su seno
En sus 40 años de historia, solo seis mujeres han sido magistradas de la institución, por 60 hombres
El Tribunal Constitucional ha organizado hoy en su sede un acto que ha tenido la doble condición de homenaje y paradoja. Homenaje a las seis magistradas que han formado parte de la institución en sus 40 años de historia, mientras que el número de magistrados ha sido de 60. Y paradoja precisamente por este dato, por la contradicción que supone que el órgano encargado de garantizar el derecho a la igualdad no haya sido capaz de cumplirlo en su seno.
Así lo han denunciado las cuatro intervinientes en el acto, la actual vicepresidenta del Constitucional, Encarna Roca, la expresidenta María Emilia Casas, la exvicepresidenta Adela Asúa y la exmagistrada Elisa Pérez Vega. Todas ellas han lamentado que el tribunal de garantías no haya tenido nunca más de dos magistradas en cualquiera de sus composiciones, de un total de doce componentes de la institución. Aunque la que se sintió más discriminada fue Pérez Vera, ya que fue la única de las cuatro presentes que no ha tenido cargo en la cúpula de la institución.
Las cuatro oradoras hicieron un recorrido por su propia experiencia en el tribunal y por el largo camino recorrido en los últimos dos siglos en España en pro de la igualdad entre hombres y mujeres. Un relato trufado de citas de Concepción Arenal y Clara Campoamor, pioneras en distintas etapas en la defensa de esa reivindicación.
La lista de intervinientes hubiera podido completarse con María Luisa Balaguer, actualmente también magistrada del Constitucional, junto a Encarna Roca, pero no asistió al acto. Gloria Pegué, fallecida en 2016, fue a su vez la primera mujer que ocupó plaza en el tribunal. Suya fue una sentencia muy importante, por la que se sentó la tesis de que los atestados policiales no pueden ser prueba única y concluyente en los procesos penales. Un fallo que recientemente fue citado por el también ahora magistrado del Constitucional y exfiscal general del Estado, Cándido Conde Pumpido, como una de las que ha marcado la historia de la institución en su defensa del derecho a la presunción de inocencia.
Los parlamentos, desde luego, fueron pronunciados con mucha convicción. Y con toques de humor. La vicepresidenta Encarna Roca no dejó de señalar, por ejemplo, que ante la falta de renovación del Constitucional cabría compararse con “un yogur caducado”, en el bien entendido de que estos siguen siendo aptos para el consumo. Pero su mensaje de fondo fue que ni el Gobierno ni el Consejo General del Poder Judicial han propuesto nunca a una mujer para el tribunal en los turnos en que les ha correspondido nombrar magistrados o magistradas. En cambio, sí lo han hecho el Congreso y el Senado en sus respectivas propuestas de renovación.
María Emilia Casas, a su vez, citó al también expresidente del Constitucional Francisco Tomás y Valiente, para recordar su idea de que “las instituciones son lo que hacen, pero también lo que se hace con ellas”, en relación con los retrasos periódicos en su renovación. Y su denuncia fue contundente al afirmar que “algo no va bien” cuando no se logra garantizar el derecho a la igualdad en las propias instituciones que deben defenderla. “Estuve tres años sola”, dijo recordando que fue la única mujer en el tribunal en su primer período. Y luego permaneció en el Constitucional hasta doce años, por la tardanza en su renovación. Pero su homenaje más sentido fue “a las mujeres anónimas”, a las “no relevantes”, que cada día “hacen posible la épica del cuidado”.
Adela Asúa pidió “hacer realidad que la justicia constitucional no es solo cosa de hombres, y que se note también en sus imágenes”. Es decir, en la galería de retratos del tribunal, que refleja ese desequilibrio. Y pidió una mayor representatividad de la institución, también en materia de procedencias territoriales.
Elisa Pérez Vera, a su vez, afirmó que si en el Constitucional ha habido solo seis mujeres es porque se trata de “una institución clave”. Pero subrayó que “si miramos atrás tenemos motivos, si no para el optimismo, sí para la esperanza”, para añadir que “en la historia del constitucionalismo español hemos pasado de invisibles a iguales”. Y pidió que “en la próxima renovación se supere la cuota de dos mujeres en el tribunal”.
Encarna Roca, a su vez, se refirió especialmente al mandato de María Emilia Casas al frente del Constitucional, y subrayó que fue víctima de “intrigas internas y externas”, y “no fue bien comprendida”. Luego, se preguntó: “¿Por qué?” Y se contestó con otra pregunta: “¿Por ser mujer?” No hubo respuesta. Quedó en el aire.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.