La Fiscalía pide archivar el crimen de Sheila Barrero al no encontrar pruebas contra su exnovio
La joven fue asesinada de un disparo a quemarropa en 2004 en Degaña (Asturias)
La Fiscalía ha solicitado el sobreseimiento provisional de la causa que investiga el asesinato de Sheila Barrero, perpetrado en enero de 2004, al considerar que las nuevas diligencias practicadas para intentar esclarecer los hechos no permiten realizar una acusación formal contra su exnovio, única persona investigada por el crimen. En junio de 2019, la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil remitió un informe que aportaba "pruebas absolutamente concluyentes” que le atribuían la autoría del asesinato.
Sheila Barrero, de 22 años, fue asesinada el 25 de enero de 2004 cuando regresaba a su domicilio en la localidad asturiana de Degaña tras finalizar su jornada como camarera en un pub de Villablino (León). Su cadáver fue descubierto por su hermano en el interior de su vehículo en el aparcamiento de un área recreativa en el Alto de la Collada, en la carretera que une la localidad y Degaña.
La causa fue reabierta en 2015 para la práctica de nuevas diligencias en las que se aplicaron nuevos avances tecnológicos, y apuntaba a un caso de violencia de género. En un informe en el que analiza los resultados de estas nuevas diligencias, el ministerio público subraya que los restos de ADN encontrados en el cuerpo de la víctima no corresponden con el investigado, del que tampoco se encontraron huellas en el interior del coche. Tampoco se encontraron restos de sangre de la víctima en ninguna de las prendas del exnovio que fueron analizadas.
La Fiscalía ve este detalle significativo porque, según la reconstrucción de los hechos, el autor del homicidio disparó a cañón tocante a la víctima, desplazó el cuerpo al asiento del copiloto para conducir el vehículo hasta el lugar donde fue localizado y después movió de nuevo el cadáver para volver a sentarlo frente al volante.
Tampoco ve concluyente la Fiscalía el hecho de que en la mano derecha del investigado, cazador aficionado, se encontrara una partícula idéntica a la del casquillo encontrado en el coche, puesto que “es imposible determinar que ambas pertenezcan al mismo cartucho”, según afirmó “rotundamente” en uno de los peritos.
Además, incide en que las muestras se tomaron entre 33 y 34 horas después del crimen, lo que “aumenta considerablemente” la posibilidad de que el hallazgo en la mano del investigado se deba a una transferencia desde otra superficie, “dato que, además, se ve avalado por el escaso número de partículas encontradas (una)”.
En las nuevas diligencias también se analizó la chaqueta azul del investigado, entregada voluntariamente por él, y una fibra textil del mismo color localizada en una bufanda negra que estaba dentro del coche. Los informes concluyeron que la fibra pertenecía a la chaqueta del exnovio, pero la Fiscalía incide en que no se conoce de quién es la bufanda y cuánto tiempo llevaba en el coche, y agrega que en ella no aparece ningún resto o perfil genético del investigado, quien además nunca ha negado haber estado en el vehículo con anterioridad al homicidio y en compañía de la joven.
De esta forma, insiste, el hallazgo de la fibra "solo permite deducir que el investigado estuvo, vestido con esa chaqueta, en contacto con la bufanda o con alguna superficie en la que haya estado la bufanda, sin que se conozca cuándo y dónde, por lo que difícilmente se puede hacer coincidir temporalmente este hecho con la muerte de la víctima".
Sobre la presencia de partículas de plomo, bario, antimonio y estaño provenientes de la detonación de un sólo disparo y halladas en la misma chaqueta, el Ministerio Público recuerda que el investigado dijo que había estado cazando unos días antes de la muerte de la joven. El informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que incriminaba al novio de Barrero explicaba que en cualquier jornada de caza se realiza más de un disparo y subrayaba que "ninguna munición de caza contiene el estaño como elemento en su composición". Sin embargo, la Fiscalía advierte de que esta afirmación "se contradice" con un informe elaborado por el Laboratorio de Química y Toxicología de la Dirección General de la Policía que encontró la combinación de plomo, bario, antimonio y estaño en municiones de escopetas empleadas para cazar, "luego no es exclusiva de las armas cortas".
La Fiscalía añade en su informe que la coartada del exnovio sigue siendo la misma sin que se haya podido acreditar que hubiera estado fuera de su domicilio entre las ocho o las nueve de la tarde del 24 de enero de 2004 hasta la media mañana del día siguiente.
Por todo ello, entiende que las diligencias practicadas "no resultan suficientes para situar inequívocamente al investigado en el interior del vehículo en el momento del crimen ni, por lo tanto, para determinar la autoría material del homicidio o señalar a una persona concreta ya no como autor, sino tampoco como cómplice o encubridor".
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