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Bruselas promete 100.000 millones de euros para lograr el objetivo de emisiones cero en 2050

La Comisión Europea aprobará este miércoles el Pacto Verde, que incluirá ayudas para superar la resistencia de países como Polonia o Alemania

La presidenta de la COmisióN Europea Ursula von der Leyen.
La presidenta de la COmisióN Europea Ursula von der Leyen.AP

La Comisión Europea aprobará este miércoles el llamado Pacto Verde, una estrategia que incluye el compromiso por ley de reducir a cero las emisiones netas de CO₂ en 2050 como muy tarde. El plan será trasladado a la cumbre europea que se celebra este jueves y viernes en Bruselas. Y según el borrador de conclusiones de esa cumbre, al que ha tenido acceso EL PAÍS, los 28 gobiernos de la Unión ratificarán tanto el objetivo de 2050 como los planes de financiación para movilizar hasta 100.000 millones de euros entre fondos públicos y privados.

La jugosa oferta financiera pretende vencer las reticencias de países como Polonia o Alemania, que temen el enorme coste de la transición hacia una economía sostenible. El borrador de las conclusiones de la cumbre europea, no solo respalda el objetivo de los 100.000 millones sino que también se compromete "a prolongar la financiación de los esfuerzos de transformación más allá de 2030".

Fuentes comunitarias apuntan que esa garantía podría bastar para superar el veto de Polonia, que en la pasada cumbre europea de junio impidió, con el apoyo de socios como Hungría, que la UE pactase el objetivo de neutralidad climática para 2050.

La oferta también beneficiaría a Alemania, donde hasta ocho regiones estarían cualificadas para recibir ayudas para la reconversión de las zonas con minería de carbón. Berlín acepta el objetivo a largo plazo, pero se resiste a endurecer la meta intermedia de 2030, fijada ahora en una reducción del 40% (en relación al nivel de emisiones de 1990).

En contra del criterio de Alemania, el Pacto Verde que aprobará la Comisión este miércoles considera imprescindible acelerar el esfuerzo de la reducción de emisiones para poder llegar a la neutralidad a mediados de siglo. El organismo comunitario propone alcanzar el 50%, e incluso el 55%, en 2030, como señal inequívoca para todos los operadores (industria y particulares) de que la tendencia es imparable.

El plan también incluye la creación de un Mecanismo de Transición Justa para ayudar a los países para ayudar a llevar a cabo la reconversión. Ese instrumento contaría con un fondo específico de 5.000 millones de euros, más 5.000 millones procedentes de los fondos estructurales y otros 1.500 millones de euros para avales.

El potencial de movilización se elevaría, según la Comisión, a 35.000 millones de euros. Pero Bruselas aspira a llegar incluso a los 100.000 millones de euros gracias a la aportación de recursos de los Estados y a la contribución del Banco Europeo de Inversiones.

La fórmula para multiplicar la capacidad de financiación de los recursos disponibles sería similar al apalancamiento utilizado durante esta legislatura para el llamado plan Juncker. Ese plan, puesto en marcha en 2014 para paliar una caída del 20% en la inversión pública durante la crisis financiera, cuenta con un capital base de solo 33.500 millones pero a través del sistema de avales y apalancamiento ha permitido movilizar hasta ahora más de 450.000 millones de euros y espera llegar al medio billón el año que viene, según los datos de la Comisión Europea.

La batalla climática y financiera se cruzarán en la cumbre europea que arranca el jueves. Y el desenlace de ambos debates llega íntimamente ligados, porque del grado de recursos disponibles dependerá en gran parte la ambición en el combate contra las emisiones de CO₂.

De momento, el borrador de conclusiones de la cumbre admite que "la transición requerirá significativas inversiones públicas y privadas". Y aunque da la bienvenida al plan del Banco Europeo de Inversiones, que prevé financiar proyectos verdes por valor de un billón de euros durante la próxima década, reconoce que también será imprescindible la aportación del presupuesto comunitario.

"El próximo marco presupuestario [2021-2027] deberá contribuir de manera significativa a la acción sobre el clima", afirma el texto que los 28 gobiernos de la UE esperan pactar en la cumbre de esta semana. El borrador del documento también "reconoce la necesidad de establecer un marco facilitardor que incluya los necesarios instrumentos, incentivos, apoyo e inversiones".

Ambas referencias, según fuentes comunitarias, son guiños a los socios que necesitarán más ayuda para llevar a cabo la transición ecológica y energética, con Polonia y los países de Europa central a la cabeza. El jueves se verá si son suficientes para que Europa se convierta en el primer continente que acepta por ley reducir a cero sus emisiones.

De los fertilizantes a las ayudas para África

El Pacto Verde que aprobará este miércoles la Comisión Europea incluye todas las recetas de su presidenta, Ursula von der Leyen, y de su vicepresidente para Clima, Frans Timermans, para una lucha contra el cambio climático que marcará esta legislatura europea (2019-2024) y, tal vez, la siguiente. Las voces críticas con el plan acusan a la Comisión de haber incluido en el Pacto un batiburrillo de medidas y planes que, en muchos casos, ya figuraban en los planes de trabajo del organismo y a los que simplemente se ha dado un barniz verde para que encajen en la nueva estrategia. El Pacto incluye desde la promesa de revisar toda una batería de directivas existentes (la de fiscalidad de la energía o la de eficiencia energética, entre ellas) a retocar la Política Agrícola Común para fijar objetivos de reducción de fertilizantes o de pesticidas.  El Pacto también tiene una parte de política exterior, con especial referencia a África, cuya gestión corresponderá en parte al Alto Representante de la UE, Josep Borrell. La cumbre europea de este jueves y viernes pedirá a Borrell, según el borrador de conclusiones, que "preste particular atención a la diplomacia del clima".

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