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La epidemia de ébola, “confinada” en una pequeña zona del Congo

La OMS muestra “un prudente optimismo” ante la evolución del brote y anuncia la introducción de una segunda vacuna experimental

José Naranjo
Michael Ryan, director del programa de emergencias de la OMS, este jueves en Ginebra.
Michael Ryan, director del programa de emergencias de la OMS, este jueves en Ginebra. Martial Trezzini (AP)

Por fin, buenas noticias. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha informado este jueves de que la epidemia de ébola que sufre el noreste de la República Democrática del Congo (RDC) desde el 1 de agosto de 2018 se encuentra “confinada” en una pequeña región entre las provincias de Ituri y Kivu del Norte, pero también advierte de que dicha zona rural es de difícil acceso debido a la situación de inseguridad. “Optimismo prudente” fue la expresión utilizada por el director de Emergencias de la OMS, Michael Ryan, para referirse a la evolución del brote.

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En las últimas semanas, la considerable reducción de nuevos casos, de manera muy especial en las ciudades de Beni y Butembo, los dos principales focos, ya apuntaban a ese optimismo, aunque las autoridades han optado por no precipitarse a la hora de dar la epidemia por controlada. “Hemos confinado el virus en una zona geográfica mucho más pequeña, ahora debemos acabar con él”, insistió Ryan durante una conferencia de prensa en Ginebra.

La región en la que se siguen produciendo nuevos contagios se encuentra entre las localidades de Mambasa, Komanda, Beni y Mandima. “El problema es que el virus ha vuelto a áreas donde la inseguridad es muy grande”, dijo Ryan, en referencia a la presencia de grupos armados como los mai mai que controlan partes de este territorio. De 207 zonas de salud afectadas durante el momento de máximo apogeo del brote se ha pasado a tan solo 27. “Pero el peligro no ha pasado”, remachó.

Por otra parte, la OMS también anunció que el operativo de respuesta a la epidemia comenzará a aplicar una segunda vacuna experimental en los próximos días, una declaración esperada desde que el doctor Muyembe se hiciera cargo de la coordinación nacional de dicha respuesta el pasado verano. Esta segunda vacuna ha sido desarrollada por la farmacéutica Johnson&Johnson y será administrada en dos dosis con un intervalo de 56 días.

La filosofía de esta nueva herramienta contra el virus es la de crear un cortafuegos a la extensión del ébola mediante la inmunización generalizada de la población en zonas donde no está presente el virus en la actualidad, como es el caso de la ciudad de Goma, que vivió sus últimos casos en julio pasado.

Esta segunda vacuna convivirá con la que se está usando desde el comienzo del brote, desarrollada por Merck, y que en un principio se inoculó “en cintura”, es decir, tan solo a contactos de personas infectadas, contactos de contactos y personal sanitario en aquellas áreas de salud donde el virus sí está activo, pero que desde junio comenzó a implementarse también con carácter geográfico. En total, 236.000 personas han recibido la inmunización.

La epidemia de ébola que sufre el noreste de la RDC es la peor de toda su historia y la segunda más grave en el mundo después de la que atravesó África occidental en 2014-2016, en la que fallecieron más de 11.000 personas. Hasta ahora, el brote congolés ha provocado el contagio de 3.207 pacientes y la muerte de 2.144. En julio, la OMS declaró la epidemia como emergencia de salud pública de interés internacional tras la llevada del virus a Goma por su riesgo de extensión regional. Sin embargo, tan solo se han producido tres casos más allá de las fronteras de la RDC, en concreto en Uganda, que no han generado a su vez nuevos contagios.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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