La sentencia de prisión permanente revisable para Ana Julia Quezada es la primera que se impone a una mujer
Los jueces españoles han impuesto 11 veces esta pena y en una de ellas el Tribunal Supremo la revocó
La condena de prisión permanente revisable impuesta este lunes por la Audiencia Provincial de Almería a Ana Julia Quezada por el asesinato del niño Gabriel Cruz es la primera que recae sobre una mujer en España y la undécima en total desde que el PP aprobase con mayoría absoluta introducir esta figura en el Código Penal en enero de 2015. Según informa la web del Poder Judicial, hasta el 31 de julio de 2019, la pena de prisión permanente revisable ha sido aplicada por los tribunales españoles en 10 de los 17 casos en los que había sido solicitada por alguna de las partes. Es decir, en el 58,8% de las sentencias dictadas. De esas 10 sentencias, una se dictó en el año 2017; cuatro en 2018 y cinco en los primeros meses de 2019. A estas habría que sumar la de Ana Julia Quezada este lunes.
Hasta hoy, los 10 condenados a prisión permanente revisable eran hombres, culpables de asesinar a 16 personas, 10 de ellas mujeres (cinco niñas) y seis hombres (dos niños). De todas estas condenas, solo una, la del asesino de Icod, fue revocada por el Tribunal Supremo por haberse aplicado mal un agravante. La pena final para Sergio Díaz, de 24 años y que asesinó al abuelo de su novia en Icod (Santa Cruz de Tenerife), fue de 24 años. Se libraba así de la sentencia de prisión permanente, que había sido la segunda en España y primera en 2018. El primer condenado tras la introducción de la prisión permanente en el Código Penal fue David Oubel en 2017, conocido como el parricida de Pontevedra, culpable de degollar a sus hijas de 4 y 9 años con una sierra eléctrica y un cuchillo de cocina.
La tercera condena a prisión permanente se impuso en Vitoria en septiembre de 2018. Daniel Montaño, un saxofonista que arrojó por la ventana a una niña de 17 meses e intentó asesinar a su madre en Vitoria en enero de 2016, fue declarado culpable del asesinato de la bebé y posteriormente condenado a prisión permanente. Esta sentencia está ratificada por el Supremo, igual que la cuarta que se aplicó en España, en octubre de 2018, a Marcos Miras, condenado por asesinar a su hijo de 11 años a golpes con una pala metálica en la localidad coruñesa de Oza-Cesuras. El quinto, en noviembre de 2018, fue Patrick Nogueira, conocido como el descuartizador de Pioz, que asesinó y troceó a dos de sus tíos y a dos de sus primos, de cuatro y un año en un chalé de Pioz (Guadalajara) en el verano de 2016.
El primero en ser condenado en 2019 fue Pablo Catalán, condenado en marzo por violar y estrangular a una mujer que estaba inconsciente por el alcohol después de una fiesta de cumpleaños en Castellar del Vallès (Barcelona). En abril, la Audiencia Provincial de Almería condenó por primera vez con la pena de prisión permanente en un caso de violencia de género. Francisco Salvador García fue sentenciado por asesinar y agredir sexualmente a su expareja en Huércal (Almería). Entró en el domicilio de la víctima mientras dormía, le propinó más de cien golpes, le cortó parte de la lengua y abusó de ella. En Pilas (Sevilla) tuvo lugar el asesinato cometido por Enrique Romaye, culpable de matar a una mujer tras intentar violarla sin éxito. En Mora (Toledo), Rafael García asesinó a cuchilladas a su mujer, aquejada de una enfermedad rara y dependiente, y la justicia lo condenó a la prisión permanente revisable. Esta misma condena es la que recibió en junio en Valladolid Roberto Hernández, que violó y mató de una brutal paliza a Sara, la hija de su pareja, de solo cuatro años.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.