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Más de la mitad de los trabajadores no pueden flexibilizar su horario para cuidar de sus hijos

Las mujeres interrumpen su carrera casi siete veces más que los hombres para cuidar de los niños

Cecilia Jan
Una familia desayuna en su casa, en Madrid.
Una familia desayuna en su casa, en Madrid. Andrea Comas

Entrar una hora más tarde para llevar a los niños al colegio o poder salir antes algunos días para recogerlos, recuperando ese tiempo otro día o desde casa, son medidas que facilitarían mucho la organización familiar, en un país, como España, en el que el 45% de los trabajadores aún sufren de interminables jornadas partidas (INE, 2016). Sin embargo, la mitad (el 49,55%) de los asalariados con responsabilidades de cuidado, tanto de hijos como de familiares dependientes, no puede aún flexibilizar su horario para hacerlo, según los datos, publicados este jueves por el Instituto Nacional de Estadística. Pese a ello, el 67,03% de los ocupados con estas responsabilidades consideran que no hay ninguna característica de su empleo que dificulte la conciliación.

El 45,86% de los trabajadores entre 18 y 64 años sí pueden, en general modificar el inicio o el final de su jornada por razones familiares, según este Módulo sobre conciliación entre la vida laboral y familiar de la Encuesta de Población Activa. Las respuestas incluyen tanto a los que pueden hacerlo "siempre que no se trate de un período puntual de trabajo urgente" como a los que "de modo general, tienen horario de entrada y salida flexibles o la posibilidad de mantener una bolsa de horas, o lo que es lo mismo, la acumulación de horas para su posterior disfrute en forma de horas libres", según el INE. Las mujeres tienen mayor posibilidad de hacerlo (49,22%) que los hombres (42,67%), así como los trabajadores con jornada parcial (50,447%) frente a los que tienen jornada completa (45,01%).

Los sectores con más facilidad en este sentido son Servicios (47,70%) e Industria (45,19%), mientras que el que menos lo permite es Agricultura (29,91%), según estos datos, de 2018. Por ocupaciones, las que mayor flexibilidad permiten son directores y gerentes (67,34%), contables, administrativos y otros empleados de oficina (57,84%) y ocupaciones militares (57,66%). Las que menos, operadores de instalaciones y maquinaria, y montadores (31,54%), trabajadores cualificados en el sector agrícola, ganadero, forestal y pesquero (36,48%) y artesanos y trabajadores cualificados de las industrias manufactureras y la construcción (37,39%).

Dentro de las medidas de flexibilidad, la encuesta también pregunta por la posibilidad de organizar la jornada laboral para disponer de un día libre, ya sea de forma habitual o excepcional. El 47,63% de los asalariados con responsabilidades de cuidado puede hacerlo, mientras que el 48,08% no puede hacerlo casi nunca o nunca. El INE pregunta, por ejemplo, por los casos en los que el trabajador hace las horas con antelación o con posterioridad, cambia turnos, puede emplear bolsas de horas, tiene libertad de horario o está en un puesto en el que es suficiente con la realización del trabajo.

Las compañías que aplican políticas de flexibilidad y conciliación aumentan su productividad un 19%, según el Barómetro de Conciliación Edenred-IESE 2012. Además, los empleados se sienten cuatro veces más comprometidos con la empresa y con su trabajo.

Cuidar a los hijos sin ayuda externa

Del total de personas que tenían entre 18 y 64 años el año pasado en España, 8.267.900, el 28,23%, cuidaron de forma regular de hijos menores de 15 años. Otros 519.900 (el 1,78%) cuidaron de hijos y de otros familiares dependientes, y 1.494.600 (el 5,10%) solo de dependientes. Es llamativo que, según los datos publicados, el porcentaje es casi igual entre mujeres (el 28,97%) y hombres (el 27,48%), aunque el concepto de cuidado regular es muy amplio. Se requiere que tenga un patrón fijo (diario, semanal) y que incluya varias horas a la semana, con actividades como aseo, ayuda para vestirse, para comer, para hacer los deberes, juegos, vigilancia, paseos, etcétera. Por tanto, puede incluir desde el padre o madre que llega a casa a las ocho de la tarde, a tiempo para bañar y dar de cenar y acostar a los niños como al que lo cuida durante todo el día.

Pese a esta aparente igualdad, "la realidad es que sigue habiendo mucha diferencia en las horas de cuidado entre el hombre y la mujer", afirma Libertad González, profesora de Economía de la Universidad Pompeu Fabra, especializada en políticas de igualdad y conciliación. "Es verdad que la participación del padre en los cuidados ha aumentado, pero contrasta esta aparente igualdad con que la gran mayoría de personas que interrumpen su carrera con los hijos son mujeres", subraya.

Esto se refleja en los datos del INE: de las 4,8 millones de personas que interrumpieron su trabajo al menos un mes seguido por cuidado de hijos, solo 628.000 son hombres (el 12,89%), frente a 4,2 millones de mujeres, casi siete veces más. Entre los padres que lo hicieron, la gran mayoría, el 86,93%, faltó seis meses como máximo. El 4,55% lo hizo entre seis meses y un año, y el 2,48% hasta dos años. Mientras, casi la mitad de las mujeres interrumpió su carrera entre uno y seis meses, el 20,87% lo hizo entre seis meses y un año y el 9,36% hasta dos años.

Cuando se trata del cuidado de dependientes, también es la mujer la que asume mayoritariamente la penalización en el mercado laboral, aunque en menor proporción que en el caso de los hijos. Así, 743.500 mujeres dejaron de trabajar al menos un mes por este motivo, algo más del doble que los hombres, 317.400. Redujeron su jornada por este motivo 146.300 mujeres frente a 68.900 hombres.

Los datos publicados por el INE también reflejan cómo se organizan las familias para cuidar de los hijos. De las 8.787.900 personas que tuvieron esa responsabilidad, el 17,05% utilizó servicios profesionales, que incluyen guarderías, cuidadores o niñeras, o actividades extraescolares. Del resto, 7.281.000 personas, la mitad (el 49,52%) prefirieron cuidarlos solos o con sus parejas, mientras que casi dos de cada diez familias (19,84%) recurrieron a la ayuda de abuelos, parientes o amigos.

Entre los que no utilizaron servicios externos, el 7,33% argumentaron que es porque son demasiado caros, y el 12,37% porque no se necesitaban para todos los hijos o porque estos ya se podían cuidar solos.

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Sobre la firma

Cecilia Jan
Periodista de EL PAÍS desde 2004, ahora en Planeta Futuro. Ha trabajado en Internacional, Portada, Sociedad y Edición, y escrito de literatura infantil y juvenil. Creó el blog De Mamas & De Papas (M&P) y es autora de 'Cosas que nadie te contó antes de tener hijos' (Planeta). Licenciada en Derecho y Empresariales y máster UAM/EL PAÍS.

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