La celebración del Orgullo Gay cumple medio siglo
Los disturbios policiales en un bar de Nueva York contra el colectivo homosexual en 1969 dieron lugar marchas pacíficas y festivas en todo el mundo para reivindicar sus derechos
El Desfile del Orgullo se ha convertido con el paso de los años en un símbolo de celebración imprescindible en las grandes capitales del mundo, en un acto de liberación para toda la comunidad LGTBI y en una gran reivindicación por la igualdad de derechos. Una causa que no está exenta de polémica y que también genera rechazo en algunos sectores conservadores de la sociedad.
La palabra 'orgullo' define un movimiento que defiende que ninguna persona debe avergonzarse de su sexo biológico, de su orientación afectiva ni de su identidad sexual o su rol de género. Un concepto que habla sobre la dignidad y el respeto que toda persona merece.
Todo comenzó en este mes de junio de 1969, hace medio siglo. Concretamente en los disturbios de Stonewall, que consistieron en una serie de manifestaciones espontáneas contra una redada policial que tuvo lugar en el bar Stonewall Inn, del barrio neoyorquino de Greenwich Village, contra el colectivo homosexual. A medio camino entre la leyenda generada aquel día y la realidad, aseguran quienes allí estuvieron que en el momento de la entrada de la policía sonaba en el bar la canción Over the rainbow, tema de la película El Mago de Oz, interpretada por la actriz Judy Garland, que pasó a la posteridad como un icono LGTBI.
Estos disturbios se citan como la primera ocasión en la historia de Estados Unidos en la que la comunidad LGBT luchó contra un sistema que perseguía a los homosexuales con la aquiescencia y el beneplácito del gobierno, y son reconocidos como el catalizador del movimiento moderno en favor de los derechos LGTB en Estados Unidos y en todo el mundo.
Desde el año siguiente a los disturbios, en 1970, se tiene constancia del primer desfile del Orgullo para conmemorar precisamente los disturbios de Stonewall. Esas primeras marchas reivindicativas tuvieron lugar en las ciudades de Nueva York, Chicago, San Francisco y Los Ángeles, dando lugar a una tradición que se ha extendido por todo el planeta con un multitudinario desfile en el que las carrozas y los disfraces exagerados llenan las principales capitales coincidiendo con la llegada del verano.
Antes de los sucesos de Stonewall los estados norteamericanos, a excepción de Illinois, penalizaban el sexo homosexual consentido entre adultos en el ámbito privado. Cualquier persona homosexual podía ser acusada de “crimen” o llegar a pasar entre 5 y 20 años en prisión e incluso toda la vida.
En 1971, dos años después de la manifestación espontánea contra la represión policial, una veintena de estados americanos aún mantenía leyes que permitían la detención de homosexuales por esa razón. La castración, la terapia emética, la hipnosis, la terapia de electrochoque y las lobotomías eran los medios usados por los psiquiatras para intentar ‘curar’ y reprimir a los homosexuales de sus deseos.
A pesar de la postura de no enfrentamiento con otros grupos que siguieron los movimientos homosexuales en aquellos años, el final de la década de los 60 fue turbulento debido a la confluencia de varias reivindicaciones sociales, que desencadenó en lo que se conoce como los disturbios de Stonewall: el movimiento afroamericano pro derechos civiles (1965-1968), la contracultura de los 60 y las manifestaciones contra la guerra coincidieron en esos años creando un clima social muy beligerante.
Una vez superadas muchas de esas barreras, la celebración del Orgullo en la actualidad se desarrolla con coloridas marchas (en inglés ‘pride parades’; en francés ‘marches des fiertés’) en las que los símbolos del orgullo LGTB -la bandera con los colores del arcoíris y los triángulos rosas- se exhiben durante los desfiles. Además, se dan cabida a las reivindicaciones sociales o políticas que identifican a los colectivos participantes y también se realizan actividades culturales y lúdicas.
En la actualidad la reivindicación incide en denunciar la discriminación hacia el colectivo LGTB, como la lucha por la legalización del matrimonio homosexual o el establecimiento de las familias homoparentales, el respeto a la identidad sexual de las personas transexuales y sus derechos, además de denunciar la LGTBfobia aún existente.
Los colectivos homosexuales de todos los países eligen una ciudad distinta cada año de forma itinerante para celebrar conjuntamente el orgullo LGTB de todo el continente europeo, que se denomina Euroorgullo (en inglés 'Europride'). La marcha más multitudinaria es la de Madrid, seguida de las de París, Londres, Berlín, Ámsterdam, Estocolmo y Roma.
Comienza, por tanto, la cuenta atrás para MADO 2019, la gran fiesta del Orgullo LGBT que se celebrará en el barrio de Chueca y en algunas de las principales calles de Madrid del 28 de junio al 7 de julio próximos. El año pasado la capital de España cumplió 40 años de las marchas del Orgullo, y en esta edición un gran festival servirá para celebrar, debatir y mostrar la diversidad, con el acto central que será la Manifestación del Orgullo LGBT el domingo 7 de julio, en la que se espera la participación de dos millones de personas procedentes de todo el mundo.
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