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Condenados tres hombres a 13 años por un abuso sexual a una chica que difundieron por el móvil

La Audiencia de Bizkaia certifica el estado de la joven de "confusión, laxitud y descontrol" tras ver la grabación de 2017

M. ORMAZABAL
Concentración frente al Ministerio de Justicia por la puesta en libertad de los miembros de La Manada, el 22 de junio de 2018.
Concentración frente al Ministerio de Justicia por la puesta en libertad de los miembros de La Manada, el 22 de junio de 2018.Juan Carlos Hidalgo (EFE)

La Audiencia de Bizkaia ha condenado a 13 años de prisión a cada uno de los tres acusados de abusar sexualmente de una chica de 18 años, a quien grabaron en Bilbao y cuyas escenas practicando sexo difundieron con un teléfono móvil. Los autores de estos hechos deberán cumplir una pena de 10 años de cárcel por un delito de "abuso sexual con acceso carnal" y otros tres años de reclusión por revelación de secretos, según la sentencia hecha pública este martes. Uno de los condenados ha anunciado que recurrirá el fallo y los otros dos estudian hacerlo también ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV).

La sentencia considera probado que, en la medianoche del 13 al 14 de enero de 2017, la víctima salió de fiesta con sus amigas y se dirigió a una discoteca de Alameda de Rekalde, en Bilbao, donde "consumió bebidas alcohólicas y fumó cannabis". Según los hechos narrados, queda probado que la joven, de 18 años de edad, ingirió alcohol y cannabis de forma "constante", lo que unido a que "debía tomar (y tomó) medicación antidepresiva por prescripción de su médico", provocó que "sus capacidades de comprender, querer y controlarse estaban enormemente afectadas".

En ese estado, la joven "se besó y abrazó con cualquier persona que se le ponía delante, se tambaleaba, balbuceaba y era difícil entender lo que decía", prosigue el fallo: "Su estado era tal y de tal evidencia, que en un momento dado, al vigilante de seguridad de la discoteca le fue indicado por sus jefes que sacara del recinto a aquella joven".

La joven abandonó la discoteca a las 6.50 de la mañana, dejándose en el local su bolso y el móvil. Dos de los acusados, "conscientes de su estado de desorientación y desinhibición", decidieron irse con la víctima hasta llegar a las escaleras de Solokoetxe, lugar de tránsito para acceder al barrio de Santutxu de Bilbao.

En un local de vending los dos varones "comenzaron a tocar el cuerpo" de la joven, que fue "penetrada anal y vaginalmente" varias veces por los condenados, en alguna ocasión "a la vez", y también fue obligada a realizar "felaciones", tras sumarse el tercero de los condenados.

Uno de los condenados grabó los hechos y lo envió a otro de los acusados y a una tercera persona, sin que se haya probado si lo difundió a más personas. Los tres acusados han mantenido en todo momento que "no tuvieron que forzar" a la joven porque "ella consentía". Al autor de la grabación, además de las condenas citadas, se le impone medio año más de prisión como responsable de difundir el vídeo por las redes sociales.

Como ocurrió con la sentencia impuesta a los integrantes de La Manada que violaron a una joven en los Sanfermines de 2016, en este caso el castigo que se ha impuesto es por el delito de abuso y no por el de agresión sexual, que fue uno de los motivos que ha alimentado las protestas multitudinarias de los últimos dos años, ya que en el abuso supone aceptar que no medió violencia ni intimidación por parte de los agresores. Está pendiente un cambio del Código Penal para ajustar esos delitos. La previsión es eliminar el abuso del texto legal. 

No acercarse a menos de 500 metros

La Audiencia Provincial de Bizkaia prohíbe a los tres condenados acercarse a menos de 500 metros del lugar donde resida, trabaje o frecuente la víctima durante 15 años, así como a comunicarse con ella por cualquier medio. También deberán indemnizar a la joven con 20.000 euros.

La sentencia del caso conocido como La Manada de Bilbao señala, asimismo, que el visionado de la grabación permite observar "un evidentísimo estado de perturbación" en la joven. "El estado de confusión, laxitud, descontrol de la joven mujer es evidente desde la contemplación o visionado de esas imágenes, y ello no solo es perceptible para esta sala, sino igualmente para los propios acusados, como resulta de sus comentarios, de su mofa ante el estado de la mujer", recoge el fallo.

La víctima despertó al mediodía del día siguiente en el portal de un edificio del barrio de Santutxu. Se encontraba "desorientada y sin recordar ni donde había estado ni qué pudo ocurrir". Llamó a su padre desde un establecimiento comercial próximo al local para que acudiera a buscarla. Cuando fue reconocida por un médico forense presentaba hematomas en la rodilla derecha, el muslo, el codo derecho y la espalda, además de un edema frontal.

Ella solo recordaba flashes de lo sucedido y acudió posteriormente a la Ertzaintza a denunciar los hechos, que quedaron registrados en el vídeo grabado por la cámara de vídeovigilancia de la zona.

La sentencia impone la pena máxima de 10 años para este tipo de delito, al considerar que "el trato propinado a la mujer fue denigrante, llegándose a practicar al tiempo hasta tres penetraciones, anal, vaginal y bucal, en el cuerpo de la joven, con un desprecio mostrado hacia quien no era consciente de nada, utilizando el cuerpo de la joven como si de una muñeca inerte se tratara".

Los condenados, que permanecían en prisión preventiva desde su detención hace más de un año, tenían entre 20 y 28 años cuando ocurrieron los hechos. Uno de ellos es de nacionalidad ecuatoriana y los dos dos, colombianos.

El abogado de oficio de uno de ellos ha asegurado a Efe que su cliente le ha pedido que recurra ante el Superior de Justicia vasco tanto la sentencia condenatoria como su reclusión preventiva. Los letrados de los otros dos han indicado que están estudiando presentar el recurso, aunque consideran "casi seguro" que lo harán.

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Sobre la firma

M. ORMAZABAL
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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