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Murad y Clooney reclaman justicia para las víctimas de la violencia sexual en conflictos

Estados Unidos y Rusia aguan una resolución que contempla nuevos mecanimos para prevenir y actuar contra estos crímenes

Nadia Murad y Amal Clooney con el secretario general de la ONU
Nadia Murad y Amal Clooney con el secretario general de la ONUSeth Wenig (AP)

Nadia Murad volvió tres años después de su desgarradora intervención ante el Consejo de Seguridad para pedir que no se olviden de las víctimas de la violencia sexual en los conflictos. La superviviente del Estado Islámico tenía a su lado al doctor Denis Mukwege, con el que compartió el Nobel de la Paz en 2018. Juntos urgieron una acción colectiva para se refuercen los mecanismos de prevención, para que la violencia sexual no se siga utilizando como arma. El órgano que vela por la paz y la seguridad respondió con una resolución aguada por Estados Unidos y Rusia.

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El texto se adoptó en pleno debate bajo la amenza de veto de la administración que preside Donald Trump. Washington había rechazado que se remitieran los casos de violencia sexual en conflictos a la Corte Penal Internacional, una institución que no reconoce. También pidió que se eliminara la referencia a garantizar el acceso a la salud sexual y reproductiva de las supervivientes, por el aborto. Moscú cuestionó la necesidad de crear el grupo de trabajo específico que aborde estos crímenes.

Antes de que se aprobara la resolución, Murad trató de dar voz a las miles de mujeres y niñas que son víctimas silenciosas de estos crímenes odiosos y que atentan contras los derechos humanos. “Llevamos tiempo diciendo que hay que prevenir de estos crímenes”, declaró en su intervención la activista de la minoría preislámica yazidí. Pero habló de un “fracaso colectivo” al exponer la necesidad de ir más allá de las grandes declaraciones y actuar contra los perpetradores. “Actúan libremente”, denunció, mientras "el genocidio contra las yazidíes continúa".

“Es una cuestión que debe sacudir nuestras conciencias”, insistió el ginecólogo congolés, “estos actos bárbaros no pueden usarse como arma de dominación y terror”. La asistencia a las víctimas, añadió, “es un derecho humano”. Y del mismo modo advirtió que las supervivientes “no estarán plenamente curadas hasta que se imparta justicia”. “Es imperativo para las víctimas”, reiteró la abogada Amal Clooney.

Clooney representa a supervivientes de los crímenes del ISIS. “Sus crímenes son como nada visto en la era moderna”, advirtió. Por eso urgió que se actúe contra los perpetradores a escala internacional antes de que sean “liberados y se corten las barbas”. La derrota militar, advirtió, no es suficiente. “Si no se puede prevenir, al menos debe castigarse”, sentenció, “la justicia es el antídoto a esta epidemia”.

Impunidad generalizada

La violencia sexual en los conflictos es un delito atroz que amenaza la paz, como indica el secretario general de la ONU, António Guterres. Se utiliza como táctica de guerra por parte de milicias y grupos armados para la represión. Durante el último decenio se crearon instrumentos para prevenirlo. Pero como indica el mandatario de origen portugués, “la realidad en el terreno no ha cambiado”.

“Aunque un hubo cambio paradigmático en la compresión de estos crímenes”, señala Guterres, “siguen siendo un rasgo horrendo de los conflictos”. Habló en este sentido de que existe una “impunidad generalizada”. “Estos crímenes no se denuncian, no se investigan y ni mucho menos se enjuician”, alertó, por eso exigió que se haga más para “castigar a los responsables” y “apoyar a las supervivientes”.

Las cifras, como insiste Pramila Patten, enviada especial sobre la violencia sexual en los conflictos, permanecen muy altas y no ven que la situación vaya a mejorar. Explicó que estos delitos promueven a la vez los desplazamientos forzados e impide a las víctimas regresar a sus comunidades cuando no se hace justicia. “Es parte de una estrategia mucha más amplia de limpieza militar,” añadió.

Inas Miloud, cofundadora del Movimiento de la Mujer Tamazigth, expuso como este patrón de represión se replica en Libia. “La violencia va en aumento y se utiliza para atacar a las activistas”, denunció durante el debate, que tenía como objetivo examinar cómo fortalecer los mecanismos judiciales. Es, según el ministro alemán de Exteriores, Heiko Mass, un “aspecto central de disuasión”.

Objeciones

Alemania preside este abril el órgano que vela por la paz y la seguridad mundial. La propuesta de resolución inicial que presentó junto a Francia proponía crear un mecanismo de alerta para poder actuar frente a estos crímenes. También se planteba crear comisiones de investigación y misiones que recopilen evidencias que permitan completar las investigaciones de la ONU sobre violaciones de los derechos humanos en zonas de guerra.

Pero tanto EE UU como Rusia consideraron que así se iban a crear nuevas estructuras en el entramado de la ONU que rebasaban el mandato de acción ya pactado. Al mismo tiempo se trata de buscar, siguiendo las recomendaciones del secretario general, que la violencia sexual sea un criterio específico para la imposición de sanciones. El texto alemán fue finalmente adoptado con el voto favorable de 13 países. Contó solo con dos abstenciones, de China y Rusia.

Tanto Murad, Clooney y Miloud emplazaron al Consejo de Seguridad a ir más allá de las promesas y que asumieran su responsabilidad hacia las mujeres que siguen en cautividad, que son utilizadas como mercancía y las supervivientes. Mukwege considera que la adopción de la resolución iba a ser una muestra de la voluntad de la comunidad internacional para cerrar la brecha que existe entre el derecho y la práctica. Pero de momento ese compromiso quedó amputado.

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