El Chicle, a los padres de Diana Quer: “Si pudiera dar marcha atrás más de dos años lo haría”
Los investigadores explican en el juicio a Abuín Gey por intentar raptar a una chica en Boiro que el acusado usaba el coche de su esposa para sus ataques a mujeres
El autor confeso de la muerte de Diana Quer, José Enrique Abuín Gey, alias El Chicle, ha aprovechado su última palabra en el juicio por detención ilegal e intento de agresión sexual a una chica de Boiro (A Coruña), para pedir perdón a la familia de la joven madrileña, a la que estranguló en agosto de 2016. "Si pudiera dar marcha atrás más de dos años lo haría", ha asegurado, "pero no puedo" ha asegurado en un alegato en el que no ha llegado a pronunciar el nombre propio de su víctima. "Siento mucho lo ocurrido", ha dicho con la voz rota, "en su tiempo no he tenido la forma, no he podido...". Luego ha intentado enhebrar otra frase más: "Quiero decirle a la familia de la chica de Madrid...". Pero el presidente del tribunal, José Manuel Rey, le ha cortado tajante, como minutos antes había callado al padre de Diana, Juan Carlos Quer, que se levantaba de su asiento al final de la vista para decir en alto: "Solo quiero testimoniar la presencia de mi hija en esta sala".
El magistrado ha recordado a los dos, verdugo y padre de la víctima, que este es otro caso y en él deben tratarse solo los hechos enjuiciados. No obstante, durante las dos sesiones que ha durado este juicio, las referencias a la investigación de la muerte de Diana Quer han sido constantes, porque hasta que se separaron en los juzgados, las pesquisas corrieron juntas en manos de la Guardia Civil y el caso de Boiro precipitó la resolución de la desaparición de Diana en A Pobra do Caramiñal. Juan Carlos Quer, entre el público, ha oído también el primer día el audio del asalto que grabó fortuitamente con su WhatsApp la víctima de Boiro; la súplica angustiada de la mujer y las amenazas de El Chicle. Y los investigadores creen que el ataque a Diana se perpetró prácticamente igual.
El Chicle ha empleado además su turno para desgranar con orden y detalle todas las, en sus palabras, "mentiras" de los agentes de la Guardia Civil que han declarado en el juicio, que comenzó este miércoles y que este jueves ha quedado visto para sentencia en la sección sexta de la Audiencia de A Coruña, con sede en Santiago. "Algún día contaré toda la verdad. Pero lo haré cuando salga" de prisión, ha advertido antes de pedir perdón a la familia de Diana Quer.
La fiscal del caso, Ana Robles, reclama por el episodio de Boiro casi 16 años entre rejas y una indemnización para la víctima, cuya identidad se ha protegido en este proceso, de 15.750 euros. Acusa a Abuín de un delito consumado de detención ilegal, amenazas, lesiones y agresión sexual en grado de tentativa. El abogado defensor no reconoce más delito que el del intento de robo del móvil de la chica. "Aquí están intentando mezclar todo para conseguir unas pruebas hipotéticas para otro procedimiento", ha protestado el letrado en referencia al juicio por la muerte y supuesta agresión sexual de Diana Quer, previsto para el último trimestre de este año.
Durante la sesión de este jueves, agentes del equipo de Delitos contra las Personas de la Guardia Civil de A Coruña han explicado cómo estudiaron los paralelismos entre la violación denunciada por la cuñada del acusado, ocurrida en 2005, la desaparición de Diana Quer en 2016 y el intento de rapto de una mujer joven en Boiro un año después, objeto de este juicio. Cada criminal suele mantener "patrones inalterables" para cometer "el mismo delito", como puede ser una agresión sexual, han dicho. Y en el caso del ataque a T., la última víctima antes de su detención el 29 de diciembre de 2017, Abuín eligió el mismo vehículo. El Alfa Romeo plateado de su esposa, "tipo berlina", era perfecto para un secuestro, han explicado los agentes, porque su maletero es grande y estanco, es decir, totalmente incomunicado con la cabina de los pasajeros. Así que la víctima, si tratase de escapar, no podría acceder a la zona del piloto mientras este fuese conduciendo.
Hasta la noche anterior al ataque a su última víctima, cometido el 25 de diciembre, según los lectores de Tráfico (colocados en las autovías) que ya lo vigilaban por el caso Quer, el acusado usó el Audi que se había comprado en marzo. La matrícula de este automóvil quedó registrada 117 veces en el sistema de control que supervisa el Centro de Gestión de Tráfico de A Coruña y "solo el 6 y el 7 de septiembre" El Chicle había usado el Alfa Romeo.
El resto del tiempo, "circuló de manera ininterrumpida" con el coche nuevo. El 24 "ligó con tres chicas en Boiro", aseguran los agentes de A Coruña, pero llevaba el Audi A4 familiar, con maletero separado de la cabina por una "simple bandeja abatible". Aquellas jóvenes testificaron más tarde y una declaró que El Chicle la reclamó por la calle al grito de "rubia, ven aquí"; de la misma manera que había hecho con Diana Quer ("morena, ven aquí").
Al día siguiente, "como con lo de Diana le había salido bien", ha comentado un sargento, decidió utilizar el auto a nombre de su esposa para su salida nocturna. Otra de las ventajas del Alfa Romeo era, según los guardias civiles, el botón situado junto al volante, que permite desbloquear previamente el cierre del maletero. "Luego, solo con tocar la tapa, esta abriría" para introducir a la fuerza a la víctima. El Chicle, sin embargo, ha insistido los dos días de juicio en que ese botón "no funcionaba" y necesitaba sacar la llave del contacto para accionar la tapa. Según el relato de la mujer, el vehículo permaneció encendido todo el tiempo.
"Es El Chicle, no tengo ninguna duda"
Los mismos agentes de A Coruña han relatado cómo un compañero del cuerpo identificó la voz de El Chicle en el audio captado por el móvil de la víctima de Boiro cuando esta apretaba contra su pecho el aparato para no dárselo al agresor, como este reclamaba. Este guardia civil llevaba años escuchando "la voz, los giros, la forma de expresarse" del acusado, porque se había encargado de los pinchazos telefónicos cuando se le investigaba como correo de una banda de narcotraficantes liderada por su tío. Además, durante la investigación del caso Quer, este guardia civil de Noia (A Coruña) era el que habitualmente "contactaba" con el sospechoso. Al escuchar la grabación en la que Abuín le dice a la chica de Boiro "si sigues gritando te corto. Métete en el coche y dame el móvil", el agente dijo a sus compañeros: "este es El Chicle, no tengo ninguna duda".
Fue en ese momento cuando decidieron convocar a la víctima a un reconocimiento fotográfico. Entre los retratos de otros hombres colocaron también el de José Enrique Abuín. Ella y uno de los dos jóvenes que la socorrieron lo identificaron. Entre los "patrones inalterables" que según los investigadores ha mantenido El Chicle en sus asaltos está la peculiar "forma de abordar a sus víctimas". Diana y T. iban "ensimismadas con el teléfono móvil. Absortas por zonas despobladas" de gente. Aunque con su víctima mortal no se sabe qué "método intimidatorio" empleó, los agentes también recuerdan que "tanto con su cuñada como con T. usó armas blancas".
Pánico a los coches en los que viaja "un hombre solo"
Este jueves también han declarado varios psicólogos que han atendido a T. desde el momento en que sufrió el ataque en Navidad de 2017 en una calle de Boiro (A Coruña). El estrés postraumático derivado del asalto de El Chicle "no ha remitido con el tiempo", y esta mujer que tenía 28 años cuando fue asaltada en la Navidad de 2017 sigue necesitando tres sesiones de psicoterapia al mes, además de tratamiento con ansiolíticos.
T. sufre "ansiedad, nerviosismo, angustia, irritabilidad, dificultad para dormir, pesadillas, despertares frecuentes y un estado de alerta constante", ha explicado la forense del Instituto de Medicina Legal de Galicia que revisa su caso. En otros supuestos, como puede ser un trauma "por accidente de tráfico", estos síntomas pueden "irse con el paso del tiempo", pero en T. se han "cronificado".
A la víctima la tratan habitualmente dos psicólogos, uno en el hospital público de su comarca y otra en un centro privado. Ellos también han declarado para confirmar que la mujer a la que presuntamente Abuín trató de raptar para abusar sexualmente (de la misma manera que se cree que ocurrió con Diana Quer) sigue teniendo fijación con "los coches en los que transita un hombre solo por una calle sin gente".
"Va a ser un proceso de recuperación muy largo", han avanzado en este juicio en el que el Sergas (Servizo Galego de Saúde) ejerce la acusación para reclamar el coste del tratamiento de la mujer. Su estrés "revive" ante "situaciones que le evocan lo sucedido" y "sufre arrebatos de ira" ante vivencias normales "del día a día". "Su respuesta es muy intensa" y "evita los estímulos relacionados con el trauma". Por eso no quiere "salir sola a la calle".
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