“Hola, tengo 15 años y voy a ser mamá”
Albacete casi triplica la tasa nacional de embarazos entre adolescentes. Un documental intenta combatirlo en las aulas
"La mayoría pensábamos en ser madres antes de pensar en jugar al baloncesto". Un rumor de sorpresa invade el auditorio del instituto Andrés de Vandelvira, en Albacete, cuando el testimonio de Erika Oliver aparece en el cortometraje Mamá a los 15. "Hola, me llamo Mónica, tengo 15 años y voy a ser mamá", anuncia otra de las chicas entrevistadas en este documental, una película proyectada en institutos de la capital manchega como parte de un programa de educación sexual y prevención de embarazos entre menores. Risas y timidez son las primeras reacciones tras la proyección del vídeo, aunque poco a poco se abrirá un vivo debate. "Si queremos que veáis este corto es porque pensamos que este es un problema frecuente", les dice la profesora Mónica Sanz.
"En clase de gimnasia nos poníamos el balón de fútbol o de baloncesto como si estuviéramos embarazadas, y al año siguiente nos quedábamos embarazadas la mayoría", prosigue Oliver en el documental. Castilla-La Mancha es la comunidad con la segunda tasa de maternidad más alta de España en menores de hasta 15 años, según el Instituto Nacional de Estadística. Si la media española en 2017 era de 1,83 madres de hasta 15 años por cada 1.000 mujeres, en Castilla-La Mancha era de 3,21; tan solo la superaba Extremadura (3,30). La tasa de fecundidad en menores hasta los 15 años se dispara en Albacete a cinco madres por cada mil mujeres. Castilla La Mancha también tiene la segunda tasa más elevada de España en madres de 16 años –4,68 madres por cada mil mujeres, frente a la media española, que es de 3,44.
Lola Garví es la delegada de Medicus Mundi Sur, ONG que colabora con programas para infancia vulnerable en el sistema de enseñanza pública de Albacete. Garví contactó con Mario Torrecillas, guionista y director barcelonés que se ha dado a conocer por documentales sobre menores en riesgo de exclusión. Torrecillas debía realizar en Albacete cursos de animación para profesores y alumnos con un elevado índice de fracaso escolar que se preparan para la FP. Buscando una temática en la que aplicar los conocimientos adquiridos —los estudiantes se ocuparon de crear las imágenes en stop motion que aparecen en la película—, Torrecillas dio con el problema de la maternidad adolescente a través de Javier Villalba, profesor en el colegio La Paz, en el barrio de La Milagrosa de Albacete.
La Milagrosa, también conocido como Las 600, es un sector de Albacete especialmente afectado por la degradación urbanística y la marginación social. El director del corto cree que Villalba es un héroe: "En Las 600 hay bastante absentismo escolar, Javier cuenta que incluso va a la casa de los críos para llevárselos a clase". "Una niña embarazada, lo veían fatal; de hecho, por vergüenza no venían [al colegio]", explica Villalba.
Risas y timidez son las reacciones en el instituto tras ver la película
La mayoría de las madres que han participado en el cortometraje son de la comunidad gitana de La Milagrosa. "Hay casos en otros institutos, pero no accedían a ser entrevistadas. No es un fenómeno que se limite a aquel barrio", subraya Garví. María Dolores Artigau, orientadora del Andrés de Vandelvira, recuerda que en 2018 tuvieron una alumna que se quedó en estado, pero que rechazó participar en el documental. "Al quedarme embarazada, me quité del instituto, porque era incómodo. Luego reemprendí los estudios, incluso llevaba a clase a los niños", explica Gema González, una de las madres que dan su testimonio en Mamá a los 15. González tuvo mellizos con 17 años, hoy tiene 29. Es la mayor de las madres que aparecen en el corto y comenta que en su clase hubo otra alumna que fue madre siendo menor de edad.
Padres ausentes
Al debate en el auditorio del Andrés de Vandelvira, el pasado 20 de marzo, asistieron 80 alumnos de entre 13 y 18 años y media docena de profesores. Una maestra preguntó por qué no aparecen los padres en el documental. La respuesta está incluida en la película: los padres, alguno menor, se han desentendido.
"Yo al principio no quería ver a mi hijo, estuve un tiempo sin saber nada de él, porque lo miraba y era igual que su padre; me chocaba y corriendo se lo daba a mi madre", cuenta María Moreno en el corto. Gema González decidió continuar con el embarazo porque así lo decidió junto al padre, que tenía 21 años. Pero él se desentendió rápido: "Le vino grande la situación. Me fui a vivir con mis padres, y con ellos y mis hermanos cuidábamos de los niños". González confirma que a su compañera de clase que fue madre como ella también la dejó su pareja.
González considera que ha mejorado la educación sexual, cada vez hay más información, "y los padres se involucran más". Pese a ello, una joven tomó la palabra en el debate para explicar que le da vergüenza hablar de sexo en casa: "No le voy a decir a mi madre que me dé 15 euros para una caja de condones". Un chico recordó que hay farmacias con dispensadores en la calle; otro añadió que en el Centro Joven del Ayuntamiento ofrecen profilácticos gratis: "Entras, pides un condón y te lo dan sin preguntar nada". Eva Hernández, monitora del programa de educación sexual de Medicus Mundi, remarcó que el preservativo también es la manera más eficaz para evitar enfermedades de transmisión sexual.
“Por vergüenza no venían a clase”, dice un profesor de las alumnas embarazadas
Artigau destaca que el Centro Joven realiza sesiones de orientación sexual en institutos y que, en la última visita en el Andrés de Vandelvira, 15 alumnos pidieron cita para solucionar dudas o emergencias. "Los jóvenes se abren más con desconocidos", confirma Artigau. Sanz apunta que muchas de las pautas sexuales que siguen los adolescentes las han asumido a través de información en Internet. "Sin el conocimiento necesario, un 30% o 40% de las chicas toman periódicamente la píldora del día después, con el riesgo para la salud que ello supone. También hay chicos que, a partir del ejemplo del porno, toman Viagra para durar más", advierte esta profesora. "La mayoría de los tíos lo quieren hacer como en los vídeos porno, también algunas chicas. El porno es el único manual que tenemos", dice Llanos, una de las alumnas que colaboró en la creación de Mamá a los 15. Gemma González quita hierro a la influencia de la pornografía: "Antes también pasaba y no había Internet. Yo no buscaba el embarazo y era consciente de las medidas necesarias para evitarlo. Pero hay situaciones en las que actúas sin pensar".
Otra alumna del equipo que participó en el corto admite que se quedó embarazada con 14 años y que abortó, pero que su ejemplo no es el habitual en su entorno. "El aborto está mal visto por la mayoría de la sociedad, es muy difícil de afrontar", dicen sus compañeros María y Víctor, de 17 años. Las estadísticas del Ministerio de Sanidad indican que en Castilla-La Mancha se produjeron en 2017 el 3,2% de las interrupciones voluntarias del embarazo de España. La población de Castilla-La Mancha representa el 4,3% del total nacional.
Sexualidad en una sociedad más conservadora
Rosa Marí Ytarte, directora del Grupo de Investigación en Educación y Sociedad (GIES) de la Universidad de Castilla-La Mancha, no cree que esta comunidad autónoma tenga un desfase significativo en educación afectivo-sexual. Ytarte considera que para entender el déficit manchego respecto a la media española deberían investigarse a fondo los aspectos socioculturales de la región, y más teniendo en cuenta que el índice de interrupciones voluntarias del embarazo en la comunidad solo es sensiblemente inferior a la media española.
Ytarte apunta que la mayor tasa de maternidad entre adolescentes en la comunidad podría deberse a una sociedad más conservadora "y con más miedo a la apertura". "La adolescencia y la sexualidad empiezan antes, pero se mantienen los prejuicios y los tabúes, y esto va acompañado de la influencia de lo que descubren en las redes sociales", dice Ytarte.
Luis Rodríguez Molinero, médico e investigador de la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia (SEMA), indica que Castilla-La Mancha respondería a una educación sexual propia de la España interior, menos abierta que la de las comunidades de costa: "En estas regiones del interior hay más atavismos. Sobre todo hay que tener en cuenta el nivel cultural de estas madres y su entorno, si este es rural o es urbano". Rodríguez Molinero añade que en "determinados grupos sociales hay una razón poderosa para ser madres adolescentes, y es que cuando tienen el hijo, se las trata mejor; suben de estatus social".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.