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España aprende a hablar en público

Los clubs de debate escolar crecen y Madrid acoge el torneo de oratoria de Harvard con 300 delegados nacionales

Participantes del Harvard WorldMUN 2019 en Madrid, el pasado martes. En vídeo, declaraciones de Manuela Carmena y Pedro Duque durante la presentación del encuentro.Vídeo: JULIÁN ROJAS / EFE
Elisa Silió

Las multinacionales han resaltado durante años en el informe de empleabilidad de Adecco las escasas dotes de los españoles para hablar en público, pero eso está cambiando. Spencer Ma, 21 años, secretario general del torneo de oratoria Harvard WorldMUN que acaba hoy en Madrid, se asombra cuando se resaltan estas carencias: “Los españoles que he escuchado hablan fantásticamente. Estoy viajando mucho y veo que son de los más apasionados y que el modelo de las simulaciones crece aquí rápidamente”.

En la simulación madrileña, 2.200 delegados —300 de ellos de universidades españolas— replican sesiones plenarias de las Naciones Unidas o recrean momentos históricos, como el de la Transición en España. Asombra ver a una india encarnar a un Santiago Carrillo que discute con los dobles de Juan de Borbón y Manuel Fraga sobre si hace falta controlar a las fuerzas armadas en la España de los setenta. Se han documentado durante meses, discuten con vehemencia y se entrecruzan notitas en busca de pactos o para traicionarse. Una sala se destina a las discusiones a gritos.

“Hay un cambio generacional en España. La cultura de los debates ha emergido y hemos ganado confianza hablando en público. Y eso se consigue con la práctica”, opina la jefa de esta edición, Alba Gavaliugov, de raíces gallegas y rumanas. “La primera vez que se replicó la ONU fue en Harvard en los años cincuenta, poco después de que se fundara. Era una forma de implicar a la gente en algo que era nuevo”, relata Gavaliugov, alumna de la Universidad Carlos III y la segunda mujer con esta responsabilidad en la historia del torneo. A la cita no faltan contrincantes de la academia militar West Point o de la Policía de Nepal.

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Como en unos Juegos Olímpicos, un grupo de alumnos de cuatro universidades públicas de Madrid lanzó una candidatura para acoger este torneo durante la edición de Roma en 2016. Fracasaron, pero lo lograron un año después. Las instituciones se han volcado, conscientes de la necesidad de fomentar los debates y la oratoria. El Ayuntamiento de Madrid les ha cedido el espacio y a la inauguración del lunes acudió Felipe VI.

“Hay una serie de factores que permiten que nos estemos colocando en la posición que ocupan desde hace 150 años Reino Unido o Estados Unidos, donde el debate es algo natural que se aprende en los colegios desde pequeños”, razona Antonio Fabregat, de 23 años, campeón mundial de debate en inglés en 2018, entre otras victorias internacionales. “Ha habido una concienciación colectiva de que la oratoria es una cosa tan importante como el conocimiento, en especial en atención al público o cuando se exigen presentaciones. Este mes cuatro empresas muy grandes nos han llamado para formar a los directivos y estamos en 25 colegios”, cuenta Fabregat, quien ha montado con dos compañeros una consultora que oferta formación y es profesor en los clubs de ICADE, donde se graduó, y de la Politécnica de Madrid.

En 2013, España participó por primera vez en las competiciones mundiales y no le fue mal. Desde entonces sigue avanzando. Los pioneros se graduaron y se convirtieron en mentores de sus campus —Córdoba, Complutense o Santiago tienen clubs muy potentes— o profesores en los colegios, porque los padres reclaman que sus hijos adquieran una competencia en la que ellos fallan. Casi todos los colegios privados de España tienen un club y empieza a haberlos en los públicos y concertados. Por ejemplo, en el torneo de Madrid participan más de 100 colegios, multiplicando por cinco las cifras de sus inicios en 2010.

Participantes del Harvard WorldMUN 2019.
Participantes del Harvard WorldMUN 2019.Julián Rojas

Muchas universidades privadas organizan torneos escolares que sirven de reclamo para que los competidores prosigan allí sus estudios. En alguno ha participado el club del instituto José Saramago de Majadahonda (Madrid), un centro con gran tradición en oratoria. Su coordinador, Víctor Fernández, ha conseguido que la Unión Europea a través del programa de movilidad Erasmus+ les conceda 130.000 euros para organizar un torneo en inglés. Sus 32 alumnos viajarán y se mezclarán con niños griegos, turcos e italianos en tres debates. En Madrid estudiantes con dificultades de aprendizaje (pero con gran interés) se han involucrado en la organización, logrando así aunar la excelencia y la inclusión.

Venezuela, la gran campeona

Desde 2010 los estudiantes venezolanos son una superpotencia en los debates internacionales. Tanto que, a falta de medios propios, los torneos no dudan en becarlos. “Es un reto competir, no tenemos ayuda de nuestras casas de estudios, nos preparamos y venimos aquí a darlo todo”, cuenta Andrés Rodríguez, de la Universidad Simón Bolívar, que preside una supuesta reunión de la Agencia Internacional de la Energía Atómica. “Sentimos que es una ventana que tenemos para mostrar la calidad de profesionales que hay allá, y que todas las cosas que quizá no son positivas que están pasando en nuestro país no significan que no haya gente que valga la pena”.

“Los venezolanos se toman el tema muy en serio, es algo cultural”, opina el secretario general del Harvard WorldMUN, Spencer Ma. “Son muy carismáticos y ahora tienen una razón para alzar la voz, especialmente con lo que está pasando. Eso les hace ser más activos”.

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Sobre la firma

Elisa Silió
Es redactora especializada en educación desde 2013, y en los últimos tiempos se ha centrado en temas universitarios. Antes dedicó su tiempo a la información cultural en Babelia, con foco especial en la literatura infantil.

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