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El Vaticano abre ahora una investigación sobre el cardenal Pell

El abogado del exministro de Finanzas del Vaticano restó importancia ante el juez a la agresión de su cliente porque "solo duró cinco minutos"

Daniel Verdú
El cardenal George Pell, a su llegada al juzgado para escuchar la sentencia.
El cardenal George Pell, a su llegada al juzgado para escuchar la sentencia.STRINGER (REUTERS)

El papa Francisco se reunió ayer por la mañana con el cardenal español y prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF), Luis Ladaria, para tratar el tema del cardenal y exministro de finanzas del Vaticano, George Pell. Ya se conocía la sentencia condenatoria, los detalles de la violación a la que el cardenal sometió a uno de los dos chicos de los que abusó en 1996 y su previsible entrada en prisión (se ha hecho efectiva este miércoles). De modo que ambos acordaron que el dicasterio que se ocupa de los procesos canónicos sobre estos delitos pondría en marcha una investigación que permita abrir un proceso al cardenal. La decisión se ha tomado años después de que los rumores y las acusaciones sobre Pell llegasen a oídos del Papa. Pero permitirá al Vaticano estar preparado para tomar medidas contundentes, una vez se resuelva el recurso en segunda instancia presentado por Pell.

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La CDF nunca había abierto una investigación a un miembro de un nivel tan alto en la jerarquía vaticana. El problema es que ahora mismo no podrán mandar a sus oficiales a Australia para no interferir con el proceso civil. Por el momento, las pesquisas se limitarán a una recogida de información ya existente o a un seguimiento en prensa de las novedades que vayan apareciendo a medida que avanza la apelación. Cuando se cierre el caso, podría iniciarse la fase en la que se estudiase la conveniencia de tomar una decisión radical como la expulsión del sacerdocio, tal y como se hizo hace dos semanas con el cardenal estadounidense Theodore McCarrick.

El Vaticano siempre ha creído que las acusaciones sobre el cardenal, a quien el Papa confío una de las áreas más importantes de su reforma, quedaría en nada. Francisco le mantuvo en su cargo contra viento y marea y hasta que el domingo no expiró su mandato (se cumplían cinco años exactos de su nombramiento), no dejó de ser el prefecto de la Secretaría de Economía del Vaticano. Su inocencia, en algunos sectores de la curia, se daba por descontada. De hecho, ayer todavía había muchas voces que consideraban que en segunda instancia, sin los impulsos de un jurado y ante la decisión estricta de un juez, el prelado lo tendría mucho más fácil. Pero las noticias desde Australia sugieren lo contrario.

El juez ha ordenado esta mañana el ingreso en prisión sin fianza de Pell, de 77 años. La sensación es que el magistrado tiene bastante clara la culpabilidad del cardenal. Especialmente, después de escuchar la delirante defensa de su abogado, Robert Richter, que, según publica EFE, aseguró que los delitos de su cliente "no son más que un simple caso de penetración sexual convencional en el que el niño no participa voluntaria ni activamente". Luego la prensa le preguntó a la salida del tribunal y el abogado escurrió el bulto: "No sé de qué me están hablando". 

Richter también señaló que el suceso solo duró cinco minutos y no fue premeditado, sino producto de un impulso, a lo que el juez respondió que se trataba de una "ofensa cruel y descarada" y recordó que no existen registros médicos que prueben que Pell sea un hombre con perturbaciones mentales. El juez, según apunta la misma agencia, explicó que "hubo un elemento de brutalidad en esta agresión, fue un ataque" y precisó que el delito "implica una violación de la confianza y una sensación de impunidad. ¿De qué otro modo iba a pensar que podría salirse con la suya?"

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona pero aprendió el oficio en la sección de Madrid de EL PAÍS. Pasó por Cultura y Reportajes, cubrió atentados islamistas en Francia y la catástrofe de Fukushima. Fue corresponsal siete años en Italia y el Vaticano, donde vio caer cinco gobiernos y convivir a dos papas. Corresponsal en París. Los martes firma una columna en Deportes

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