Canadá | Una nueva guía que protege a la víctima de abusos y señala el encubrimiento
En 2015 una comisión presentó un informe sobre los internados que evidenciarion castigos físicos, racismo y abusos sexuales
Canadá, como tantos otros países, no tiene cifras para medir la pederastia en el seno de la Iglesia católica. Han sido, como en tantos otros países, los reportajes periodísticos, los acuerdos extrajudiciales y las condenas a algunos responsables los que han mostrado que el asunto es copioso y de larga data en el país. Con estos mimbres llega Lionel Gendron, presidente de la Conferencia Canadiense de Obispos Católicos a la cumbre convocada por el papa Francisco.
Así llega cada país a la cumbre
El tratamiento de la cuestión de la pederastia en cada conferencia episcopal es muy desigual. Pinche aquí para conocer la magnitud del problema y cómo lo han abordado en una veintena de países
Entre 1883 y 1996, unos 150.000 niños indígenas vivieron en internados financiados por el Gobierno federal y administrados por grupos religiosos, mayoritariamente católicos. En 2015, una comisión presentó un informe sobre lo ocurrido en varios de estos centros: castigos físicos, racismo y también abusos sexuales. Diversas voces solicitan un reporte similar respecto a otros casos de pederastia perpetrados por miembros del clero católico durante décadas.
Ejemplos hay de sobra. The Ottawa Citizen publicó que la Archidiócesis de la capital canadiense ha afrontado más de 40 procesos judiciales o recursos de indemnización entre 1950 y 2016. Varios de los responsables habían sido transferidos a otras ciudades para evadir la justicia. En 2006, el sacerdote Charles Henry Sylvestre se declaró culpable de haber agredido sexualmente a 47 niñas en Ontario entre 1952 y 1989. Sylvestre murió tres meses después de haber comenzado a purgar su pena.
Quebec, el principal foco del catolicismo canadiense, tiene también largo historial en el tema. El diario Le Devoir difundió en octubre cifras que dan una idea de la magnitud del drama: 34 religiosos señalados por abusos sexuales y 600 víctimas aparecen en los recursos de indemnización presentados hasta el momento en la provincia. Dentro de los esfuerzos para frenar estos actos, Christian Lépine, arzobispo de Montreal, lanzó en septiembre de 2016 un proyecto piloto, instaurado ya en ocho parroquias, que incluye la prohibición de que cualquier sacerdote, trabajador remunerado o voluntario se quede a solas con menores.
El pasado octubre, la Conferencia Canadiense de Obispos Católicos presentó su nueva guía para luchar contra el abuso sexual. Entre otros puntos, el texto establece que la víctima debe ser el objetivo prioritario y que es necesario eliminar cualquier encubrimiento. “Hemos aprendido que una cultura del silencio y una falsa preocupación por la reputación de la Iglesia deben ser reemplazadas por una cultura totalmente distinta”, menciona el documento.
Los organizadores de la cita vaticana recomendaron a las autoridades católicas de los distintos países sostener reuniones con las víctimas. La asamblea anual de la Conferencia Canadiense de Obispos Católicos se llevó a cabo a finales de septiembre. De acuerdo a un comunicado, los participantes escucharon el testimonio de una persona. Lisa Gall, coordinadora de comunicaciones de esta institución, manifestó a este diario: “Las reuniones con víctimas de abuso sexual no solo se han dado con vistas a la cumbre en el Vaticano, sino que forman parte de un proceso que inició hace más de 25 años y que prosigue”. Respecto a encuentros en semanas recientes, Gall dijo que era imposible proporcionar información por temas de privacidad.
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