La Generalitat mantuvo a un docente procesado por abusos
Un tribunal ve probada la relación inapropiada pero absuelve al profesor y reprocha al fiscal que no calificó correctamente el delito
La Generalitat ha mantenido desde 2015 en activo a un docente de 44 años —en los tres últimos años dando clases a menores— pese a que estaba siendo investigado judicialmente por mantener relaciones inapropiadas con una alumna de 15 años con retraso cognitivo del 33% de la que era tutor en un centro de Educación Secundaria de Caldes de Malavella (Girona). “Quizá te duela un poco al principio, pero poco a poco tendría que ir convirtiéndose en placer”. Así arranca uno de los mensajes que el profesor envió a la alumna, con quien acabó citándose en un bosque cercano al cementerio de la localidad en al menos cinco ocasiones en julio y agosto de 2015.
El comportamiento inapropiado del docente ha quedado acreditado en el juicio —la sentencia llega a calificarlo de “adolescente en celo”—, aunque Joan M.T. ha sido finalmente absuelto por lo que el tribunal da a entender que ha sido un error de la Fiscalía. “Pese a la sorprendente, por decirlo con suavidad, relación tutor-alumna”, sostienen los jueces, el ministerio público sólo le acusó de mantener “relaciones sexuales con acceso carnal” con la niña en las citas en el bosque, relaciones que no quedaron acreditadas. En cambio, no solicitó el de corrupción de menores pese a todas las evidencias de que el profesor trató de “seducir, por activa o por pasiva, a una adolescente con problemas de retraso cognitivo, confiada a su cargo como tutor”, suscribe el tribunal.
Los jueces se muestran especialmente duros con la Inspección educativa de la Generalitat al considerar que el contenido sexual subido de tono de los mensajes —que el acusado reconoció haber mandado, aunque adujo que eran de broma— “deberían haber dado lugar a una intervención de la Inspección mucho más radical” que la mera imposición de “pautas de conducta como recomendarle que mantuviera la distancia con ella”.
Tras la primera denuncia presentada en diciembre de 2014, en la que la madre de la menor advertía de los mensajes “subidos de tono de contenido sexual” y de que ésta hablaba mucho por teléfono con su tutor, el Departamento de Enseñanza abrió un expediente disciplinario al docente. Cinco meses más tarde, sin embargo, este quedó en suspenso tras la apertura del proceso penal. El juzgado dictó entonces unas medidas de alejamiento entre la niña y el docente. Enseñanza le trasladó durante un año a la Escuela de Adultos de Girona, pero desde hace casi tres el docente se reincorporó a su plaza de origen, en el Instituto de Tossa de Mar, otra vez en contacto con menores.
Pese a las medidas impuestas, el acusado y la niña se siguieron viendo y en agosto de 2015, cuando ella contó a sus amigas que habían mantenido relaciones sexuales en el coche del profesor, avisaron a su madre y presentó una segunda denuncia en los juzgados de Santa Coloma de Farners.
La Generalitat afirma que está investigando y recopilando toda la información sobre el caso, lo que incluye la actuación de la dirección del centro y de la Inspección. Enseñanza también reabrirá el expediente sancionador cuando concluya formalmente el proceso penal. Los institutos de Caldes y Tossa de Mar no han querido hacer declaraciones.
Al tener constancia del contenido de esta resolución, el consejero de Educación, Josep Bargalló, detalló que cuando la reciban analizarán el papel que tuvo la Inspección educativa. En este sentido reconoció que “los protocolos que tenemos se han de activar y mejorar, y seguramente esta sentencia nos ayudará a mejorar algunos de ellos. Con la sentencia veremos qué debemos hacer y qué podemos hacer”.
El departamento, que aseguró anteayer por error que el profesor, de 48 años y vecino de Tossa de Mar, fue apartado de la docencia cuando se le abrió un procedimiento penal en enero de 2015, ha rectificado y ha sostenido, como asegura el abogado del profesor Christian Salvador, que nunca ha dejado de dar clase.
La madre de la menor: “Han sido todos muy tibios”
La madre de la menor se mostró ayer “muy decepcionada”, con el papel “del colegio y de la Generalitat”. “No hacer nada hasta que haya sentencia firme es un peligro porque él sigue estando con adolescentes. La primera medida debería ser apartar al profesor”. La progenitora lamenta el papel “muy tibio que todos han mantenido, desde la dirección de la escuela, la psicopedagoga [que ahora es la directora], el inspector...”.
La niña, que hoy tiene 19 años, “tiene un problema de vínculo con las personas, es vulnerable”. “Por eso me dolió que esto pasara en el colegio”. La chica “todavía no lo ha superado”, concluye la madre, que lo ilustra explicando que la propia chica fue a la abogada de la acusación que la familia había contratado para decirle “que ya no quería denunciar y que diría que no recordaba nada”.
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