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“Los jóvenes beben menos por salud y por otra droga: la tecnología”

Numerosos chavales no beben por su obsesión con la salud o porque lo han cambiado por el móvil y otras formas de socialización

Juan María González-Anleo.
Juan María González-Anleo.

El 79% de los adolescentes españoles toma alcohol y además, la mayoría lo hace en grandes atracones. Pero el consumo total entre los jóvenes cae, y las últimas encuestas europeas afirman que cada vez son más los jóvenes que no beben. En España no aumenta significativamente el número de abstemios, pero los datos sugieren que el “problema” del alcohol entre los jóvenes está en retirada. El profesor de ESIC Juan María González-Anleo (1973, Madrid), doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Pontificia de Salamanca y Experto en Juventud y Sociedad por la UNED, analiza las causas de esta transformación.

Pregunta. ¿Por qué están dejando los jóvenes de beber alcohol?

Respuesta. Hay tres razones por las que está descendiendo el consumo entre los jóvenes, y una por la que no está descendiendo tanto en España. Primero, por la salud. Se está convirtiendo en una auténtica religión. Hace 30 años, la salud era un valor muy secundario. El lema de los punk era “no future” (no hay futuro), pero ahora es un valor fundamental de los jóvenes, incluso por delante de la familia en importancia. La segunda cuestión: el alcohol es una droga y ha habido un proceso de sustitución de las drogas. Vivimos pensando en drogas químicas, pero ahora lo nuevo son las drogas tecnológicas, que en el caso de los jóvenes son las más importantes. Al juego y las apuestas se entra por los móviles, pero también las redes sociales y el propio móvil son una adicción. Y la tercera cuestión: el alcohol está perdiendo valor instrumental. Se puede beber por pasarlo bien, pero el alcohol siempre ha tenido un potente valor instrumental, es decir, para ligar con alguien que te gusta, para desinhibirse, para ser más directo… para ser como te gustaría ser. En el ámbito concreto de ligar, con aplicaciones como Tinder, eso ya no es necesario. La gente seguirá tomando alcohol para pasárselo bien, pero para hacerse más directo, para decir las cosas a lo bestia, para eso ya están las nuevas drogas, que son las aplicaciones y páginas para ligar.

P. ¿Y la razón por la que en España no ha bajado tanto el consumo juvenil de alcohol?

R. Siento decirlo así, pero es porque los jóvenes españoles tienen poco más. Un cartel de la FAD [Fundación de Ayuda contra la Drogadicción] dice: “Cuida tus aficiones porque son las que te alejan de las drogas”. Pero los jóvenes españoles van poco al teatro, no tocan la guitarra, no escriben… Su afición es jueves por la noche, viernes por la noche, sábado por la noche, salir y emborracharse. Incluso, a veces, en mi calle, lunes por la noche. Hay chicos que se ven un martes y dicen: “Qué ganas de que llegue el fin de semana para cogerme un buen pedo”. En comparación con otros países como Francia, Suiza, Alemania, Holanda o Italia, los jóvenes españoles tienen pocas alternativas, tienen pocos hobbies. Su hobby, aunque suene muy triste, es emborracharse.

P. El problema de los atracones de alcohol es real, ¿pero España no será el país con peor consumo entre los jóvenes?

R. Frente a lo catastrófico y apocalíptico de lo que he dicho hace un momento, yo creo que los jóvenes españoles, en su grandísima mayoría, no tienen un problema con el alcohol. Cuando yo viví en Alemania, veía chicos que desayunaban cerveza y seguían bebiendo todo el día. Bebían solos en sus casas. Eso no lo ves en España, ahí es cuando empieza a ser disfuncional. Yo bromeaba con que los alemanes bebían cerveza para convertirse en españoles: si ibas a una fiesta, veías a todas las chicas en un lado y a ellos en otro, bebiendo cerveza para poder entrarle a las chicas.

P. ¿Hay un momento concreto en el que es más probable que los jóvenes dejen de beber?

R. Se deja de beber cuando [el hábito] es disfuncional. Dejas [de emborracharte] cuando empiezas a tener responsabilidades. El problema es que los jóvenes tienen pocas obligaciones y son jóvenes mucho tiempo. Por ejemplo, algunos jóvenes británicos se ponen pendientes, se tatúan, se dan un look muy agresivo que desaparece el mismo día que empiezan a trabajar.

P. ¿Por qué algunos jóvenes rechazan beber desde el principio pero otros no?

R. Ahora mismo es muy caro beber, los jóvenes tienen poco dinero. Además, mucha gente se queda en casa, donde tienen cosas más interesantes que hacer. Usar el móvil o ver series, por ejemplo, es una auténtica obsesión también. Por esto, además, los jóvenes tienen cada vez menos sexo, y esta es una tendencia internacional. Como hay un consumo cada vez más hogareño, sumado a consumos tecnológicos, de series y demás… el alcohol ahí no pinta nada. Esta es una buena oportunidad para gente que no entra en esta dinámica [no empieza a beber]. La presión social es la que habitualmente hace que la gente entre en el tabaco y en el alcohol, pero el comportamiento es cada vez más restringido a su habitación o a la casa de sus padres. Además, el alcoholismo de beber solo o con una pareja casi no se da en España.

P. ¿Qué opciones de ocio, fuera de casa y con los colegas, tiene un joven que no bebe si sus amigos lo hacen? ¿Se va con ellos al botellón y se aburre?

R. Se puede beber menos. Hay otras opciones. La verdadera cuestión es: ¿puede un adolescente de 13 años resistirse a la presión social de empezar a beber? Esa respuesta suele ser que no.

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