Francia prevé dar seguridad a las aulas con presencia policial
El Gobierno estudia también crear “establecimientos especializados” para jóvenes muy conflictivos tras varios incidentes con armas falsas
La presencia policial en las escuelas ha dejado de ser un tabú en Francia. Es más, se trata de una polémica medida —no satisface a la mayoría de los enseñantes ni a los padres de los alumnos— pero que se evalúa con toda seriedad por el Gobierno de Emmanuel Macron, que ayer celebró una reunión al más alto nivel para analizar nuevas “herramientas” de mejora de la seguridad escolar, tras conocerse que, la semana pasada, un estudiante de 15 años amenazó a una profesora de instituto con un arma falsa. Desde entonces, se han reportado incidentes similares y los profesores han lanzado una campaña en las redes sociales denunciando su desamparo ante recurrentes casos de violencia, desde verbal a física.
“No se descarta la presencia física de fuerzas del orden” en algunos institutos, especialmente en aquellos de “los barrios más difíciles”, dijo el ministro del Interior, Christophe Castaner, tras reunirse con sus pares de Educación, Jean-Michel Blanquer, y de Justicia, Nicole Belloubet. No se trataría, a priori, de una presencia constante, sino “en momentos de tensión particular” y, siempre que su estancia sea autorizada por la dirección de la institución escolar.
Castaner también evocó la necesidad de reevaluar la situación de la seguridad escolar no a nivel regional o nacional, sino “barrio por barrio”, y manifestó su intención de que se establezca en cada departamento un “Estado Mayor de la seguridad escolar” que pueda ser convocado rápidamente para evaluar la situación. Entre otras medidas, que presentarán el martes en el próximo Consejo de Ministros, Blanquer adelantó la creación de un sistema de “denuncia sistemática” de incidentes violentos en las escuelas y la imposición de “sanciones educativas proporcionadas”. El Gobierno también estudia la posibilidad de crear “establecimientos especializados” para jóvenes muy conflictivos de entre 13 y 18 años, en los que parte del personal sea “de origen militar o policial”. Su propósito sería “encarrilar” a estos estudiantes con una disciplina más estricta que les enseñe, dijo, “el rigor de la ley y los valores de la República”, para que la escuela, en tanto que “cuna de la República, esté protegida”.
Los profesores no tardaron en criticar las medidas. “No nos han contactado y eso es revelador del aspecto político de esta respuesta”, aseguró el secretario general del sindicato de enseñantes SE-Unsa, Stéphane Crochet, a EL PAÍS. El sindicalista, cuya organización representa a profesores de primero y segundo grado, así como de escuelas técnicas, consideró que las medidas anunciadas son “una respuesta política hecha sobre todo para la opinión pública, para dar una imagen de autoridad, de seriedad y seguridad”.
Medidas de efecto
Philippe Vincent, secretario general del principal sindicato de directivos de escuelas, el SNPDEN, coincidió con él en declaraciones a la Agencia France Presse: “Estamos bastante dubitativos ante un enésimo plan y el anuncio de medidas de efecto”. Las medidas tampoco han impresionado al FCPE, la Federación de asociaciones de padres de alumnos de Francia. “La escuela no es un reformatorio, sino un lugar de aprendizaje”, replicó la organización en un comunicado. “No es poniendo a un policía detrás de cada profesor como vamos a arreglar un problema creciente”, agregó la federación de padres. Estos reclaman, sostuvo, una mejora de los medios humanos: “Enseñantes formados, médicos, enfermeros o asistentes sociales”, así como el “refuerzo de las políticas para la juventud que respondan a las necesidades de los jóvenes”.
“Los maestros han manifestado sobre todo la dificultad de desempeñar su trabajo día a día ante incidentes e insolencias, y eso no se arregla con policía, se arregla con educación y con la necesidad de una toma de consideración de las dificultades por parte de las instituciones”, coincidió Crochet. Representantes de sindicatos policiales también pusieron en duda la idoneidad de la medida y hasta que sea factible su aplicación dada la falta de personal.
La reunión del “comité estratégico” de ministros responde a una orden de Macron tras el incidente en un instituto de Créteil, en las afueras de París. El jueves de la semana pasada, un alumno apuntó con una pistola falsa a la cabeza de su profesora, otro lo grabó y el vídeo fue distribuido por las redes sociales. El chaval, que asegura que se trató de una broma, fue acusado formalmente el domingo de “violencia agravada”, hecho por el que podría ser condenado hasta a 40 meses de prisión.
Según la agencia de estadísticas del Ministerio de Educación, los casos de violencia verbal son los incidentes más habituales en las escuelas: más de ocho de cada diez casos de violencia cometida por estudiantes contra sus profesores son de esta naturaleza.
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