La Fiscalía mexicana no imputará a Mamá Rosa
Las autoridades mexicanas afirman que la fundadora del albergue de La Gran Familia sufre de “trastorno senil”
La Fiscalía mexicana no actuará en contra de Mamá Rosa. La Procuraduría General de la República (PGR) ha anunciado este lunes que Rosa del Carmen Verduzco Verduzco, fundadora del albergue La Gran Familia en Zamora (Michoacán, al oeste de México), sufre de un “trastorno senil” y, por tanto, no se le imputará por ninguno de los delitos que, según el testimonio de decenas de niños internados en el sitio, se cometieron en el interior de su propiedad.
Verduzco había quedado libre de cargos en las primeras horas del domingo y, con el anuncio de hoy, es oficialmente inimputable. Solo ha pasado una semana del operativo policial y militar que la propia Fiscalía condujo para intervenir el albergue. Las autoridades detuvieron entonces a Mamá Rosa y a sus ocho cuidadores. La PGR ha presentado cargos contra seis de ellos, acusados de abusos físicos y sexuales, entre otros delitos. En el interior del albergue se hallaban hacinadas, en condiciones miserables, cerca de 600 personas, entre ellas 492 menores de edad.
"Es la única y verdadera madre que he tenido", afirma uno de los 'hijos' de Mamá Rosa
Mamá Rosa, proveniente de una acaudalada familia zamorana, fundó el albergue en 1947. Por 60 años recibió a miles de niños que vivían en condiciones miserables, abandonados por sus padres o incluso desviados por las propias instituciones familiares del Estado en municipios de varias partes de México. Mantenía sobre los chicos una estricta formación y varios de ellos la recuerdan con cariño. “A pesar de todo, la quiero mucho. Es la única y verdadera madre que he tenido”, explicaba uno de sus hijos al periódico El Universal. Ella lo recibió con cariño maternal, describe el diario. “Tienes que salir adelante y portarte bien y levantarte. No quiero que vayas a andar de vago, borracho. Tienes que trabajar, casarte y tener hijos con una sola mujer”, aconsejó al chico, a su vez bañado en lágrimas.
En el albergue La Gran Familia permanecen cerca de 300 menores. Hoy el Gobierno mexicano ha dejado en libertad a 138 adultos que permanecían en el sitio y los ha dotado de un documento oficial de identidad. Algunos de ellos han dejado el hospicio de inmediato, pero otros han decidido quedarse en el albergue por no tener otro lugar a dónde ir. Durante el fin de semana, las autoridades trasladaron a 167 niños a otras regiones del país.
Las primeras denuncias contra Mamá Rosa y el albergue que gestionaba se presentaron, por lo menos, hace 25 años. Muchos padres que habían entregado a sus hijos a Verduzco firmaron también un acta notarial en el que le daban permiso para “educarlos” hasta la mayoría de edad. Pero si se arrepentían la directora de La Gran Familia impedía su salida, a menos que pagaran una cantidad equivalente a “la inversión” que había hecho el centro en el muchacho. El acta notarial no permitía legalmente a Verduzco decidir sobre los niños: en México, la potestad solo puede decidirla un juez.
Al menos una veintena de padres presentaron denuncias por este delito (privación de la libertad) frente a la Fiscalía del Gobierno de Michoacán entre 1989 y 2013. Dos exmandatarios michoacanos han salido a defender en público el legado de Verduzco: Lázaro Cárdenas Batel y Leonel Godoy Rangel, aunque no han explicado por qué no se persiguieron las denuncias por estos delitos durante sus gestiones.
Las primeras denuncias en contra de Verduzco se remontan a 1989
En Jalisco, estado vecino a Michoacán, las primeras acusaciones se remontan a mediados de los años ochenta, recuerda la periodista y profesora Alina García, que añade que un exdirector del DIF de Jalisco, Miguel Castellanos Puga, intentó visitar el albergue para investigar las denuncias en 1985. “Y ella lo mandó a la fregada. Ni siquiera lo dejó pasar, aun cuando era una autoridad estatal”, explica García por teléfono. La Fiscalía mexicana asegura que, desde la intervención federal, ha recibido al menos otras 150 denuncias más.
El futuro de la casa donde permanecen cerca de 300 niños y que por 60 años fue la sede de La Gran Familia es incierto. La propiedad pertenece a Rosa Verduzco quien, al estar libre de cargos, puede legalmente reclamarla. Tampoco hay respuesta sobre el destino de los millonarios donativos, provenientes de empresarios y Gobierno, que recibía La Gran Familia.
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