Emigrantes por “motivos humanitarios”
El hijo de Manila y Carola, casadas en Valencia, lleva un año atrapado en una maraña burocrática
Manila, de 35 años, y Carola, de 42, se definen, medio en broma, como “emigrantes por motivos humanitarios”. Querían casarse, tener hijos y ser reconocidas como madres de sus pequeños, lo que es imposible en Italia. Hicieron las maletas en 2011 con destino a España y tres años después, han logrado su objetivo salvo por un importante detalle. Ni han conseguido el reconocimiento explícito de su pequeño como hijo de ambas en Italia ni han podido aún darle documentación.
“En Italia estamos fatal de derechos, no puedes casarte, no puedes tener un hijo, no hay bancos de semen o de óvulos”. Quien habla es Manila, pero lo hace en primera persona del plural, y ambas se ceden el testigo continuamente en la conversación para exponer unos puntos de vista más que compartidos.
Tenían trabajo, familia, amigos. La decisión de dejarlo todo atrás y empezar una nueva vida no fue sencilla. Pero, por encima de todo, querían contraer matrimonio y ser madres. “No queríamos que nuestro pequeño creciera en Italia, no tendría derechos ni sería reconocido como hijo de las dos”, destacan.
“Veníamos de Roma, una ciudad grande, por eso buscamos una más pequeña, con buena conexión con Italia, y decidimos instalarnos en Valencia", relatan. En 2011 se trasladaron, en julio de 2012 se casaron y en marzo de 2013 nació Noah. La pareja no quiere comentar quién de las dos es la madre biológica. “Lo importante es que el hijo es de las dos. Nos sentíamos como una familia, creíamos que ya se habían acabado los problemas”, subraya Manila. Se equivocaban.
En el Registro Civil de Valencia el pequeño Noah consta como hijo de ambas y de nacionalidad italiana. Y así figura en la documentación que remitieron a la municipalidad (comune) de Roma para proceder a la transcripción del certificado español y que el pequeño tuviera así su documentación como ciudadano italiano.
Sin embargo, la legislación italiana no reconoce la filiación compartida de mujeres, por lo que el procedimiento se atascó. “Contra esto no se puede hacer nada”, relata Javier Carrascosa, catedrático de Derecho Internacional privado de la Universidad de Murcia. “Un país no puede reconocer una situación que no contempla su legislación”, añade.
Más de un año después del nacimiento de Noah, ha llegado la respuesta de las autoridades italianas. Una contestación que no satisface a las madres del pequeño. “Finalmente, Italia ha reconocido la inscripción del niño en Valencia, pero solo reconoce a Carola como madre”, relata Manila. “No tiene sentido que en España las dos seamos su madre y en Italia solo una, ¿qué pasaría si nos separáramos o hubiera algún otro problema?”. En todo caso, como apunta Mattia Archi, abogado de las dos mujeres, el registro ha concedido a Noah el apellido de Manila, es decir, el de la madre que no reconoce. “Yo lo entiendo como una solución de compromiso, ya que la ley italiana no reconoce la doble maternidad, aunque también comprendo que no es una solución que dé una respuesta completa a las dos madres”, añade Archi.
Para mayor tranquilidad, el abogado de las dos mujeres, Mattia Archi, ha planteado que el pequeño adquiera la nacionalidad española y, de esta forma, se le reconozca sin ninguna duda que tiene dos madres.
Ahora, el primer paso para conseguirlo consiste en obtener el pasaporte del pequeño, lo que ya es posible gracias a la inscripción de Noah en el Registro Civil italiano. Más adelante, se trataría de obtener el número de identificación de extranjero (NIE) con el que poder iniciar el expediente para solicitar la nacionalidad española (exige en estos casos un año de residencia). Después de todo este farragoso trámite administrativo, las dos mujeres esperan poder conseguir finalmente lo que vinieron a buscar en España: el reconocimiento completo de su pequeño como hijo de ambas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Derecho civil
- Emigrantes
- Matrimonio igualitario
- Activismo Lgtbiq
- Matrimonio
- Igualdad oportunidades
- Comunidad Lgtbiq
- Desigualdad social
- Relaciones pareja
- Emigración
- Activismo
- Derechos civiles
- Italia
- Familia
- Derechos humanos
- Homosexualidad
- Orientación sexual
- Europa occidental
- Migración
- Sexualidad
- Derecho
- Grupos sociales
- Europa
- Demografía
- Sociedad