China vuelve a dar la alarma por la gripe aviar
Una nueva cepa del virus, especialmente peligrosa, se solapa con el resto Este año 120 personas ya se han infectado y 25 han muerto
Se había dejado de hablar de ella, pero la gripe aviar no se ha marchado nunca. De hecho, en China reaparece con fuerza y con nuevas cepas del virus. A la H5N1, que provocó el temor hace una década, se han sumado la H7N9, detectada en febrero del año pasado y que provoca actualmente el mayor número de infecciones; y la H10N8.
Esta última, según científicos chinos que dieron el miércoles la voz de alarma en la revista médica The Lancet, es especialmente peligrosa: su perfil genético le permite atacar el tejido más profundo de los pulmones -no la parte alta del sistema respiratorio y de la tráquea como el resto-, y podría facilitar su contagio entre seres humanos. “El potencial que este nuevo virus tiene para provocar una pandemia no debe ser infravalorado”, sentencia Shu Yuelong, director del equipo que analiza la situación de la gripe aviar en el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de China. La FAO ha emitido un comunicado en el que asegura que el peligro de que el virus cruce las fronteras con los países vecinos porque ha detectado un aumento importante de las aves infectadas en mercados de la provincia de Guanxi, razón por la que pide que se actualicen los planes de respuesta en caso de una epidemia.
A pesar de que el H10N8 todavía solo ha provocado la muerte de una mujer -el pasado 6 de diciembre- y, según se ha sabido el miércoles, la infección de otra persona en enero, la preocupación es elevada porque, como apunta Mingbin Liu, del Buró de Control de Enfermedades de la ciudad de Nanchang, “quiere decir que el virus circula y puede comenzar a provocar muchas más infecciones”.
Sin duda, Pekín no se toma el peligro a la ligera. En lo que llevamos de año casi 123 personas de entre 2 y 76 años han caído enfermas por la cepa H7N9 del virus, y 25 han muerto. El miércoles se confirmaron cuatro nuevos casos y una muerte más; este viernes se ha sabido de otros tres enfermos. El total de infectados supera los 300 -71 han muerto-, y su número aumenta a una velocidad cada vez mayor. No parecen muchos en una población de casi 1.400 millones de habitantes, pero los expertos recuerdan que el H5N1 tardó cinco años en contagiar a tanta gente, y que parece que el H7N9 se transmite no solo por el contacto con las heces de las aves sino también por el aire.
Aunque la Organización Mundial de la Salud no ha certificado que las personas puedan contagiarse entre sí -mantiene que el virus salta únicamente de aves a humanos-, algunos casos de familias en las que varios de sus miembros han sido infectados sin haber tenido contacto con animales hacen que nadie descarte esa posibilidad. Pero, de momento, el trabajo se centra en los mercados de aves vivas, muchos de los cuales han sido obligados a volver a echar el cierre.
Esta medida está teniendo un elevado costo: unos 40 millones de productores se han visto afectados, los precios se han desplomado, y las pérdidas están en torno a los 20.000 millones de yuanes (2.500 millones de euros). Aunque las autoridades chinas ya han anunciado ayudas, los empresarios han exigido al Gobierno que deje de informar sobre los nuevos casos y retome su tradicional opacidad. La provincia de Guangdong ya ha empezado a hacerlo.
Sin embargo, los analistas consideran que eso es un gran error. “Es primordial conocer cómo evoluciona el peligro”, ha asegurado Liu, del Buró de Control de Enfermedades de la ciudad de Nanchang, “sobre todo en el caso de nuevas cepas”.
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