La crisis del diario ‘El Mundo’ fuerza la salida de Pedro J. Ramírez
García-Abadillo asume la dirección del rotativo. "Si de mí hubiera dependido, habría seguido siendo director toda mi vida", dice Ramírez
La sustitución de Pedro J. Ramírez al frente del diario El Mundo se consumó ayer tras el acuerdo adoptado por el Consejo de Administración de Unidad Editorial (editora de El Mundo), que designó por unanimidad a Casimiro García-Abadillo, hasta ahora vicedirector, como nuevo responsable del rotativo. El relevo se produce en un momento en que el diario atraviesa una profunda crisis, tanto de difusión como de resultados económicos, lo que ha debilitado enormemente al grupo propiedad del consorcio italiano Rizzoli-Corriere della Sera Mediagroup (RCS), que se ha visto obligado a acudir al rescate de la filial española para evitar su quiebra.
“Unidad Editorial está convencida de que en la nueva fase que ahora se inicia se pondrán las bases que permitan restablecer el equilibrio económico y financiero de la cabecera”, según explicó ayer la compañía en un comunicado tras el Consejo. “Entiendo la decisión, pero si de mí hubiera dependido, habría seguido siendo director de El Mundo toda mi vida”, dijo Ramírez tras anunciarse su sustitución. El periodista figurará al frente del diario hasta el próximo domingo y en adelante mantendrá una relación “de colaboración” con el grupo. Además de abandonar la dirección del periódico, saldrá también de la dirección general editorial de la compañía, propietaria de Marca y Expansión.
El consejo de Unidad Editorial agradeció la trayectoria de Ramírez, que ha ocupado la dirección de El Mundo desde su fundación, en 1989. Anteriormente estuvo al frente de Diario 16, donde trabajó García-Abadillo. Nacido en La Solana, Ciudad Real, en 1957, el nuevo director comenzó su trayectoria profesional en Cinco Días y posteriormente se incorporó al semanario El Globo. Miembro del equipo fundador de El Mundo, fue nombrado vicedirector en 2004.
Rizzoli ha tenido que acudir al rescate para evitar la quiebra
La salida de Ramírez se produce en un momento crítico para el futuro de Unidad Editorial, que ha ido acumulando voluminosas pérdidas en los últimos años. En 2011 cerró con un déficit de 243 millones de euros y un año después sumó otros 526. La auditora KPMG ya exponía en el informe correspondiente al ejercicio 2012 que el grupo estaba en quiebra técnica toda vez que el pasivo corriente consolidado era superior al activo. El informe precisaba que existía una “incertidumbre significativa sobre la continuidad de sus operaciones” si RCS no continuaba apoyando financieramente a su filial española. El Mundo ha sobrevivido gracias a los sucesivos rescates de RCS.
Los números rojos han acompañado a Unidad Editorial en 2013. Durante los nueve primeros meses el EBITDA arrojó 22,5 millones de pérdidas, según datos del consorcio italiano, que las atribuyó a dos factores fundamentales: la contracción del mercado publicitario y la disminución de la difusión de ejemplares. Según los datos de la OJD, la circulación de El Mundo en 2013 se situó en 173.507 ejemplares, aunque el último dato, correspondiente al pasado diciembre, le otorgaba 150.084 copias (un 18% menos que el año anterior).
Unidad Editorial fracasó en su plan de crear un consorcio multimedia
Para intentar enjugar parcialmente las pérdidas, Unidad Editorial puso en marcha un plan de choque que incluía una drástica reducción de la plantilla, lo que le ha permitido reducir costes. Parte de los negros resultados tienen su origen en las operaciones mediáticas, especialmente la adquisición de Recoletos, en abril de 2007. RCS compró el grupo dueño de Marca y Expansión por 1.100 millones de euros.
Ramírez fracasó en su intento de crear un grupo de comunicación multimedia que pivotara sobre tres ejes: la prensa, la radio y la televisión. Pero el negocio audiovisual ha sido un fiasco. El grupo obtuvo una licencia de televisión digital en noviembre de 2000 (con el Gobierno de José María Aznar) y a raíz del apagón analógico de 2010 (en la etapa de Zapatero) aquel canal se convirtió en cuatro. Ante las gigantescas pérdidas, Unidad Editorial tuvo que cerrar dos televisiones (Veo TV y Marca TV) y arrendar las frecuencias.
La radio ha sido también un negocio frustrado, pese al aluvión de licencias que le concedieron los Gobiernos nacionales y autonómicos. El Mundo vendió sus postes a Uniprex (por entonces gestionada por Telefónica) en 2002.
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