Gestos caseros a favor del clima
La ONU premia 17 humildes proyectos de lucha contra el calentamiento que van desde el cambio de las cocinas de leña hasta bicicletas fabricadas con bambú
Naciones Unidas ha intentado que la Cumbre del Clima de Varsovia, en la que unos 9.000 participantes hacían este viernes un último esfuerzo para lograr un acuerdo que contribuya a frenar las emisiones de carbono, predique con el ejemplo. Por eso durante estas últimas dos semanas se han ido desgranando 17 proyectos —premiados junto con la Fundación Bill y Melinda Gates, la Fundación Rockefeller y el World Economic Forum— que muestran cómo pequeñas acciones pueden marcar la diferencia: cambiar una cocina de madera y de carbón vegetal por otras energéticamente eficientes, reducir los desechos enviados a los vertederos o fomentar la construcción de viviendas con bajo nivel de emisión de carbono.
El ejemplo en positivo se ha estado predicando cada día durante la cita, con actos de todo tipo, charlas, debates, conciertos… Por si no fuera suficiente, este viernes, en un último intento, Koko Warner, especialista de la ONU en migración, vulnerabilidad social y adaptación, y autora de uno de los capítulos del último informe del panel científico del IPCC, órgano asesor de la ONU en materia de cambio climático, recordó las tragedias que han tenido que superar numerosas comunidades que no estaban preparadas para la peor cara de los fenómenos meteorológicos extremos: sequías, inundaciones, tifones. “Recuerdo la cara de la gente con la que he hablado en mis investigaciones, y necesitan ayuda”, pidió, consciente de que faltaban muy pocas horas para que los países se pusieran de acuerdo en el famoso mecanismo de pérdidas y daños, ideado para compensar a los Estados en desarrollo en estas situaciones, y que naciones como Estados Unidos o Canadá no terminan de aceptar. En este debate, los países en desarrollo están reclamando que se cree un organismo nuevo, con facultades legales y capacidad de acción, para compensar estos destrozos. Las naciones más ricas quieren que se incluya en otras medidas a largo plazo, como la adaptación y la mitigación, y no se creen nuevos organismos.
A mediodía de este viernes, las tres áreas en las que se trabaja seguían sin cerrar. El acuerdo final no se esperaba hasta la madrugada del sábado.
Los resultados de la última investigación de Warner, en la que ha recopilado testimonios de comunidades de Burkina Faso, Etiopía, Micronesia o Guatemala, demuestran que hacen falta más medidas para mitigar estos efectos. Agustín, uno de los agricultores con los que se entrevistó, y que perdió sus invernaderos y su casa tras una tormenta en 2007, no reclamaba grandes cosas. “Me dijo: Solo necesito que alguien me mande un mensaje al móvil y me diga cuando viene una tormenta”, relató.
En los mismos países en los que hizo su trabajo de campo la investigadora hay ejemplos positivos. En Guatemala, la ONU ha distinguido el trabajo de un grupo de mujeres agricultoras que promueve la plantación de árboles para mejorar las técnicas agrícolas. Así se previene la erosión y mejora el rendimiento de cosechas y el aumento de la diversidad en los cultivos. El grupo también construye cocinas de ladrillos eficientes que reducen la inhalación de humo y la necesidad de cortar leña para obtener combustible. En Darfur, un proyecto similar, de cocinas que desprenden poco humo, ha recibido otro reconocimiento.
“Necesitamos grandes decisiones internacionales y cambios en los marcos regulatorios nacionales pero no podemos esperar a que esto ocurra para actuar”, urge Teresa Ribera, ex secretaria de Estado de Cambio Climático de 2008 a 2011 (PSOE), que ha formado parte del jurado y miembro del Consejo asesor de la ONU que ha elegido los premios. “El constante crecimiento de la población en megaciudades plantea retos impresionantes para sus ciudadanos, muchos de ellos viviendo en condiciones muy precarias”, añade. Ribera condujo el jueves una de las mesas redondas, la relativa a pobreza urbana, en la que cinco de los premiados relataron sus experiencias.
Otros ejemplos sobre los que se ha puesto el foco son sistemas de recogida y reciclaje de basura en Ghana, o la llegada de la energía solar a barrios de bajos recursos en Bangalore (India). Estos son los 17 proyectos premiados:
GHANA
Basura como oportunidad de negocio
La ciudad de Kumasi, en Ghana, tiene un problema de acumulación de basura. Jóvenes de la calle y artesanos locales recogen desechos de plástico y los transforman en útiles como sillones hechos de botellas vacías. Al reciclar lo que de otra forma iría al vertedero se reducen los gases de efecto invernadero.
INDIA
Iluminación limpia y barata
Más de 10.000 personas que viven sin electricidad en los suburbios de Bangalore (India) ya cuentan con sistemas de iluminación limpia, con energía solar, que sustituyen a las sucias lámparas de queroseno gracias al proyecto Pollinate Energy.
INDIA
Vivienda a prueba de inundaciones
La estación de los monzones inunda con frecuencia el barrio de Mahewa, en Gorakhpur (India). El proyecto diseña y construye casas asequibles, resistentes a las inundaciones y con materiales disponibles en la zona.
LIBERIA
Saneamiento sostenible
Muchas zonas desfavorecidas de Monrovia (Liberia) carecen de alcantarillado, con lo que los lodos fecales de las letrinas no se tratan, se acumulan y generan emisiones de metano, un gas 25 veces más contaminante que el CO2. El proyecto del Gobierno liberiano está dotando de un sistema de saneamiento a 800.000 hogares.
MOZAMBIQUE
La clave está en la comunidad
Son los propios habitantes de barrios pobres de Maputo (Mozambique) —zona expuesta a riesgos climáticos como inundaciones, ciclones y subida del nivel del mar— quienes diseñan e implementan actividades para mejorar y mantener canales de drenaje, proteger el suministro de agua, gestionar los desechos locales y establecer canales de comunicación entre los ciudadanos y las instituciones pertinentes.
AUSTRALIA
Cambio climático en femenino
La campaña Million Women (Un Millón de Mujeres), en Austrialia, pretende conseguir que un millón de mujeres se sumen y se comprometan a hacer frente al cambio climático en sus hogares y lugares de trabajo, con decisiones de la vida diaria para ahorrar energía, reducir residuos y disminuir la contaminación. Hasta ahora se han unido 83.000 mujeres.
BANGLADESH
Evaluando los impactos
Un proyecto que ayuda a las mujeres de Bangladesh a adaptarse al cambio climático haciendo frente a las inundaciones y a las condiciones meteorológicas extremas, sobre todo al impacto que el cambio climático tiene en la agricultura. Las reúne para que evalúen la vulnerabilidad a los riesgos climáticos y elaboren planes de acción.
GUATEMALA
Mejorar la agricultura
Los hornos tradicionales que usan madera como combustible para cocinar desprenden un humo perjudicial para la salud y el medio ambiente: cáncer de pulmón y deforestación son dos de sus consecuencias. Mujeres Agricultoras de Guatemala promueve la plantación de árboles, la mejora de las técnicas de cultivo para aumentar la diversidad y la producción de cocinas con bajo consumo de combustible.
GHANA
Bicicletas sin emisiones
Reducir las emisiones del transporte y producir un vehículo limpio de forma aún más limpia. Es lo que hace el proyecto Bamboo Bikes Initiative (Iniciativa de Bicicletas de Bambú) de Ghana. Ya se han creado 30 puestos de trabajo.
KENIA
Negocios en zonas áridas
El cambio climático ha acabado con el principal medio de vida en el norte de Kenia: el ganado. El proyecto BOMA ayuda a las mujeres que viven en condiciones de extrema pobreza en estas zonas áridas a crear pequeños negocios mediante subvenciones y formación empresarial.
SUDÁFRICA
Árboles contra el cambio climátIco
Con 4,2 millones de árboles ya plantados y más de 1,5 millones de toneladas de CO2 que no han llegado a la atmósfera, el proyecto Food and Trees for Africa (Alimentos y Árboles para África) ayuda a las mujeres sudafricanas a enfrentarse al cambio climático a través de actividades como la plantación de árboles para absorber el carbono, además de ofrecer talleres de formación.
CHINA
Crecer, pero con bajas emisiones
El China Clean Development Mechanism Fund (Fondo del Mecanismo para un Desarrollo Limpio de China) es un mecanismo de financiación que hasta ahora ha entregado más de 81 millones de dólares en subvenciones a más de 200 proyectos de crecimiento y de investigación.
FILIPINAS
Tecnología limpia
Es necesario adoptar tecnologías eficientes y limpias para reducir los gastos de explotación y energéticos al menos un 30%; y con ello, las emisiones de CO2. Ese es el objetivo de un programa que financia inversiones que aumentan la eficiencia energética o permitan usar fuentes de energía menos contaminantes en Filipinas.
GLOBAL
Vivienda sostenible
Las ciudades mexicanas no dejan de crecer, y con ellas el gasto en transporte y en energía. Alrededor del 16% del consumo total de energía y del 26% del consumo total de electricidad corresponde al sector de la vivienda, así que el proyecto ECOCASA ofrece financiación para construir viviendas sostenibles (con pocas emisiones de carbono) y ofrecer hipotecas para este tipo de casas.
GLOBAL
Parques solares
El proyecto Redavia consiste en alquilar parques solares para instalarlos en cualquier lugar del mundo. No se necesita una inversión inicial de capital —instalar paneles solares aún es caro— y se consigue reducir el consumo de combustible diésel que usan los generadores que son los que ahora producen electricidad a gran escala en lugares remotos.
GLOBAL
Invertir en agricultura
El Programa de Adaptación para la Agricultura en Pequeña Escala (ASAP, en inglés) deriva fondos hacia los pequeños agricultores para que puedan acceder a herramientas y tecnologías que mejoren su capacidad de adaptación al cambio climático. Lo puso en marcha el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola y es el mayor programa de adaptación al cambio climático del mundo. Actualmente ayuda a millones de pequeños agricultores —que en muchas zonas de países en desarrollo proporcionan hasta el 80% de la comida— de todos los continentes.
SUDÁN
Cocinas con menos humos
El cambio climático, la sequía y la desertificación son un hecho en Darfur (Sudán). El proyecto Low Smoke Stoves (Cocinas que desprenden poco humo) proporciona financiación para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Lo consigue reemplazando las cocinas de madera y de carbón vegetal por otras que son energéticamente eficientes. También hay beneficios para la salud: según la OMS, la contaminación interior que genera la combustión de combustibles fósiles expone a las mujeres y los niños a niveles tóxicos 100 veces superiores a los aceptables.
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