“Es muy difícil que el daño se subsane en el mismo lugar”
El profesor de la EOI cree que el trabajo conjunto de economistas y científicos es imprescindible para desarrollar los bancos de conservación
Miguel Ángel de la Calle es profesor del Máster Profesional en Ingeniería y Gestión Medioambiental de la Escuela de Organización Industrial (EOI), centro de referencia en la gestión medioambiental y energética.
Pregunta. ¿Cree que los bancos de hábitat son una buena herramienta de conservación?
Respuesta.En mi opinión constituyen una herramienta útil para la conservación y así parecen avalarlo los países donde su implantación hoy día es una realidad.
P. ¿Está a favor de su implantación en España?
R. Siempre que se hiciera con el necesario rigor técnico, estaría a favor. Creo que permitirían dar visibilidad al verdadero valor que representan los ecosistemas para la sociedad y harían posible llevar a cabo, de manera efectiva, las medidas compensatorias sin que se produjera una pérdida neta de los recursos y servicios ambientales dañados. Además, contribuirían a crear empleo y fijar población en el mundo rural.
P. ¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrentan?
R. Son muchos, pero me gustaría resaltar dos. La elaboración de una buena regulación que haga de ellos una herramienta útil para la conservación y la compensación de los daños ambientales residuales, y que impida que se utilicen para fines relacionados con la especulación con recursos naturales. Y segundo, que el sistema de valoración de los débitos y los créditos ambientales asegure rentas que permitan garantizar la conservación del capital natural creado de manera indefinida. En esta cuestión, el trabajo conjunto del mundo científico y del económico es imprescindible.
P. ¿Qué modelo, de los que se han implantado en diferentes países, como Estados Unidos, le parece más adecuado?
R. Los modelos de cada país están relacionados con las necesidades y fines que perseguían. Así en EE UU los bancos están ligados a la mitigación de daños a humedales y a la compensación de los producidos a especies amenazadas, mientras que en Australia están más enfocados a la conservación de la vegetación nativa. En España, entiendo que deberíamos definir claramente qué utilidad o utilidades queremos dar y después escoger el modelo que consideremos más adecuado, con las variaciones necesarias.
P. ¿Hay ecosistemas que no deberían entrar en estos bancos?
R. Todos los espacios naturales que gocen ya de un alto nivel de protección no deberían formar parte de un banco de hábitat, pues la adicionalidad en ellos sería escasa o nula.
P. ¿Ha de ser la compensación en el mismo lugar la primera opción?
R. Los bancos de hábitat se construyen antes de que se produzca el daño, por lo que es muy difícil que la compensación se dé en el mismo lugar, pero sí puede hacerse en un entorno próximo (en los bancos de mitigación americanos la compensación se debe hacer dentro de la misma divisoria de aguas).
P. ¿Quién debería controlar su funcionamiento?
R. En los países en los que hay bancos su control corresponde a las Administraciones. En España debería ser igual. Ahora bien, creo que podría crearse una especie de Comisión Nacional que fuera la encargada de regular, autorizar los nuevos bancos y controlar su funcionamiento.
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