“Falta mucho para que los homosexuales tengan igualdad en México”
Benjamín Medrano, de 47 años, es el primer alcalde abiertamente gay de México
El mexicano Benjamín Medrano, de 47 años, es músico y abogado. Emigró a Estados Unidos de niño. “Vengo de una familia muy pobre y éramos 11 hermanos”, explica. Desde hace unas semanas es el presidente municipal electo de Fresnillo, una ciudad de más de 200.000 habitantes situada justo en el ombligo del país, en el Estado de Zacatecas. Y en septiembre se convertirá en el primer alcalde abiertamente gay de México.
No le molesta la atención. “A mí me ha dado mucha fortaleza. Me siento muy bien al saber que la gente que me ha elegido sabe que soy abiertamente gay y además, espero que inspire a muchos otros homosexuales mexicanos para que puedan gobernar”. Medrano (de militancia priista) nunca ha ocultado su orientación sexual. “Saqué el tema porque me dolieron mucho los ataques de mis contrincantes”, subraya.
Pregunta. ¿Sus contendientes usaron su sexualidad para atacarle durante la campaña?
Respuesta. Claro. Fui un blanco perfecto. Pero me ayudó que la gente de Fresnillo reaccionó de manera opuesta a como esperaban. Soy una persona que da la cara. Yo enfrento las situaciones y no juzgo a la gente por lo que tiene en medio de las piernas. Me dolió mucho que usaran eso en mi contra y por eso decidí sacar el tema, aunque nunca lo he ocultado.
P. ¿Su familia era tolerante?
R. Mucho.
P. ¿A qué se dedicaban sus padres?
R. Mi madre era ama de casa y mi padre se dedicaba a varios oficios. Tuvo un taxi, luego una cantina...
P. Usted vivió un tiempo en Estados Unidos...
R. Fui un niño inmigrante. Vengo de una familia pobre, de 11 hermanos. Regresé a Zacatecas para estudiar la secundaria y pude ir a la universidad. Soy licenciado en Derecho y tengo una maestría por la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México).
P. También ha sido cantante.
R. Sí, me dedicaba a cantar en fiestas y de ahí surgió el asunto político, me convertí en líder del sindicato de músicos de Zacatecas.
P. En una entrevista con el periódico El Universal, hizo unas declaraciones muy duras sobre los gays de clóset...
R. Quiero aclarar que no odio a los gays de clóset. Lo único que digo es que muchos de ellos, particularmente los que están en el poder, son los principales enemigos de los que vivimos abiertamente nuestra condición.
P. También le han llamado el alcalde gay antigay en una columna publicada en Reforma porque dijo que su pueblo no estaba preparado para el matrimonio homosexual.
R. Pues sí, y es muy injusto. Yo no dije eso. Sólo expresé que mi pueblo no está preparado para el matrimonio gay, porque el catolicismo está muy arraigado en estos ranchos y la Iglesia no permite que eso pueda pasar.
P. ¿Usted apoya el matrimonio gay?
R. ¡Por supuesto que lo apoyo! Es más, en los Estados mexicanos en los que ya se ha legislado para que se reconozca legalmente las uniones entre personas como yo hay todavía mucho qué hacer. El propio Seguro Social sigue negando a muchas de estas parejas los servicios médicos. Falta mucho para que se pueda hablar en México de una auténtica igualdad ante la ley entre las parejas heterosexuales y las homosexuales. Hace falta reformar el código civil e incluso la constitución. En todo caso, no es responsabilidad de un presidente municipal.
P. ¿Cree que México es más tolerante a lo que era en el pasado?
R. Claro. Fresnillo ha elegido un alcalde gay. Aunque tiene muy poco tiempo. El homosexual en México es el maricón del barrio al que todo mundo critica por amanerado. Y yo estoy en contra de ese trato denigrante. Si fuéramos un pueblo más educado tendríamos menos violencia, porque eso también lo es. La violencia comienza en faltar al respeto a nuestros semejantes. A mí me gustaría que me preguntaran sobre mi agenda política o por los proyectos que tenemos, no solo ser famoso porque tuve la hombría de declararme homosexual.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Matrimonio igualitario
- Igualdad oportunidades
- Discriminación sexual
- Matrimonio
- Activismo Lgtbiq
- Comunidad Lgtbiq
- Desigualdad social
- Activismo
- Derechos civiles
- Relaciones pareja
- Machismo
- Homosexualidad
- Derechos humanos
- Familia
- México
- Orientación sexual
- Derechos mujer
- Relaciones género
- Sexualidad
- Latinoamérica
- Grupos sociales
- Discriminación
- Mujeres
- América
- Prejuicios