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Un grupo de prestigiosas universidades rechaza el ‘ranking’ impulsado por la UE

La Comisión Europea lanza un proyecto para competir con la clasificaciones más famosas

J. A. Aunión
Patio central de una de las facultades de la Universidad de Oxford.
Patio central de una de las facultades de la Universidad de Oxford. CORBIS

“Consideramos que el U-Multirranking supone, en el mejor de los casos, un uso injustificado de dinero de los contribuyentes y en el peor, una amenaza grave contra el sistema de educación superior”. Con estas durísimas palabras ha descrito el responsable de la asociación que engloba a algunas de las más importantes universidades de investigación de Europa (entre ellas, Cambridge, Oxford, Zurich, Ámsterdam o Barcelona) el proyecto de la Comisión Europea para crear el U-Multirranking: una herramienta para hacer clasificaciones, según distintos parametros, de las universidades.

Kurt Deketelaere, secretario general de la Liga Europea de Universidades de Investigación (LERU, en sus siglas en inglés), ha lanzado este mensaje poco después de que la comisaria europea de Educación, Androulla Vassiliou, presentara el proyecto en el Dublín (Irlanda) hace dos semanas. Se trata de un ranking que quiere alejarse de los que hoy son más famosos, (básicamente el de la Universidad de Shanghái y el de la publicación especializada Times Higher Edicaction), “centrados de una manera desproporcionada”, dice la Comisión, en “la investigación de excelencia”.

Su ranking hará clasificaciones en cinco áreas distintas: la reputación de la investigación, la calidad de la enseñanza y el aprendizaje, la internacionalización, el éxito en la transferencia de conocimiento (por ejemplo, asociaciones con empresas y start-up), y la contribución al crecimiento regional. Esperan que se inscriban en el proyecto unos 500 campus de Europa y de todo el mundo y que la primera edición se publique en 2014.

La iniciativa ofrecerá información dividida en cinco áreas distintas

Desde hace algo más de 10 años, este tipo de clasificaciones han traspasado su habitual área de influencia (el mundo anglosajón) para convertirse en una tendencia global. Después del shock inicial (sobre todo en la Europa continental, pues sitúan a sus instituciones por detrás claramente de las británicas y las estadounidenses), llegaron las reacciones contra estas clasificaciones, por parte de universidades y también de numerosos especialistas. Las consideran injustas por naturaleza e incapaces de medir lo que dicen medir: la calidad de las universidades.

“El intento de reducir la evaluación de todas las muy diversas áreas de las universidades a un solo número está condenado al fracaso y tiene varios efectos secundarios negativos”, dice Kurt Deketelaere por correo electrónico. “Las universidades no son productos de consumo que uno objetivamente pueda calificar como a un coche. Además, incluso para los coches un juicio sobre cuál es mejor depende de lo que el consumidor quiera: velocidad, seguridad, consumo de combustible, prestigio, etcétera. Esto es muy difícil hacerlo entender sobre los ranking de campus”, añade. Además, el poder que están adquiriendo empujan muchas veces a los Gobiernos a hacer políticas que mejoren los resultados en las clasificaciones en “detrimento de una buena educación, una buena investigación...”, concluye.

Pero, ante la evidencia de que los ranking están completamente asentados, son cada vez más influyentes y, responden, de hecho, a una necesidad real de mayor transparencia por parte de los campus, empezó hace años a extenderse también la idea de que la mejor alternativa es diseñar una clasificación mejor hecha y, sobre todo, que intente medir un concepto propio de calidad, no uno impuesto desde una universidad asiática o desde una publicación británica. Y bajo esas ideas nace el U-Multiranking de la Comisión Europea.

La asociación Europea de Universidades (EUA, en sus siglas en inglés) sigue de cerca desde hace tiempo este proceso. De hecho, el año pasado empezó a publicar un informe anual sobre la calidad y la fiabilidad de los diferentes ranking internacionales, lo que incluye el proyecto de la Comisión. “En esta etapa en el desarrollo de U-Multirranking, podemos decir que si bien damos nuestro beneplácito al punto de partida y el objetivo de mostrar la diversidad de la educación superior europea, también consideramos que el proyecto plantea algunas preguntas, sobre la viabilidad y fiabilidad de la recopilación de datos y de los costes totales cubiertos por la financiación pública”, dice Tia Loukkola, la responsable de evaluación y calidad de la EUA.

Algunas instituciones dudan de la fiablidad de los datos

“A pesar de que no tiene intención de producir un solo ranking, nada va a impedir que los usuarios de U-Multirranking hagan exactamente eso. Nos preocupa seriamente la falta de datos fiables, sólidos y válidos para los indicadores seleccionados, la comparabilidad entre los países, la carga que supone para las universidades recopilar los datos, y la falta de comprobaciones [de la información]“, insiste Kurt Deketelaere desde LERU. También plantea serias dudas sobre la pertinencia de gastar dinero público “para producir información poco fiable sobre la base de una concepción errónea de lo que las universidades tienen que hacer”. En resumen, sería tan caro hacerlo razonablemente bien, que tampoco merecería la pena.

La Comisión Europea, por su parte, defiende su proyecto, y espera que la veintena de universidades pertenecientes a LERU participen en él. Además, les han propuesto entrar en el consejo asesor, asegura un portavoz de la comisaria de Educación. “Mejorar la calidad de los datos y los indicadores es un reto, pero ningún sistema es perfecto desde el principio. El estudio preparatorio sobre U-Multiranking mostró que una clasificación multidimensional es factible”, continúa y asegura que el esfuerzo de recogida de datos será mayor al principio pero luego mucho menor.

También defiende la financiación pública. “Tiene sentido invertir en el desarrollo y la mejora de la enseñanza superior en Europa” y la nueva herramienta ayudará a decir “cómo lo estamos haciendo y cómo mejorar”. Admite, no obstante, que el objetivo es que el multiranking se acabe autofinanciando.

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Sobre la firma

J. A. Aunión
Reportero de El País Semanal. Especializado en información educativa durante más de una década, también ha trabajado para las secciones de Local-Madrid, Reportajes, Cultura y EL PAÍS_LAB, el equipo del diario dedicado a experimentar con nuevos formatos.

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