“El error fue olvidar que la banca es un servicio público”
Ex primer ministro de Irlanda entre 1994 y 1997 hace ‘proselitismo’ fiscal en favor de su país
Llega a la cita, el lunes a las nueve de la mañana, con 10 minutos de antelación tras un fin de semana en Madrid de “comidas y cenas largas y mucha lectura”. Y, llamativo, viene solo, sin asesor ninguno. En estos tiempos en que los servicios financieros, y los bancos en particular, son para millones de personas el enemigo número uno, John Bruton (65 años), primer ministro de Irlanda entre 1994 y 1997 por el democristiano Fine Gael, va contracorriente. Preside IFSC, un organismo dedicado a convencer a empresas de “por qué es bueno tener la compañía en Irlanda y no en Singapur, por ejemplo”. Todo con el ojo puesto en negocios como la administración de hedge funds, los seguros internacionales o el leasing de aviones.
¿Y qué piensa usted cuando oye gritar que la Unión Europea rescata a los bancos, pero no a las personas? “Occidente no habría progresado en los últimos 500 años sin la invención del dinero. Sin bancos ni crédito no habría economía. El error fue olvidar que los bancos son servicios públicos básicos como las carreteras o el tratamiento de las aguas residuales. No creo que esté mal rescatar a los bancos, sino que se comporten como antes, cuando se premiaba apostar y reinaba la codicia”. Responde con un “no” y una cara que parece decir “ni me suena” a la pregunta de si ha visto el documental Inside job. Pero añade: “Sí que vi Too big to fail”. En España se tituló Malas noticias en vez de la frase inspirada en el mantra de que hay entidades financieras tan grandes que deben ser rescatadas sí o sí porque si cayeran se llevarían por delante todo el sistema.
Bruton ha pedido al camarero “un café con leche”. Muy bien pronunciado. No, no habla español, pero lo entiende desde que vivió en Washington, donde fue embajador de la UE hasta 2009. Resulta que en la iglesia más cercana a su casa a pie todas las misas eran en español. Y en vez de irse a otro templo, se interesó por la lengua e incluso dio algún curso. Durante aquel lustro se esmeró en conocer a cada uno de los miembros del Congreso dada su enorme influencia en política exterior y porque ayuda a comprender la “política étnica” local: irlandés-americanos, judíoamericanos, afroamericanos, bosnioamericanos...
No creo que esté mal rescatar a los bancos, sino que se comporten como antes, cuando reinaba la codicia
Lo mismo da si habla de la burbuja inmobiliaria irlandesa —“dos o tres veces mayor que la de España”—, la integración de la UE, los eurobonos, el debate sobre cuánta austeridad... No cabe duda de que es un político. Para matar el gusanillo, colabora con el think tank del PP Europeo y tiene un blog. Los recientes disturbios en Belfast a cuenta de cuántos días debe ondear la bandera británica le preocupan muchísimo. Lamenta que tantos años después del acuerdo de Viernes Santo, al que contribuyó, “nacionalistas y unionistas aún vivan en barrios separados por un muro”. Su receta es clara: menos agitar banderas, más atraer inversores y turistas.
Vino a España, invitado por su embajada, Casa América y el Instituto Elcano, para hablar hoy sobre las expectativas europeas ante este segundo mandato de Obama. ¿Cree que en 50 años le recordaremos por algo más que por ser el primer presidente negro de EE UU? “Pienso que hay posibilidades de que le recordemos por el seguro médico federal”. Lo que él no olvidará son las dos tomas de posesión a las que asistió sendos 20 de enero. “Jamás en mi vida he pasado tanto frío”.
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