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Los redactores de ‘Le Monde’ rinden homenaje a su director fallecido

La muerte súbita de Izraelewicz abre un inesperado periodo de crisis en un momento incierto

Erik Izraelewicz, la semana pasada en la sede de 'Le Monde'.
Erik Izraelewicz, la semana pasada en la sede de 'Le Monde'.T. SAMSON (AFP)

“Ha sido un golpe muy duro y muy triste”, comenta por teléfono Philippe Ridet, corresponsal de Le Monde en Roma. “Es una muerte que simboliza estos tiempos de crisis y de tensión en la prensa. Parece que la profesión de periodista estuviera maldita”. Le Monde, el mejor periódico de Francia, está hoy de luto riguroso. Su director, Erik Izraelewicz, que había comandado el vespertino desde febrero de 2011 con una apuesta por la calidad, la integridad y la inteligencia, murió fulminado el martes por un infarto en su despacho. El director departía con un responsable de la web del diario, que decidió potenciar sin olvidarse de mimar la edición en papel, cuando cayó desplomado. Izraelewicz, de 58 años, moría poco después en el hospital de la Pitié-Salpêtrière.

Hoy, los redactores de Le Monde han empezado a llegar al diario a las seis de la mañana para sacar la edición del día y rendir homenaje al director. La tristeza, la emoción y el estupor han marcado una jornada “muy dura”, según la define la exdirectora Sylvie Kauffman. Tras cerrar el periódico, con dos páginas dedicadas a Izra, la plantilla se ha reunido en el gran vestíbulo de entrada del edificio de Renzo Piano situado en el bulevar Auguste Blanqui para hablar del director caído en acto de servicio. Los que le conocían mejor –era un hombre muy reservado- han glosado su talento y sus virtudes durante media hora. “Erik era un hombre bueno y no tenía enemigos, era un tipo muy civilizado y simpático”, afirma Kauffman.

El Comité de Redacción ha emitido una nota de despedida que afirma: “La brutal desaparición de Erik Izraelewicz es un golpe, un trauma y una tragedia para todos los periodistas de Le Monde y el conjunto de la plantilla”. “En la historia del periódico (fundado hace 68 años), es la primera vez que un director muere mientras está en activo. Izraelewicz encarnaba una cultura y unos valores a los cuales este colectivo está profundamente apegado. Intentaremos preservar intacta su memoria y perpetuar la tradición de humanismo e inteligencia de espíritu”.

"Es la primera vez que un director de este diario muere en activo"

Los redactores han recordado las dos vidas de Erik Izraelewicz en Le Monde: “La primera de 1986 a 2000, como periodista económico, uno de los más dotados de su generación. Su talento, clarividencia, y la finura de sus análisis le propulsaron rápidamente. Diez años después, fue el recuerdo que dejó Erik, su profesionalismo, lo que nos condujo a confiarle la dirección, una pesada carga que cumplió, durante 18 meses, con abnegación, coraje y energía”.

Erik Izraelewicz fue “un periodista ejemplar y de una gran rectitud moral”, prosigue la nota. “La integridad era su marca de fábrica. Fue un servidor de la información y un maestro del periodismo nacional e internacional. Entre los jefes de Estado, los dirigentes de las grandes instituciones internacionales y los patrones de las grandes empresas, sus opiniones eran escuchadas y apreciadas”.

El comunicado acaba con una nota personal: “Erik abandona Le Monde demasiado pronto. Si su talento con la pluma era conocido por todos, se ha ido conservando su parte de misterio. Era un hombre púdico, un bloque de una pieza”.

Los comités de la plantilla y las diversas publicaciones del grupo Le Monde, que Izraelewicz también dirigía, han recordado que “para él, el lector era lo primero”, y han reconocido que “supo introducir los cambios necesarios, enriquecer la oferta del fin de semana diversificando y densificando los contenidos, hizo evolucionar la paginación y la portada, y siempre se mostró atento a los detalles y abierto al debate”.

Israelewicz potenció durante
su breve mandato la edición
digital del periódico

La muerte deja sin un referente moral y profesional al vespertino cuando el vendaval económico europeo azota con fuerza en Francia. La esperanza de los 300 periodistas de Le Monde y de los 60 que componen la edición digital es que tanto la gestión periodística como la económica han sido solventes en los últimos tiempos. El balance de 2011 dio por primera vez en una década resultados positivos, con beneficios de 6,1 millones de euros, frente a las pérdidas de 1,8 millones sufridas en 2010.

El secreto, según escribieron Izraelewicz y el presidente del grupo, Louis Dreyfus, el año pasado, fue mejorar la oferta editorial en todas sus facetas -digital, papel, suplemento de libros y cuadernillos fin de semana, móvil y tabletas-. El difunto director, Dreyfus y los tres principales accionistas del diario -Pierre Bergé, Xavier Niel y Matthieu Pigasse-, convencidos de que “la crisis de los medios está ligada al empobrecimiento de la oferta editorial”, impulsaron nuevos contenidos de calidad, un sistema de impresión mejor organizado y una apuesta por las nuevas teconologías que se tradujo en una subida de la difusión en el papel del 2,2 %, de un 21% en Internet y de un 65% en teléfonos y tabletas, con un aumento del 19% en los ingresos por publicidad.

Este año, la crisis ha hecho bajar la difusión y los ingresos. Cuando Le Monde se recupere del golpe, la empresa –participada en un 15% por PRISA, grupo editor de EL PAÍS- abrirá un proceso de elección del nuevo director que suele ser tan democrático como complicado. El jefe de la redacción debe ser avalado por el 60% de los periodistas, lo que suele implicar abrir una campaña electoral y arduas negociaciones entre accionistas y plantilla.

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