Dublín legislará para clarificar el derecho a abortar

Irlanda clarificará por ley el derecho al aborto, que en la actualidad solo es recogido de forma ambigua por la Constitución. “La gran mayoría de la gente entiende qué se necesita hacer, pero no quieren que nos situemos en una posición que permita en este país el aborto a la carta”, ha declarado el Taoiseach (primer ministro irlandés), Endy Kenna.

Kenna ha asegurado que su Gobierno “no dejará colgado de forma interminable” el debate sobre cómo clarificar la nebulosa figura legal del aborto en ese país. El Gabinete irlandés ha estado estudiando este martes el informe de opciones que encargó en su día a un grupo de expertos. Ese estudio, publicado a primera hora de la tarde, sostiene que hay cuatro opciones y, aunque su función no era la de hacer recomendaciones, sostiene que dos de esas opciones serían preferibles a las otras dos.

El debate es consecuencia de la sentencia dictada en 2010 por el Tribunal de Estrasburgo a favor de una mujer irlandesa enferma de cáncer a la que no se había respetado su derecho al aborto. El Gobierno ha de decidir si aquella sentencia le obliga o no a poner en marcha legislación específica para clarificar cuándo una mujer tiene derecho a abortar.

En estos momentos, la interrupción del embarazo solo se regula por la muy interpretable mención que se hace en la Constitución irlandesa, que pone en plano de igualdad el derecho a la vida de la madre y del nasciturus: “El Estado reconoce el derecho a la vida del no nacido y, con el debido respeto al mismo derecho a la vida que tiene la madre, garantiza en sus leyes que hay que respetar y, siempre que sea practicable, sus leyes han de defender y vindicar ese derecho”.

El reciente caso de la dramática muerte de una mujer india residente en Irlanda, Savita Halappanavar, ha puesto de manifiesto hasta qué punto es necesario clarificar cuándo una mujer tiene derecho abortar o no.

El informe considera insuficientes o poco prácticas las opciones de unas meras directrices sin rango parlamentario porque no serían legalmente vinculantes o la de resolver el asunto exclusivamente a través de legislación primaria, por entender que sería un sistema demasiado rígido.

Los autores creen que sería más práctico “dar rango legal a la terminación del embarazo por la vía de legislación primaria que permitiera al Ministerio de Sanidad regular la cuestión a través de un instrumento estatutario” o bien por la vía de legislación primaria que luego sería completada también por el Ministerio de Sanidad mediante legislación secundaria. En todo caso, Irlanda no tendrá más remedio que clarificar el derecho al aborto, un tema todavía tabú en un país socialmente muy conservadora debido a la perenne influencian de la Iglesia católica.