La guerra de los sexos borrachos
La sociedad española vista por el ojo del Instituto Nacional de Estadística
En el año 2003 se realizó en España una encuesta sobre sexualidad. Solo contestó el 39%. El 65% de las mujeres casadas se negaron. De todas las tablas desarrolladas con sus respuestas, me quedo con tres: personas que han tenido relaciones sexuales con nuevas parejas en el último año por género, días que ha estado bebido en el último mes y uso de preservativo en la primera relación con la última pareja. No es el título de una película de Woody Allen, sino una encuesta del INE.
Entre los 18 y los 49 años hay un 27% de hombres que ha tenido más de 10 parejas en ese tiempo y se ha emborrachado más de una vez en el último mes. ¿Será por tanto cambio de pareja o fue al revés? El INE no entra en eso. En el caso de las mujeres, solo le pasa al 11%. En cuestión de sexo (y no tanto en alcohol), las diferencias entre hombres y mujeres son grandes.
La encuesta se realizó, o mejor, tenía que haberse realizado, con 13.600 personas, pero, tras sustituir a las que se negaban a hablar, se consiguió un 81% de respuestas, cifra que el INE califica de “realmente baja”. No se ha vuelto a repetir.
Vayamos con el preservativo. Para la cuarta parte de los canarios es algo “complicado de usar”, en lo que no está de acuerdo el 86% de las mujeres de la misma comunidad. Los condones canarios deben de ser muy diferentes de los de los cántabros —o estos muy habilidosos—, pues solo el 7,8% de los machos de Cantabria los considera “complicados de usar”.
El preservativo corta el deseo a la mujer, asegura el 19% de los extremeños, tres puntos más que las extremeñas. Es la diferencia general entre lo que opinan los hombres y las mujeres de cualquier comunidad; sin embargo, solo en una de ellas hay más mujeres que hombres que confirman que “a la mujer les corta el deseo”. Son las murcianas (20% contra el 19%), las más favorables a deportes de riesgo.
La mayor brecha de sexos se da en Canarias, pues el 18,6% de sus hombres sabe que el condón le corta el deseo a sus mujeres, algo que corrobora el 9% de ellas.
Vayamos al lado contrario: a los hombres el preservativo les corta el deseo. Aquí no hay sorpresas. En general, ganan los hombres por goleada: 27% contra 22%; pero si se busca por la diversidad autonómica, en Baleares y Cantabria son más mujeres que hombres las que apoyan esta afirmación. Nada que ver con Canarias, un mundo sexual aparte donde el 30% de sus hombres dice que les corta, cuando el 85% de sus mujeres dice que para nada.
Las sensibilidades se disparan cuando se trata de la afirmación “los preservativos impiden sentir verdaderamente el cuerpo del otro”. El 36% de los españoles está de acuerdo, pero solo el 23% de las mujeres. Una vez más son las islas en donde se encuentran las mayores discrepancias entre ambos sexos. Si el 44% de los mallorquines lo cree, solo opina lo mismo el 22% de sus mujeres.
No nos entendemos. Ya lo dijo en el siglo XX el mejor egopsicoanalista después de Freud: “El sexo es como jugar al bridge. Si no tienes un buen compañero, más vale que tengas una buena mano” (Woody Allen).
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