“Hay otros sitios donde construir”

Más de 1.400 plazas hoteleras y 350 viviendas nuevas serían más que suficientes para que a cualquier empresario que vive del turismo los ojos le hicieran chiribitas durante un buen rato. Pero Herbert Neumann tuerce el gesto cuando habla del plan parcial de Valdevaqueros, aprobado a finales de mayo por el Ayuntamiento de Tarifa (Cádiz) y que permitiría levantar una urbanización en el entorno de una playa salvaje.

Neumann —nacido en Viena (Austria), criado en Benidorm y residente en Tarifa desde 1986— es copropietario de una tienda de artículos de windsurf y kitesurf y de una empresa de ocio vinculada a la naturaleza. “Hay sitios de primera línea de playa dentro del casco de Tarifa donde se puede construir sin tener que destrozar el monte”, opina Neumann, uno de los pioneros del windsurf en Tarifa.

Este empresario y exregatista profesional gira 180 grados, señala hacia la ladera que hay detrás de la carretera N-340 y añade: “Allí es donde está prevista la urbanización. No en la playa”. Neumann reconoce que cuando surgió la polémica el asunto se desenfocó. Daba la impresión de que las casas se levantarían en la arena. Pero las 350 viviendas y los establecimientos hoteleros están previstos al norte de esa carretera, que discurre paralela a la costa y que marca el límite del Parque Nacional del Estrecho.

El alcalde defiende el proyecto y la Junta dice que revisará el urbanismo de Tarifa

El proyecto ha dividido a los vecinos de Tarifa. Neumann representa al sector que no quiere que se destruya uno de los atractivos de este municipio: esas playas semivírgenes que atraen un turismo de naturaleza. El otro bando lo encabeza el propio alcalde, Juan Andrés Gil (PP). El regidor —que contó con el apoyo de PSOE y PA para aprobar el plan— defiende el derecho de su municipio a “desarrollarse”. Emplea un poderoso argumento: los 600 puestos de trabajo que, dice, se crearían en un municipio destrozado por el paro de salir adelante el proyecto apadrinado por el constructor sevillano Juan Muñoz. Casut, una de sus sociedades, posee 375.864 metros cuadrados en la zona de Valdevaqueros, lo que supone la mitad de la superficie del plan.

La aprobación de este proyecto provocó las críticas de los grupos ecologistas y una queja de la Oficina del Defensor del Pueblo Andaluz. El ministro de Medio Ambiente, Miguel Ángel Arias Cañete, se ha desentendido de la iniciativa al entender que “está muy lejos de la costa”. La Junta de Andalucía ha variado su posición sobre este asunto en apenas un mes.

La delegación provincial de Medio Ambiente en Cádiz remitió el 28 de mayo un escrito al Ayuntamiento en el que no se ponían reparos al plan. Pero, tras la polémica, el nuevo consejero del ramo, Luis Planas, ha anunciado que su departamento revisará el planeamiento urbano de los municipios de litoral que sea anterior a la aprobación del Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía (POTA), que data de 2006. El Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Tarifa será uno de los que se revise. El problema de Valdevaqueros es que el paraguas legal del proyecto es un plan de ordenación que data de 1991, cuando los criterios de sostenibilidad eran diferentes. Por ejemplo, tras sacar adelante el planeamiento de 2006 la Junta intentó frenar el crecimiento de los núcleos diseminados. Es decir, evitar que surgieran proyectos como Valdevaqueros, un paraje ubicado a 10 kilómetros del casco urbano de Tarifa y sin servicios suficientes para una nueva urbanización.

Neumann no se opone a que se levanten hoteles y apartamentos, pero dentro del casco urbano de Tarifa. Propone, por ejemplo, trasladar el campo de fútbol que hay junto al mar y construir allí las plazas hoteleras. “¿Qué pinta un campo de fútbol en primera línea de playa?”, se pregunta este empresario.