El águila pescadora remonta el vuelo en Andalucía
Los científicos consideran recuperada la especie en la región, donde se extinguió en los sesenta Sigue sin nidificar en el resto de la península Ibérica
Un águila pescadora observa con parsimonia las marismas del Odiel (Huelva) que rodean su plataforma de observación. Tiene ocho semanas y es uno de los 10 pollos nacidos en Cádiz y Huelva en 2012 que permiten asegurar que el águila pescadora, la única rapaz que se había extinguido en la península Ibérica en la década de los ochenta y en Andalucía en los sesenta, se ha recuperado. Detrás quedan 10 años de trabajo de la Fundación Migres, dedicada al estudio de las aves, y de la Junta de Andalucía. Se han reintroducido 164 pollos -86 en el embalse del río Barbate (Cáiz) y 78 en el paraje natural de las Marismas del Odiel (Huelva)- traídos desde Alemania, Finlandia y Reino Unido. En el proyecto se han invertido 1,6 millones de euros, la mayor parte públicos, aunque desde el año pasado cuenta con la colaboración de la Fundación Banco Santander.
“Se trataba de convencer a los pollos alemanes de que eran de Huelva y lo hemos logrado”, explica un orgulloso Miguel Ferrer, presidente de la Fundación Migres y científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). “Este año hemos llegado a la conclusión de que las probabilidades de supervivenvcia de la especie son del 99,99% si no se produce ningún acontecimiento catastrófico”, prosigue. Ahora llega la labor de seguimiento para comprobar si la tendencia es al alza o a la baja.
El águila pescadora desapareció debido al crecimiento urbanístico de la costa española en los años cincuenta y sesenta. “Aquí nidificaban en la costa porque no tenemos grandes lagos como en otros lugares, pero se estaban constryuyendo pantanos y, si les hubiéramos dado tiempo, se podrían haber adaptado a ellos. Pero no fue así”, explica Ferrer.
Desde entonces, la especie continuaba pasando por España en sus migraciones camino de África, pero no nidificaba debido a que solo cría en el lugar donde nace. “Por este motivo era tan importante conseguir que creyeran que habían nacido aquí”.
Migres ha utilizado la técnica llamada hacking, que consiste en coger a los pollos de sus nidos y trasladarlos a otros artificiales. Ahí viven hasta que son capaces de volar por sí mismos. Se les alimenta de tal forma que no detectan la presencia humana en ningún momento y así identifican ese lugar como su área natal, al que regresan para criar cuando alcanzan su madurez sexual. “Estamos usando el mismo método con otras especies como el águila imperial ibérica, que desapareció como reproductora en Cádiz en 1954, también con muy buenos resultados”, comenta Ferrer.
De momento, los individuos reintroducidos ocupan nueve territorios y la tasa de retorno se sitúa por encima del 16%, superando entre dos y cuatro puntos los resultados de otros proyectos similares realizados en otros países.
En 2003 llegaron los primeros pollos y dos años después se estableció la primera pareja reproductora, pero no fue hasta 2009 cuando nacieron los tres primeros pollos. Ahora se trata de ampliar el proyecto a otras zonas de España, aunque de momento no hay nada en firme.
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