España detecta chatarra radiactiva de Marruecos en una acería de Sevilla
Seguridad Nuclear informa al OIEA del hallazgo de una fuente de cesio industrial mal tratada
El Consejo de Seguridad Nuclear ha anunciado que el pasado 9 de mayo la acería Siderúrgica Sevillana (en Alcalá de Guadaira) detectó en el pórtico de entrada chatarra que incluía una fuente con Cesio-137 procedente de Kenitra (Marruecos). El material -probablemente un gammagrafo industrial tratado incorrectamente- no llegó a ser incinerado, por lo que el suceso, según el CSN, "no ha tenido repercusión para los trabajadores de la instalación, para el público, ni para el medio ambiente". El CSN ha informado del caso al Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) y lo ha calificado como nivel 2 (incidente), en una escala que va de cero a siete.
El tráfico mundial de chatarra para las acerías es una preocupación para los reguladores nucleares. En 1999, la acería de Acerinox en Los Barrios (Cádiz) incineró una fuente radiactiva y la contaminación por cesio generó una nube radiactiva. En 2001, la misma acería sevillana implicada ahora quemó otra fuente. Desde entonces las autoridades han multiplicado los pórticos de control de radiación a la entrada de estas instalaciones y en los principales puertos de entrada.
En uno de esos apareció la "fuente radiactiva huérfana de cesio-137", ya que dio un "alto nivel de radiactividad", según un comunicado del CSN. La chatarra había llegado en barco al puerto de Sevilla y de allí por carretera a la acería. Según el Consejo, "la instalación inmovilizó el camión en un lugar aislado del tránsito de personas hasta la llegada de personal" encargado de aislar el origen de la radiación.
Los técnicos, que llegaron a la acería el día 10, "no detectaron presencia de radiación ni en la cabina del conductor del camión, ni en todo el perímetro del mismo, excepto un ligero incremento en una zona pequeña de la parte trasera". Allí se encontró "un dispositivo de 13 centímetros de longitud, 13 de altura y 13 de fondo, con un peso aproximado de 20 kilogramos, que sirve para el control de procesos industriales. Estaba en mal estado, tenía el obturador abierto y carecía de placas identificativas. En su interior había una fuente radiactiva". El resto de lo que probablemente era un gammagrafo fue enviado a la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa).
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