“La edad no es aún problema para que vuelva al espacio”
El astronauta dejó el sector privado para intentar participar en una nueva misión
A lo que más se parece la despensa de la Estación Espacial Internacional (ISS) es a la alacena de un piso de estudiantes. Nada de píldoras fantásticas. Los astronautas se alimentan de latas y platos deshidratados, como espaguetis con salsa de queso. Pedro Duque recuerda que las pastillas —“que eran como las de Avecrem”— solo se emplearon en los dos primeros vuelos de la historia. “El sindicato de astronautas las vetó luego”, bromea el español que más se ha alejado del centro de la Tierra. “No es que ahora se coma en el espacio como en Sevilla, pero es algo parecido a lo normal”.
Este madrileño (que ha estado en órbita 20 días de los 49 años y cuatro meses que tiene) participa esta semana en la convención de negocios internacional dedicada a la industria aeroespacial que se celebra en la capital andaluza. Duque ocupa el puesto 383 en la exclusiva lista de viajeros espaciales. Ha participado en dos misiones (en 1998 y 2003) y quiere repetir. Por eso decidió regresar a la Agencia Europea del Espacio (ESA) cuando, en 2011, se cumplió la excedencia de cinco años que había pedido para trabajar en el sector privado. “Aunque no está en absoluto asegurado, quizá podría volver, dependiendo de la evolución de los próximos dos o tres años”. Duque, ingeniero aeronáutico, vive ahora en Múnich (Alemania), donde está el centro de control de la ISS.
Su futuro está condicionado, entre otros asuntos, a la conferencia ministerial que se celebrará en noviembre, en la que los países miembros de la ESA decidirán los proyectos para los próximos tres años. También se está pendiente de si mantienen la aportación económica. De los 4.000 millones con los que cuenta esta organización al año, unos 200 los pone España. Duque espera que los Estados aguanten el tirón: “Todos están tratando de mantener sus inversiones. El espacio tiene una rentabilidad alta y los Estados, en realidad, se enriquecen a medio plazo con el dinero que ponen (...). Si eliges bien, esa inversión te revierte con creces porque logras tecnología para fabricar mejor y vender más caro”.
Duque estuvo una semana larga en la ISS en octubre de 2003 gracias a la misión Cervantes, que financió España, con 12 millones. El astronauta defiende el desembolso realizado como una apuesta rentable para promocionar la ciencia entre los estudiantes. Y pone un ejemplo: “El otro día recibí un e-mail de una chica que ahora está como becaria en la agencia europea, en el que me decía que se decidió a seguir esta carrera cuando fui al espacio y hablé con su colegio desde arriba”. “Es muy difícil cuantificar el efecto de aquella misión, pero me da que es muy alto”, añade.
Consciente del momento crítico que atraviesa España, Duque pide que se proteja la inversión pública en investigación y desarrollo. “Si se tiene que reducir, que sea lo primero que vuelva. Todo el mundo sabe que la reducción de la inversión es quedarse atrás para el momento en el que acabe la crisis”.
Mientras, Duque sigue con la esperanza de volver al espacio. Eso sí, con la mirada puesta en el calendario. “Llega un tiempo en que la edad es un problema muy gordo, pero yo estoy en un momento en el que todavía no lo es”. “Ahora están subiendo personas de 55 y 60 años”, remata.
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