“Estados Unidos no vive aún en una sociedad posracial”
El experto en estudios afroamericanos de Yale cree que, pese a Obama, perviven los prejuicios
La mezcla no tiene desperdicio. Luis Buñuel en las paredes, cante flamenco de fondo, salmorejo en el plato y, de comensal, un profesor de estudios afroamericanos de Chicago (Illinois, EE UU). Robert B. Stepto nació en 1945 en una ciudad que el séptimo arte llenó de humo, jazz y mafia. Una ciudad en blanco y negro, no solo en el cine, sino sobre todo en las calles, vírgenes aun entonces del pisotón de la lucha de los derechos civiles. “La sociedad afroamericana”, dice masticando cada palabra, “ha cambiado mucho en los últimos 30 años”. ¿Más aún con Obama? “Estoy hablando mucho”, dice. “Déjame que coma y ahora…”. Habrá que esperar.
Stepto, docente en la Universidad de Yale (Connecticut, EE UU), es pionero en estudios afroamericanos. Amaba la literatura americana y pensó que lo mejor para conocerla sería estudiar a los escritores negros. Se convirtió en una rara avis que, sin embargo, ha abierto camino... hasta en España. Cuenta que en una charla que dio hace poco en la Universidad Complutense, un profesor español se le acercó para que le firmara un libro. Era suyo. Lo puso en las estanterías en 1978 bajo el título Literatura afroamericana: La reconstrucción de la enseñanza. Su comprador lo había adquirido en New Haven (EE UU). “¡Y ni siquiera le conocía!”, dice Stepto.
Por su gesto, de extrañeza tanto si escucha las preguntas como si atiende al maître o a las historias dominicanas del camarero, pareciera desubicado. Pero un rato de charla basta para descubrir una educación y timidez exquisitas, bien si elige un vino seco y bromea con los dulces, bien si vuelve a hablar del estado de las cosas en la sociedad afroamericana. Retoma el relato: “La sociedad afroamericana”, reflexiona Stepto, “ha mejorado mucho, pero he observado una gran estratificación: hay una clase alta, otra media y otra baja”. Antes, las tres cabían en una. Es lo que el profesor, que teoriza entre plato y plato, resuelve como “la paradoja del progreso”.
Y en esa paradoja también está Barack Obama. Para muchos es el primer presidente negro de Estados Unidos; para Stepto es además material de estudio como escritor afroamericano autor de Sueños de mi padre (1995). De la teoría a la arena política, el profesor, sin soltar los cubiertos a ritmo de picoteo, inyecta de pasión su timidez. La pregunta de anzuelo: ¿La llegada de Obama ha empujado a la sociedad más racista a otra etapa? “No”, responde. “EE UU no vive en una sociedad posracial”. Sirva de ejemplo, continúa el docente de Yale, la campaña republicana. “Mucha de la oposición a Obama tiene motivaciones raciales”. El nombre del candidato Newt Gingrich no tarda en aparecer en boca de Stepto.
Queda aún, según discurre durante la comida, camino por recorrer para dar la vuelta a una sociedad atenazada durante décadas en la ideología de la supremacía blanca. Y no solo en la Casa Blanca. “Tenemos un gran problema en las cárceles”, advierte Stepto echando mano de la memoria. “Un millón de reclusos [algo menos de la mitad del censo carcelario] son negros”. ¿La justicia discrimina? Stepto asiente. Otra paradoja como la que salta a la vista cuando uno advierte que un académico que lleva más de 30 años impartiendo estudios afroamericanos no ha pisado nunca África. “En los años sesenta y setenta, con la lucha de derechos civiles”, justifica el profesor, “muchos sentían que tenían que ir”. Ahora, no. Cosas del progreso.
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