Los editores preguntan qué hacen con los textos de la reforma de 2011

Los editores de libros de texto han urgido hoy al Ministerio de Educación a aclarar las "incertidumbres" sobre la nueva reforma educativa, pues "ya están elaborados" todos los textos y materiales adaptados a las modificaciones curriculares aprobadas en 2011, solo pendientes de impresión y distribución. El ministerio ha anunciado la sustitución de la asignatura de Educación para la Ciudadanía y el cambio de la estructura de la secundaria (la ESO tendrá tres cursos en lugar de cuatro y el bachillerato y la FP tendrán también tres cursos en lugar de dos), lo que paraliza la reforma aprobada el año pasado por el anterior Gobierno del PSOE. La Administración podría incurrir en una "responsabilidad patrimonial" si no precisa en breve el plan y el calendario de aprobación de la reforma, ha dicho el presidente de la Asociación Nacional de Editores de Libros y Material de Enseñanza (ANELE), José Tamayo. "Si no nos lo comunican pronto, tendremos que ir a exigir una responsailidad patrimonial", ha precisado.

Tamayo ha citado jurisprudencia del Tribunal Supremo que hizo "responsable", ha asegurado, al Gobierno de que no se afrontara esta cuestión "en tiempo y forma" en el caso del cambio de la Ley Orgánica de Calidad de la Educación (LOCE), de 2002 (paralizada en 2004) a la Ley Orgánica de Educación (LOE), de 2006. "Por eso es urgente que nos digan [el ministerio] si tenemos que paralizar esto [los textos ya preparados] o de qué manera, cuándo y por qué se va a sustituir".

Se trata de poder planificar, ha argumentado, las contrataciones de personal y tener a tiempo los materiales de Educación Cívica y Constituional, que sustituye a Educación para la Ciudadanía, los textos para el nuevo bachillerato y la FP, el plan de bilingismo o los de la escuela digital. Preguntado por el trabajo editorial ya realizado para adaptarse a la modificación de cuarto de ESO en la Ley de Economía Sostenible (2011), Tamayo ha lamentado que eso "no se resarce de ninguna manera", así que solo queda ver si puede aprovecharse para la nueva reforma o si todo se va a quedar "en el almacén", como pasó con los libros de la LOCE.

Tamayo ha explicado que cualquier producto editorial necesita un mínimo de cuatro o cinco años para amortizar la inversión y comenzar a ser rentable, más si son productos mixtos que combinan el papel y los recursos digitales. Además ha pedido, más que un pacto por la educación, "sentido común" para que los currículos escolares tengan estabilidad, pues cambiar leyes de educación cada dos por tres es "realmente insostenible" para la sociedad española.