EE UU da oxígeno a Durban
El enviado de Obama apoya el plan de la UE de fijar una 'hoja de ruta' para reducir emisiones
La Cumbre del Clima de Durban dio ayer al fin signos de progreso. Moderados, tibios y quién sabe si reversibles, pero progresos. El enviado de Obama, Todd Stern, declaró que apoya el plan de la UE para establecer una hoja de ruta para negociar una reducción de emisiones de CO2 que afecte a todos los grandes emisores alrededor de 2020.
La UE intentó aislar a EE UU y China. Los representantes europeos comparecieron junto a miembros del grupo de los países menos desarrollados para escenificar el apoyo a la postura europea: solo habrá un segundo periodo de Kioto -expira el próximo año- entre 2012 y 2020 si los demás se comprometen a que se sumarán más adelante.
El aval de los países más pobres al plan europeo revela que "el G77 + China está roto", según fuentes de la negociación. En teoría, China negocia con los países en desarrollo, pero en la práctica sus intereses a menudo son distintos.
Stern compareció ante la prensa después de que una joven hubiera interrumpido su discurso en el pleno con la acusación de que EE UU estaba bloqueando el avance. Parecía molesto. "Es completamente falso que EE UU intente retrasar la acción hasta 2020", declaró. "La UE ha pedido una 'hoja de ruta' y nosotros lo apoyamos", afirmó, aunque solo dos días antes había dicho que no le gustaba el concepto hoja de ruta porque muchas habían fallado antes. Stern sí dejó claro que negociarán para llegar a un acuerdo "sea o no o vinculante".
Tras el amago chino de aceptar recortes en 2020 (luego no concretado en la negociación), EE UU se había quedado como el malo de la película. Elliot Diringer, director del Center for Climate and Energy Solutions estadounidense, considera que los chinos "han ganado la batalla de las relaciones públicas", aunque, según él, su mensaje era que no querían negociar hasta después de 2015.
El movimiento de la postura de EE UU fue saludado por la delegación europea. "Es un avance y es bueno pero no cubre todo", declaró la secretaria de Estado de Cambio Climático, Teresa Ribera. La UE intenta fijar la fecha de 2015 para tener un nuevo tratado, para tener un plazo de cinco años para ratificarlo y que entre en vigor en 2020. Hasta entonces se ofrece a seguir en Kioto -junto al menguante grupo que forman Suiza, Noruega, Nueva Zelanda y Australia-. Europa parece haber vuelto a su antigua estrategia de aliarse con los países en desarrollo para aislar a EE UU y forzar así el movimiento.
El ministro canadiense de Medio Ambiente, Peter Kent, también dio apoyo a fijar 2015 como fecha, según Reuters. Es otro giro relevante porque Canadá ha anunciado que no se unirá a un segundo periodo de Kioto.
Los países desarrollados parecen conformar una mayoría con los menos desarrollados para que haya un acuerdo que incluya a todos los grandes emisores, con lo que países como China, India o Brasil pasarían de no tener obligaciones a tener ciertas exigencias. EE UU siempre se ha negado a firmar nada si no estaba China y puede estar más cerca, si no de conseguirlo, sí de negociar para conseguirlo.
Así pues, un acuerdo en Durban podría lanzar una negociación de cuatro años para alcanzar un nuevo tratado. Es algo, pero lo difícil, que es repartir las emisiones, vendría después. En Bali, en 2007, ya acordaron que en 2009 tendrían un tratado. Sin embargo, el intento fracasó en Copenhague.
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