El médico familiar no puede con todo
Facultativos de los ambulatorios de Cataluña ejercerán de especialistas para reducir costes La medida implica riesgos sanitarios
El ambulatorio que dirige el doctor Jaume Morató, el centro Raval Sud, ubicado en pleno corazón de Barcelona, echa humo: el dispensario atiende a unas 65 personas diarias además de las visitas programadas con antelación. Es la media común, advierten otros facultativos de familia: cada uno supera con facilidad las 60 visitas diarias, a unos 10 minutos por visita. "Y con los recortes, puede que esa media esté subiendo, no dan abasto", relata Morató, director del equipo médico del ambulatorio. Pese a que los dispensarios ya han experimentado este año una intensa saturación por los ajustes que han reducido los horarios de una cincuentena de ambulatorios, la Generalitat anunció el lunes que ha hallado una vía para ahorrar sin echar más mano de las tijeras: delegar en los médicos de familia competencias que hasta ahora asumían los facultativos especialistas en los hospitales de al menos cinco patologías. "Una lumbalgia ya no implicará obligatoriamente una visita al hospital", ilustró el consejero de Salud del Gobierno catalán, Boi Ruiz, en la presentación del plan. "Nunca he enviado a nadie al hospital por una simple lumbalgia", se enoja Morató.
¿Pueden los médicos de familia suplir a los especialistas de patologías concretas? Depende, en esencia, de la complejidad de la enfermedad a tratar y de los medios con que se dote a los ambulatorios y las consultas de los médicos familiares. El embrollo para determinar qué casos pueden tratarse eficientemente en el ambulatorio y cuáles requieren visita hospitalaria al especialista es tal, que la capacidad de ahorro de la medida queda eclipsada por los riesgos que implica, alerta el sector sanitario. "Nosotros ya tratamos numerosas dolencias y solo las enviamos al especialista si las consideramos graves. ¿Qué insinúa el consejero? ¿No sabe que ya asumimos este tipo de competencias? ¿Quiere que abordemos casos más complejos a pesar de que requieren los medios de que disponen en los hospitales, pero que no tenemos en la consulta? Eso es peligroso", advierte Morató. Este facultativo recuerda que los médicos de familia deben cursar cuatro años de formación para esta especialidad. "Más años que otras patologías. Los médicos de familia ya somos especialistas, pero las consultas no disponen del equipamiento con el que cuentan los hospitales", advierte.
En un primer paso, derivar casos de los especialistas a los ambulatorios puede desahogar los hospitales; a medio y largo plazo los médicos consultados aseguran que probablemente solo retrase más la cura de los pacientes con dolencias medianamente complejas al tiempo que aumenta el embudo en los hospitales y dispara los riesgos sanitarios para el médico de familia. "Confío mucho en la capacidad de cualquier médico de familia", antepone el doctor Eugenio Tirado, oftalmólogo del Hospital Joan XXIII de Tarragona, principal equipamiento sanitario público de la provincia. "Los médicos tenemos mucho ojo clínico, pero ¡benditos aparatos técnicos!Muy a menudo, el ojo clínico falla. Yo no me atrevería a diagnosticar sin emplear la infraestructura técnica que tenemos en el hospital", señaló.
"Si lo que se pretende es ahorrar dinero sin reducir la eficiencia del servicio sanitario, cuesta de creer", advierte Carlos Valls, especialista en radiología del Hospital de Bellvitge, centro público de referencia en el área barcelonesa. "Más por falta de medios de los médicos de familia, que ya están sobrecargados de trabajo, que no por problemas de incapacidad de tipo profesional", detalla.
El plan de Salud, todavía plagado de inconcreciones, prevé que a partir de 2012 los médicos de familia asuman más competencias en las dolencias de oftalmología, salud mental, dermatología, otorrinolaringología y las relacionadas con el aparato locomotor. Se trata de enfermedades que copan más de la mitad de las visitas que atienden los expertos hospitalarios, según datos de Salud. Traspasar los casos no especialmente graves a los ambulatorios reducirá las listas de espera de consultas hospitalarias alrededor del 15%, defiende el consejero Ruiz. Salud pretende así rescatar los recursos suficientes para reducir en 2012 las listas de espera de intervenciones quirúrgicas no urgentes, que este año han crecido más del 11%, según datos no oficiales ofrecidos por Ruiz. Al margen de estas cifras, todo queda por definir. "Los gestores de la sanidad pública te hablan de números y no saben lo que ocurre sobre el terreno, donde los pacientes y también los médicos somos personas", opina Morató.
Nuevas patologías en ambulatorios:
- Aparato locomotor.
Este tipo de enfermedades pueden afectar a más del 30% de la población
y es la dolencia que más derivaciones y consultas hospitalarias provocan
en Cataluña, según la Generalitat. Los ambulatorios reciben unas dos millones de visitas relacionados
con esta patología, y Salud calcula que cerca de la mitad podrían resolverlas los propios médicos de familia.
- Oftalmología. Es la segunda especialidad con más frecuentación en los ambulatorios, que en 2010 derivaron a hospitales unos 970.000 pacientes con
este tipo de dolencias. La Generalitat pretende reducir el 30% de estas visitas hospitalarias para 2015.
- Otorrinolaringología.
Las dolencias relacionadas con la nariz, el oído, la faringe y la laringe suponen la tercera patología más común que atienden los ambulatorios. Salud pretende que no se deriven a los hospitales antes de que el médico de familia haya establecido el diagnóstico y un primer tratamiento.
- Enfermedad mental.
La Generalitat pretende reducir el 15% las dolencias de este tipo que se derivan
a especialistas implantando programas de atención especializada. Los hospitales atendieron en 2009 a 213.000 pacientes de este tipo.
Ruiz ha detallado que los médicos de familia podrán solicitar las pruebas diagnósticas que consideren convenientes sobre las distintas especialidades que quedarán bajo su responsabilidad. Pero estos facultativos no disponen en sus consultas de la tecnología imprescindible para afrontar una visita oftalmológica ni de los aparatos empleados en el área de otorrinolaringología. Tampoco está previsto dotarles de este material, asegura un portavoz de Salud.
"Los especialistas del hospital deberán dedicar unas horas de su tiempo a resolver dudas de los médicos de primaria a través del correo electrónico o el teléfono", defiende el consejero. Los médicos de familia tratarán patologías asistidos a través de guías clínicas que determinen el protocolo a seguir, o bien mediante consultas al especialista ya sea remitiendo a los expertos radiografías u otro tipo de pruebas por correo electrónico antes de realizar un diagnóstico definitivo, añade un portavoz de Salud. Ante tal montaña de inconcreciones, la principal institución que agrupa a profesionales de medicina familiar en Cataluña, CAMFiC, opta por la precaución. La entidad se ha limitado a reclamar a la Generalitat que dedique más recursos "humanos y materiales" a los ambulatorios. "Los médicos de familia nos consideramos muy preparados, pero antes deben acordarse procesos y procedimientos concretos que mejoren la relación entre hospitales y ambulatorios", añade un portavoz del organismo.
La medida principal que baraja Salud es realizar sesiones formativas y distribuir guías clínicas entre los médicos de familia que detallen los procedimientos a seguir en las enfermedades más habituales. "Pero las guías dejan mucho que desear para suplir la falta de medios y de experiencia", advierte el doctor Tirado. "No sería la primera vez que desde la Generalitat distribuyen guías con errores de procedimiento", avisa.
El riesgo para los pacientes se perfila inevitable en un servicio sanitario que empieza a acumular denuncias por efecto de los retrasos. Los juzgados de instrucción de Barcelona deben dilucidar si tres muertes por retrasos irregulares pueden achacarse a los recortes de la Generalitat, vinculación que Salud considera "irresponsable".
"Los médicos de familia están preparados para asumir esto y más. Pero resolver enfermedades de garganta complejas con sus manitas es incrementar el riesgo de la actividad médica", señala el doctor Tirado. "Cada patología es peculiar y los especialistas somos más infalibles solo porque empleamos maquinaria de alta tecnología", señala. "A un paciente hay que atenderlo en condiciones y con medios. Para los médicos cada paciente no es un número: es la persona más importante en ese momento. Y si recibes a unos 60 al día, debes tomar 60 decisiones importantísimas cada día, cada una en cuestión de pocos minutos", detalla Tirado sobre la complejidad del asunto.
Es jueves y el doctor Sáez, médico de familia de 59 años de un ambulatorio del Eixample -que pide no precisar-, calcula que esta semana sobrepasará las 250 visitas de pacientes. "Cada uno con su problema particular", ilustra. "Esto no se trata de vaciar un pozal", asume Sáez antes de encerrarse de nuevo en la consulta para atender a más pacientes: el nivel de trabajo ha aumentado notablemente en un año marcado por los recortes de Salud, que ha cerrado y restringido horarios de una cincuentena de ambulatorios para reducir costes. "Y el trabajo se acumula. Claro que podemos asumir más competencias, pero no así. La salud es un asunto muy delicado como para hacer recortes y planes de este tipo", suspira Sáez ya a media despedida.
Algunos médicos sí valoran la idea, pero cuestionan su aplicación. "Es una propuesta que tiene lógica sobre el papel. En la práctica, sin embargo, es improbable llevarlo a cabo", opina el doctor Valls. "No rechazo que pueda parecer buena idea, pero estas iniciativas no ayudan: acaban generando más trabajo que el que evitan". La labor que se realiza en los ambulatorios se halla, en general, bastante optimizada: los médicos de familia tienen la agenda ocupada casi por completo. "Son ideas de bombero para intentar ahorrar en lo que no se puede ahorrar", se lanza el doctor Tirado.
El problema parece ser el enfoque: no se trata de un plan ambicioso para potenciar los ambulatorios, que anualmente y solo en Cataluña atienden más de 20 millones de visitas, sino de un proyecto para reducir los costes hospitalarios. "En estas circunstancias difícilmente servirá para ahorrar", advierte Morató. "Los pacientes con patologías medianas tardarán más en diagnosticarse en los ambulatorios, con el riesgo de que la dolencia se agrave", detalla. "Finalmente llegarán al hospital más tarde y peor", señala Tirado. "Lo que puede resolverse en los ambulatorios ya se resuelve allí. Y siguen haciéndolo pese a los recortes", opina el doctor.
En un entorno de ajustes en la sanidad pública, donde los hospitales mantienen camas y quirófanos cerrados y se ha reducido los turnos y el personal de los ambulatorios, el médico de familia no puede con todo. "Pero el auténtico drama es lo que viene detrás", advierte el médico Sáez ya desde su consulta. "En los principios de la carrera profesional siempre ha habido médicos precarios y mileuristas, pero ahora ni encuentran empleos precarios", señala. "Si los recortes se prolongan en el tiempo, ¿cómo adquirirán experiencia? ¿Quién nos sustituirá?".
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