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Un informe de la UE asegura que el consumo de cocaína toca techo

La crisis económica y las consecuencias médicas en esta droga han contribuido a un descenso en su consumo

La cocaína ha tocado techo en Europa. El informe anual del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías de la UE, con sede en Lisboa, muestra que esta droga, de la que España es el segundo consumidor del mundial sólo por detrás de Reino Unido, retrocede en el último año, sobre todo en una franja de edad determinante, entre los 14 y los 34 años. Las razones de este descenso son aún conjeturales, pero Julián Vicente, un experto en toxicomanías con más de 16 años de experiencia y uno de los responsables del informe, apunta dos: la crisis económica y las consecuencias médicas en una droga hasta ahora bendecida por una parte de la sociedad por considerarla casi inocua. Vicente es claro en cuanto al primer factor: "La cocaína, que frecuentemente se mezcla con el alcohol, es consumida por mucha gente, como el alcohol, esto es, los fines de semana, como estimulante mientras se sale... Ahora, que se reduce el consumo en tantas cosas por la crisis, pues se reduce en cocaína también". El estudio apunta que el precio de un gramo de cocaína, vendida al por menor, está en Europa, de media, entre los 50 y los 80 euros. En el Reino Unido se encuentra la cocaína más barata (45 euros por gramo) y en Luxemburgo la más cara (110 euros).

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El segundo factor es más difícil de detectar, según Vicente: "En algunos países, entre los que se cuenta España, la cocaína experimentó un gran aumento en los años 90 y posteriores: hace diez o 15 años, la cocaína era vista como una droga de gente bien, que estaba a la última. Ahora empiezan a verse también sus problemas". En España, en los últimos años, según precisa este experto, se han incrementado las visitas de cocainómanos a hospitales aquejados de ataques de ansiedad, taquicardias o paranoia. Así, la buena fama de la cocaína comienza a decaer. De hecho, en Europa se notifican al año cerca de 1.000 muertes año por consumo de esta droga.

Según el estudio, que trabaja con datos de 2009, en España, de cada 100 personas de entre 14 a 34 años, algo más de cuatro admitían haber tomado cocaína al menos una vez al año. Un año antes, este porcentaje subía a más de cinco. En Reino Unido, por su parte, este mismo porcentaje ha bajado de seis puntos a cinco. En este país, el descenso del consumo de cocaína ha coincidido con el auge de determinadas sustancias, algunas legales y otras no, provenientes de la mesadroma, también estimulantes, con un claro cometido euforizante, pero más baratas y, aparentemente, menos dañinas. De cualquier manera, los expertos advierten de que una de la hipótesis económica es coyuntural y que, si Europa sale pronto de la crisis, el consumo de cocaína podría volver a subir.

El informe se ocupa de otras drogas y alerta de la capacidad de metamorfosis de ciertas sustancias sintéticas. Cada año aparecen en el mercado 40 productos nuevos, casi todas derivados de las anfetaminas. Algunos son legales, otras no, otros no hay nadie que lo compruebe, dada su rápido surgimiento y su meteórica y sinuosa distribución gracias a internet: se procesan en laboratorios clandestinos de China o India, se convierten en pastilla en Europa y se venden por la red. Las autoridades sanitarias de cada país juegan desde hace años al gato y al ratón con los fabricantes de estas nuevas sustancias. "Lo verdaderamente peligroso de esta situación es que entre todo ese aluvión de sustancias nuevas se puede colar una verdaderamente dañina o verdaderamente adictiva", previene Vicente.

El informe se ocupa luego del cannabis, la droga consumida por más gente en Europa (78 millones de europeos ha reconocido haber consumido esta sustancia en algún momento de su vida). También en este caso, el estudio anuncia "una estabilización o disminución" del consumo de esta droga entre personas de entre 14 y 34 años. ¿Razones? El informe apunta una encuesta en la que el 67% de los jóvenes reconocía que el consumo de esta sustancia constituye "un riesgo elevado para la salud".

El estudio recuerda que aunque su consumo ha bajado en los últimos años, aún hay 1.800.000 personas adictas a la heroína. Más de 8.000 personas mueren al año de sobredosis en Europa. "Estas personas son las que más problemas acarrean. Es una población que va creciendo, que tiene entre 30 y cincuenta años en su mayoría, y es ahí donde se juntan la mayor parte de suicidios, de muerte por Sida o por complicaciones médicas", explica Vicente, que añade: "En tiempos como estos de recortes en atenciones sociales, no podemos olvidarnos de ellos".

Un hombre fuma marihuana en una pipa de agua durante la 19ª edición del Festival de Cannabis de Amsterdam.
Un hombre fuma marihuana en una pipa de agua durante la 19ª edición del Festival de Cannabis de Amsterdam.AP

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