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Asturias indemniza con 150.000 euros a la familia de un paciente que murió tras esperar 20 horas a ser operado

El paciente tenía un aneurisma de aorta abdominal, que debe ser intervenido inmediatamente

La familia de un minero asturiano prejubilado, Vicente Cue, que falleció a los 61 años por un aneurisma de aorta tras aguardar 20 horas en el Hospital Central de Asturias para ser intervenido de la dolencia, recibirá una indemnización de 150.000 euros de la Consejería de Salud de Asturias tras el acuerdo extrajudicial al que acaban de llegar la Asociación del Defensor del Paciente, en representación de los denunciantes, y la compañía Zurich, aseguradora del servicio público de salud del Principado.

"Aquí hubo una negligencia o un error humano, y esto no empaña la calidad de la sanidad pública española, que es de las mejores del mundo. Yo viajo mucho por razones profesionales y sé que tenemos unos médicos impresionantes y un sistema de salud envidiable, que es un logro que tenemos que preservar", afirmó ayer el autor de la denuncia, Emilio Álvarez, consuegro del fallecido. "Lo que le ocurrió a Vicente es un hecho aislado, no habitual, que tenemos que impedir que se repita. Por eso hemos luchado: para que no vuelva a ocurrir, para que se restableciese la verdad y se reconociese que hubo un error, y para exigir una reparación moral", explicó.

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Los hechos ocurrieron hace dos años, en noviembre de 2009. El enfermo acudió al servicio de urgencia de atención primaria de su localidad, Mieres (Asturias), aquejado de un fuerte dolor abdominal. Los médicos le recomendaron acudir de inmediato al Hospital Álvarez-Buylla, situado en la misma población. Allí se le diagnosticó un "gran aneurisma de aorta abdominal infrarrenal", con ocho centímetros de dilatación, que precisaba intervención inmediata, por lo que fue evacuado en una ambulancia medicalizada al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), en Oviedo, para que se procediese a la intervención.

Ingresó en la madrugada del sábado día 7. Pero no fue operado. En el HUCA se le hicieron nuevas pruebas y se le recetaron analgésicos, asegura la familia. "Pasaban las horas y exigimos una actuación rápida, pero durante 20 horas se nos decía que ya estaba siendo tratado". "En vez de llevarlo al quirófano, ingresaron a Vicente en una habitación de la quinta planta con pacientes leves. Mi consuegro se retorcía de dolor en la cama y sus gritos se oían desde el ascensor de la planta", afirma Emilio. "El médico y las enfermeras me decían que todo estaba controlado". El agravamiento del paciente al día siguiente precipitó una intervención que la familia cree que ya era innecesaria porque la situación, al cabo de 20 horas de espera, había derivado, a su juicio, en irreversible. El fatal desenlace parece confirmarlo.

"Vicente era una persona vitalista, jovial, con un gran sentido del humor, una salud de hierro, que llevaba una vida muy sana y con unas ganas enormes de vivir, al que le encantaba estar con sus mujer y sus dos hijos y jugar con sus cuatro nietos. Por eso lo ocurrido ha sido aún más terrible. Si se hubieran seguido los protocolos y se hubiera actuado conforme al diagnóstico del hospital de Mieres, hubiese sido operado de inmediato y hoy estaría vivo. El aneurisma es una dolencia grave, pero, actuando a tiempo, se sale de ella", sostiene Emilio Álvarez.

La familia puso los hechos en conocimiento de la fiscalía, que archivó la denuncia. La Asociación de Defensa del Paciente asumió el caso e interpuso una nueva denuncia ante el Tribunal Superior de Justicia de Asturias. "La negligencia era muy clara: en el primer hospital hicieron un diagnóstico correcto, preciso y claro", afirma Eduardo Curiel, abogado de la asociación.

"Los familiares dejamos muy claro a la contraparte que, con fiscal o sin fiscal, nosotros íbamos a llegar hasta el final para que se reconociese que hubo un error médico", explica Álvarez.

La compañía aseguradora del servicio asturiano de sanidad ofreció la negociación de un acuerdo. El pacto extrajudicial, y en virtud del cual se desistió de continuar con el procedimiento ante los tribunales, entraña, a juicio de la familia, "la reparación moral" que esta exigía y "el reconocimiento de que hubo un error lamentable". El abogado, Curiel, asevera: "Nosotros recomendamos también al cliente que aceptara el acuerdo, aunque la decisión es siempre de la familia. Entendíamos que habían logrado el reconocimiento de los hechos, que es lo que exigían, y una indemnización, y que optar por seguir con el proceso judicial hubiese supuesto esperar un año o año y medio más".

La indemnización económica se estableció aplicando los baremos vigentes para los casos de siniestros de circulación, sin tomar en consideración las circunstancias específicas del caso. "La familia no buscaba dinero con la denuncia, sino una reparación", afirman fuentes de la Asociación de Defensa del Paciente y también el denunciante.

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