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Arrastradas al altar

Casi 3.500 personas solicitaron ayuda por coacciones familiares para casarse contra su voluntad en Alemania en 2008, según recoge un informe.- La mayoría de las víctimas son mujeres de religión musulmana y, en muchos casos, menores

El número de víctimas de matrimonios forzosos en Alemania ha sorprendido a los expertos. En un solo año, casi 3.500 personas buscaron ayuda al sufrir coacciones familiares para que se casaran contra su voluntad. El 94% son mujeres, la mayoría de religión musulmana y, en muchos casos, menores de edad. Según un estudio presentado hoy en Berlín por la ministra de Familia, Kristina Schröder, y la comisionada de Integración, Maria Böhmer, 3.443 mujeres y jóvenes afectados solicitaron en 2008 ayuda en los centros de asistencia social del Estado. Sorprende también que el 44% de las mujeres que buscaron asistencia tienen nacionalidad alemana. Casi una tercera parte tenían menos de 17 años cuando sufrieron las amenazas o tuvieron que casarse y otro 40% tenía entre 18 y 21 años. La ministra Schröder ha destacado que "quien casa a sus hijos contra su voluntad, los está sometiendo a una violencia brutal".

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La mayoría de las víctimas tienen ascendencia turca o kurda. La segunda región de procedencia son los países de la antigua Yugoslavia. En tercer lugar, Irak. El 83% de sus progenitores son creyentes musulmanes. El 10% son yazidíes kurdos. Los autores del informe alertan contra la simplificación religiosa del problema. Las tradiciones regionales y el ideal cultural de masculinidad, sumado a la pobreza, alientan este tipo de prácticas. Los testimonios de las víctimas destacan que los hombres ejercen la mayor presión para lograr el casamiento forzoso: el 80% dice que el padre fue el "agente principal" de las coacciones. El 60% menciona a la madre y el 38% asegura que la presión procede del conjunto familiar. Las 53 páginas del informe presentado hoy por la ministra Schröder recogen que el 3,5% de los padres que coaccionaron a sus hijos para casarse son creyentes cristianos.

Según ha explicado la ministra en una rueda de prensa, "los que se defienden ante la amenaza de un matrimonio forzoso se arriesgan a que sus familias los rechacen". Así que una petición de ayuda "acarrea el peligro de perder a la familia entera, creando un dilema cruel". Schröder ha insistido en la necesidad de poner en marcha iniciativas de ayuda que "animen a las víctimas" a dar el paso.

Una cuarta parte de ellas dice que sufrieron amenazas de muerte. Más de la mitad sufrieron agresiones físicas. El 70% sufrió chantaje y otras amenazas. En cuanto a los motivos que, según las víctimas, mueven a sus familiares, destaca el "prestigio familiar" o una "promesa de matrimonio" con otra familia por interés económico. Además, muchas víctimas creen que el matrimonio forzoso debía apartarlos de "amistades equivocadas" o de relaciones indeseadas en la familia. Las sospechas de que el hijo o la hija pueda ser homosexual es otro de los motivos mencionados por las víctimas.

Se trata del estudio más exhaustivo elaborado en Alemania sobre los matrimonios forzosos, redactado por la organización Terre des Femmes y la Fundación Lawaetz. Contiene datos de profesores y asistentes sociales que trabajan en centros públicos de ayuda a las víctimas. Dado que el paso de pedir asistencia requiere conocimientos de la lengua y de las instituciones alemanas, cabe suponer que el número de afectados en la sombra es bastante mayor. A menudo, las coacciones se ejercen en los países de origen de las inmigrantes, que son forzadas a venir a Europa para contraer matrimonios pactados previamente. Es difícil que estas recién llegadas acudan a las instituciones para pedir auxilio. De los 3.443 casos que recoge el estudio en 2008, el 60% eran personas que sufrían coacciones familiares. El otro 40% ya se había tenido que casar por obligación.

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