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"Vivían en unas condiciones que no podía soportar"

El asesino confeso de tres ancianas en Olot asegura que pensaba que "hacía el bien" al matar a las mujeres - El hombre admite que toma cinco psicofármacos, que consumió abundante alcohol y que se creyó "Dios"

Una vorágine de 10 días de euforia, alcohol y psicofármacos; palabras de cariño y compasión hacia sus víctimas y un incipiente sentimiento de culpabilidad a medida que toma conciencia de lo que ha hecho. Es el resumen que puede hacerse de la declaración ante el juez de Joan Vila Dilmé, que esta mañana ha confesado haber matado a tres ancianas residentes en el geriátrico La Caritat, de Olot (Girona), según han confirmado fuentes cercanas al caso. El juez ha decretado prisión incondicional contra Vila Dilmé.

El abogado de la defensa, Carles Monguilod, ha afirmado sentirse "impresionado" por la declaración "sincera" del detenido, de quien ha asegurado que ha actuado por "amor". "Aceptaba que lo tenía que hacer, lo tenía que hacer, porque les hacía un bien y las quería", ha añadido.

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Éste ha admitido que desde hace muchos años toma hasta cinco medicaciones porque tiene "diagnosticado un trastorno obsesivo compulsivo con brotes depresivos". Que hace "10 días bebió algo de vino y desde entones estuvo toda la semana bebiendo", que "no sabe lo que le pasó", pero que "estaba pletórico porque se iba de vacaciones" y que la muerte para sus tres víctimas, dado su mal estado de salud, "era la plenitud". El sufrimiento que les infligió al darles lejía y otros líquidos de limpieza fue solo "un grano comparado con la plenitud", afirmó ante el juez.

Las víctimas

Vila Dilmé ha detallado la forma en la que dio muerte a las tres ancianas entre el día 12 de este mes y la madrugada del pasado lunes. La primera de ellas fue Sabina Masllorens, de 87 años. Al volver de fumar un cigarrillo en el patio a media tarde, Vila se encontró a la mujer en la salita de entrada. "Empezó a hacer gestos de que se ahogaba, que le costaba mucho respirar porque tenía la faringe paralizada. Que entonces pensó en darle bienestar". La subió a la habitación y con un vaso le dio un poco de lejía. La mujer "tosió un poco, quedó inconsciente y murió al poco rato tras vomitar un poco de sangre" ante la enfermera que había ido a atenderla. La enfermera, sostiene Vila, "pensó que Masllorens había sufrido una hemorragia interna". Nadie en la residencia se dio cuenta de lo ocurrido.

Cuatro días más tarde, Vila mató a Montserrat Guillamet. El hombre ha confesado al juez que el pasado día 16, al darle de cenar sobre las 18.45, notó que la mujer "tenía problemas para comer y el cuerpo agarrotado". Que la subió a la habitación y le dijo: "Ya verás que te encontrarás bien". Luego le dióde beber un líquido que no recuerda con un vaso y que pensaba que "la estaba ayudando, que le facilitaba la vida ya que [la mujer] había perdido la cabeza". Tras darle el líquido tóxico, Guillamet "empezó a toser y tenía como angustia y parecía que quería vomitar". Vila alertó entonces al personal de la residencia y bajó al comedor a servir cenas. La mujer murió poco después. Tampoco en esta ocasión nadie en la residencia sospechó de lo ocurrido.

La tercera víctima de Vila Dilmé fue Paquita Gironés, de 85 años. El detenido explicó al juez que entró de noche en su habitación porque la oyó toser. "Que encontró que tenía problemas para respirar, que estaba desorientada y que en ese momento pensó que quería aliviarla". En un primer momento, asegura Vila, pensó en darle un tranquilizante disuelto en agua, aunque acabó por ir al cuarto de mantenimiento y llenó una jeringuilla hasta la mitad con un producto de limpieza. "Gironés estaba adormilada, él le levantó un poco la cabeza y le dijo: 'Verás cómo te encuentras bien". En esta última ocasión, el personal de la residencia aún encontró a la mujer con vida, aunque agonizante. Fue trasladada al hospital, donde los médicos dieron la voz de alarma al sospechar de las quemaduras que Gironés tenía en la garganta y la boca. Unas 12 horas más tarde, Vila fue detenido por los Mossos d'Esquadra.

Frases delirantes

En la declaración de Joan Vila Dilmé se mezclan las frases coherentes con algunas que rozan lo delirante. "Que cuando entró en el cuarto de limpieza no era consciente de que podía hacer daño a la señora Gironés. Que pensaba poco en lo que hacía, que se sentía muy eufórico como si fuera Dios. Que le quedaban tres horas de trabajo y tenía 15 días de vacaciones".

El motivo de sus actuaciones fue que las tres mujeres "le daban mucha pena". "Que no quería que siguieran sufriendo, que estaban muy mal de salud, que pensaba que colaboraba en una cosa que iba a hacer el bien. Que las tres mujeres vivían en unas condiciones que él no podía soportar y que si él estuviera en esas circunstancias le gustaría que pusieran fin a su sufrimiento". "Que cuando lo hizo no pensaba que estuviera asesinando a nadie, que todavía no puede entender que alguien considere que lo que hizo es un asesinato", aunque ha "reflexionado sobre esta circunstancia y ahora no lo haría".

Joan Vila Dilmé también ha explicado al juez que tiene una amiga peluquera "que tiene interés en el tema de la muerte, energía, en el más allá, el karma... Que él piensa igual que la peluquera, pero que no está tan preparado como ella, pero que ahora tendrá más tiempo para leer sobre la muerte".

Un policía autonómico (Mosso d'Esquadra) conduce a Joan V., de 45 años, que ha confesado haber asesinado a tres mujeres en Olot
Un policía autonómico (Mosso d'Esquadra) conduce a Joan V., de 45 años, que ha confesado haber asesinado a tres mujeres en Olot

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