Uno de los tres linces fallecidos el pasado fin de semana fue tiroteado

Esponja, uno de los tres ejemplares de lince ibérico hallados muertos este fin de semana, presenta 12 heridas producidas por uno o varios disparos, según el resultado de la necropsia realizada en el Centro de Análisis y Diagnósticos (CAD) de la Consejería de Medio Ambiente.

La lince muerta tenía dos años y medio y procedía del núcleo de Puebla de Aznalcázar. Dos de las heridas se han hallado en el cráneo, cuatro en el pecho, tres en la zona torácica, uno en la zona abdominal ventral, uno en el tercio posterior y uno último en una de las extremidades posteriores.

El animal falleció un día antes de su hallazgo y en un lugar distinto al que fue encontrado, en la carretera A-494 de Moguer (Huelva), pues los restos orgánicos vegetales encontrados en el pelaje del lince "son diferentes a los que se pueden encontrar en el paraje donde apareció", según adelantó Europa Press.

"La sociedad de cazadores debería perseguir los furtivos. Estos terroristas de la naturaleza podrían provocar que les cierren el coto de caza. A este paso, los 26 millones del programa de recuperación del lince podemos tirarlos a la basura", criticó Juan Romero, de Ecologistas en Acción.

Este año han fallecido en el espacio natural de Doñana siete ejemplares, lo que supone más del 10% de los 60 ejemplares que se estima que sobreviven en Doñana, distribuidos en unos 11 núcleos y de los cuales 16 son hembras territoriales y una veintena, cachorros. No obstante, se ha producido desde 2004 un incremento poblacional significativo, de un 50%.

El consejero de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, José Juan Díaz Trillo, explicó que el lince se encuentra en época de "dispersión", por lo que se producen muchos desplazamientos y se "generan más riesgos".