A la espera del segundo Chu-lín

Que un oso panda se preñe no es tarea fácil. La hembra de esta especie, de la que solo quedan 1.600 ejemplares en libertad y unos 240 en cautividad, solo está en celo cuatro días al año y el macho, precisamente esos días, se muestra apático y sin apetito sexual. De ahí que los veterinarios del zoo de Madrid tengan como tarea prioritaria que la osa Hua Zui Ba, de seis años, se quede embarazada.

Para conseguirlo la han sometido a dos inseminaciones artificiales y ya hay indicios de que hayaa podido funcionar: los valores hormonales detectados en la orina son compatibles con un período de gestación. Solo falta que el feto aparezca en la pantalla.

Esta mañana la osa ha tenido visita del ginecólogo. Bajo las órdenes en chino de sus cuidadores (zhau, para levantarse; opa, para sacar la mano o yang, para tumbarse) Hua Zui Ba, se puso panza arriba para someterse a una ecografía. No se vio mucho. "El embrión del panda es de implantación tardía y puede pasarse meses flotando en el útero. Puede ocurrir que no lo veamos hasta 14 días antes del parto", explicaba la veterinaria, Eva Martínez Nevado. Menos optimista se mostró el doctor, que tras rebuscar sobre las tripas del animal encontró el útero y comprobó que su diámetro (de 17 milímetros) tiene el mismo tamaño que hace diez días cuando se le practicó la última exploración. "hay muchas opciones", añadió Martínez.

Dentro de una semana se repetirá la operación y en el caso de que, finalmente, la osa esté embarazada, su cría será la segunda concebida en cautividad en España. El primero fue el célebre Chu-lín en 1982. La madre cuidará de su retoño en solitario porque el macho, además de apático, se desentiende de la cría y de la madre. "Es un animal solitario, de ahí sus peculiaridades. No tiene un concepto de familia", explica Martínez. En el zoo, el embarazo de la osa, es "como ganar un segundo Mundial".