El Arzobispado de Valladolid desiste de reclamar una herencia de 24 millones
El dinero irá a parar a los herederos forzosos de las testadoras tras aparecer un testamento posterior
El Tribunal Supremo ha accedido al desistimiento del Arzobispado de Valladolid de retirarse del pleito que mantenía por una herencia estimada en unos 24 millones de euros, la mayor que había recibido nunca, y sobre la que la Audiencia de Valladolid resolvió que tenía que ser devuelta a los herederos forzosos de las testadoras, al haber aparecido un testamento ológrafo posterior.
Las testadoras, Carmen y María Luisa Gómez del Peral, legaron el 11 de noviembre de 1994 al Arzobispado todos sus "bienes muebles e inmuebles, valores y depósitos de todo tipo". Pero antes de fallecer en una residencia de Tordesillas, en julio y en octubre de 1999, respectivamente, redactaron otro testamento, ológrafo (escrito a mano), en el que se otorgaban, de forma recíproca, la disposición de sus respectivas fortunas a la que sobreviviese, designándose así herederas entre ellas.
Un juzgado de Valladolid y después la Audiencia Provincial resolvieron que el legado no le correspondía a al Arzobispado, sino a los herederos forzosos de las hermanas Gómez del Peral. En el pleito se personaron dos, de cuarto grado, pero el mejor situado era el inglés Peter Claud Kirwan Catarinella, hijastro de un primo de una de las testadoras.
El Arzobispado recurrió al Tribunal Supremo, pero en un auto dictado hoy por el presidente de la Sala de lo Civil, Juan Antonio Xiol, se tiene por desistido voluntariamente al Arzobispado de su recurso. Dado que la petición de desistimiento también va firmada por Peter Claud Kirwan Catarinella, todo apunta a un acuerdo entre ambas partes.
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