¿Qué va a pasar ahora con Najwa?
Si no se quita el velo, tendrá que cambiar de instituto, aunque también se puede recurrir la decisión al Gobierno de Madrid o incluso a los tribunales
El consejo escolar del instituto Camilo José Cela de la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón ha decidido por abrumadora mayoría de 15 votos contra dos mantener su reglamento interno, el mismo que hace que Najwa Malha, de 16 años, haya recibido varios partes por cubrirse la cabeza con un velo islámico y haya acabado pasando dos semanas apartada de las clases en la sala de visitas del centro. Además, no ha acudido en los dos últimos días al instituto y sus padres aseguran que tiene "una depresión". Aunque el centro sostiene que "sus necesidades educativas han estado en todo momento cubiertas", es una situación insostenible que no beneficia a nadie.
Una vez ratificado ayer el reglamento de régimen interior del colegio -que indica en su artículo 32-c-4, el instituto entiende que no tiene que hacer ninguna comunicación formal a la familia de la menor, ya que la situación no ha variado. "Comunicación oficial no ha habido, otra cosa es que se haya producido algún contacto personal del director con el padre", explica la Secretaría del centro, que precisa que no ha recibido ninguna petición del padre en ningún sentido. A partir de ahí, caben tres opciones a corto plazo: Najwa insiste en seguir llevando su hiyab en clase y por tanto continúa en la sala de visitas del Camilo José Cela, o se lo quita y vuelve a clase con los demás alumnos o cambia de centro.
Recurso al Gobierno de Madrid
Este periódico no ha logrado ponerse en contacto con el padre de momento, por lo que se desconoce cuáles van a ser sus pasos. Según cuentan las compañeras de la niña, Najwa "todavía" no ha decidido qué va a hacer tras la ratificación de un reglamento que considera "discriminatorio". En varios artículos (en los principios generales y en el 16, por ejemplo), el texto recoge que es "deber de todos los miembros de la comunidad educativa facilitar la convivencia de acuerdo con el Principio Constitucional de igualdad ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social".
En previsión de lo que pudiera pasar, la Consejería de Educación ya propuso a finales de la semana pasada su traslado al instituto San Juan de la Cruz, a 500 metros del suyo y que sí permite el uso de esta prenda -el 60% de los institutos de Madrid no prohíbe expresamente cubrirse la cabeza, según fuentes de Educación-. Un portavoz del departamento explica que es el propio director del centro, en caso de no hallar otra solución, "el que tiene que elevar el expediente de traslado de la alumna a la Comunidad de Madrid", que le buscaría "una plaza" de inmediato. Hoy, el San Juan de la Cruz sigue siendo la mejor opción para la Consejería. "El cambio de instituto se realizaría de forma inmediata, lo antes posible", con el fin de que no pierda más clases.
Aún cabe una cuarta vía, más larga y compleja: la decisión del consejo escolar es recurrible ante las autoridades educativas de la Comunidad de Madrid y, en última instancia, ante los tribunales. El padre de Najwa, Mohamed Malha, ya presentó el día 9 un recurso de alzada contra la expulsión de su hija de clase ante la Subdirección General de Régimen Jurídico de la Comunidad de Madrid. Preguntado por el estado en el que se encuentra el expediente, el portavoz de Educación se limita a señalar que está "abierto, tramitándose y pendiente de resolución por parte de los técnicos" sin que exista un plazo o previsión de cuándo puede producirse un pronunciamiento. Y su contenido es "información confidencial" hasta que se resuelva. Independientemente de este recurso, sobre el que el Gobierno regional reitera que dictaminarán "los técnicos", el padre "recurrió la decisión en concreto de apartarla de las clases", por lo que ahora puede "plantear otro recurso o los que quiera" contra la la ratificación del reglamento.
¿Qué haría la Comunidad de Madrid si se viera en la tesitura de decidir entre respaldar el deseo de la niña de expresar pública y visiblemente sus creencias en todo momento y lugar y a la autonomía del centro a la hora de dictar sus leyes? La Consejería de Educación contesta diplomáticamente que "no es una cuestión política sino técnica" y que "se estudiará" llegado el momento y no quiere aventurar nada, pero apunta: "La Comunidad de Madrid, en este caso como en todos, es partidaria de cumplir y acatar escrupulosamente la ley, máxime cuando la ley en cuestión es una ley orgánica del Estado".
La autonomía de los centros
En efecto, la Ley Orgánica de Educación (LOE) de 2006 establece para toda España que serán los consejos escolares los que regulen con plena autonomía las normas internas de convivencia. Frente a las críticas lanzadas por la FAPE Giner de los Ríos, que acusa al Ejecutivo de Esperanza Aguirre de "dejación de funciones" por dejar en manos de un centro una cuestión tan espinosa y sobre la que debería haber una norma general, el Gobierno madrileño alega que el texto es claro: el colegio decide, "y no las comunidades ni los ayuntamientos". Hace dos años, el Ejecutivo de Aguirre publicó un decreto que obligaba a todos los centros a desarrollar la LOE y a dotarse de su régimen de convivencia. El texto aporta unas líneas generales y, aunque no se refiere a la cuestión del velo, sí aconseja prohibir el uso de auriculares en clase.
Antes de la reunión del consejo escolar, la Consejería de Educación mantenía que apoyaría lo que éste decidiera, fuera lo que quiera, "y así se va a hacer ahora que ya se ha tomado una determinación". Mucho más clara y tajante fue ayer la propia presidenta madrileña, que a la argumentación básica -a favor de la autonomía de los centros- sumó ayer su rechazo al pañuelo. "Nosotros, como Gobierno de la Comunidad, tenemos nuestra opinión que es que no se deje llevar la cabeza cubierta dentro de los centros educativos. Es una opinión", dijo, a lo que hoy ha añadido que "respeta y respalda las normas de funcionamiento que el claustro y el consejo escolar" toman en cada centro y que no se puede poner en cuestión la libertad de cada instituto.
Sin embargo, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, a través de los ministerios de Justicia y Educación, considera que el derecho a la escolarización "está por encima de todo" y se muestra partidario de "la tolerancia y la sensatez". Lo que no parece es dispuesto a cambiar la LOE o a regular el uso del pañuelo por ley, como hizo Francia, por ejemplo,, ni siquiera en la futura Ley de Libertad Religiosa. De hecho, así lo apunta la última voz del Ejecutivo en pronunciarse, la ministra de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez, que ha asegurado que "llevar un pañuelo es algo que no molesta a nadie", por lo que no ve necesidad "ni de prohibirlo ni de regularlo", informa Efe.
En todo caso, no es el primer caso ni será el último. En la propia Comunidad de Madrid, según admite Educación, "situaciones con velo se han dado, no son muy numerosas pero existen". La diferencia es que "no ha saltado a los medios y se ha resuelto en el ámbito del centro de distintas formas". Así, unas veces la niña "se ha quitado el velo, otras se ha habilitado un cuarto para que se lo quite al llegar y se lo ponga al salir, otras se ha producido un acuerdo con la familia".
La regulación en Europa
- Francia. En 2004 aprobó una ley que prohíbe el uso de elementos religiosos en escuelas e institutos públicos, lo que incluye el hiyab, pero también los crucifijos y otros símbolos. El presidente, Nicolas Sarkozy, quiere prohibir también el burka en la calle.
- Alemania. Las alumnas tienen derecho a cubrirse con los pañuelos islámicos en las escuelas públicas. Otro asunto son las profesoras. Ocho de los 16 Estados lo prohíben. Berlín y Hesse extienden el veto a todas las funcionarias.
- Reino Unido. Los casos se evalúan de manera individual. No existe ninguna ley que prohíba su uso.
- Turquía. Desde 1980 se niega el acceso a los edificios públicos con velo, a pesar de que el 99,8% de la población es islámica.
- Bélgica y Holanda. Las funcionarias no pueden llevar el hiyab de cara al público en algunas ciudades. En los colegios (donde no está prohibido a las alumnas), su uso debe ajustarse a la normativa de cada centro.
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