El 45% de los nuevos MIR son extranjeros
La competencia de los médicos formados fuera dificulta que los españoles se especialicen
De las 8.000 plazas para formación de médicos especialistas, un 45% han sido ocupadas por médicos extracomunitarios. Esto supone un problema para los licenciados (futuros título de grado) españoles, ya que, prácticamente, sin el MIR (periodo de cuatro o cinco años en los que se hace la especialización) no se puede disponer de una plaza pública, que es el sector que más trabajos ofrece. Teniendo en cuenta que de las facultades españoles salen unos 5.000 titulados al año, eso quiere decir que unos 1.000 (como poco, porque puede haber repetidores también en esta prueba) se quedan fuera.
La Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), que es la que ha presentado los datos, calcula que el año que viene los extracomunitarios serán el 50% del total. "El problema para quienes siguen estudios en la veintena de facultades de medicina que hay ahora en España, es evidente: hace sólo cuatro años tuvieron que competir entre 8.000 aspirantes para conseguir una de las 6.500 plazas que entonces se ofertaron, mientras que en la última convocatoria anual (tuvo lugar el pasado mes de enero) la cifra de candidatos, para 6.900 plazas, se disparó a 13.500", indica la CESM. La gran mayoría son latinoamericanos.
En teoría, esa competencia debería redundar en un beneficio para el usuario, ya que las pruebas e acceso al MIR son una especie de oposición. Pero la CESM critica el contrasentido de que se deje entrar en las facultades de medicina a personas a las que, después de seis años, no se les deja completar su formación. "Formar a un estudiante de Medicina cuesta mucho dinero, que sale del bolsillo de todos los ciudadanos. Algunas estimaciones evalúan en el entorno de los 200.000 euros la inversión que la sociedad hace en cada licenciado. Por tanto, una de dos: o se garantiza que los alumnos tendrán razonables garantías de acceder al mercado de trabajo una vez finalicen sus estudios, o bien se cierran facultades o aulas bajo la premisa de que el déficit de licenciados autóctonos será cubierto con los que vengan de fuera", afirma CESM.
Además, también critica que, ante la falta de médicos, se esté dejando que presenten a las pruebas MIR médicos que no han completado la homologación de sus títulos.
El caso es un ejemplo más del difícil encaje entre las dos etapas (la universidad y el hospital, que corresponden a los ministerios de Educación y Sanidad) en que se ha convertido, de facto, la formación de los médicos. En los ochenta, sobraban facultativos, y se impuso un cupo en las universidades (es tradicionalmente una de las carreras en las que se pide una mayor nota de selectividad para entrar). Esto ha seguido así hasta la actualidad, pero, a cambio, hace cuatro o cinco años se dio la paradoja de que no todas las plazas MIR se ocupaban. Ahora, la entrada de médicos extranjeros ha vuelto a desajustar el sistema.
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